Miles de migrantes africanos protestaron a las afueras del Knesset (el Parlamento) de Israel, en Jerusalén, el 8 de enero de 2014, para exigirle al Gobierno Israelí que les garantice un estatus oficial de refugiados. (Salih Zeki Fazlioglu - Agencia Anadolu)
El continente africano, continúa teniendo los efectos culturales y psicológicos de la terrible práctica abolida desde 1848. Más de un siglo después de su abolición, la trata de esclavos sigue siendo un problema tanto para sus víctimas como para sus perpetradores.
Hasta que la práctica de adquirir, transportar y vender seres humanos como esclavos fue abolida en 1848, Francia desempeñó un papel de liderazgo en el comercio de esclavos, comprando millones en sus colonias africanas. "Desde 1628 hasta 1642, los marineros franceses capturaron esclavos que eran transportados en otros barcos mercantes. Los colonos franceses también compraron de barcos de esclavos extranjeros", indicó Frederic Regent, un historiador de la Universidad Sorbona de París, en un artículo para la revista Enjeux en 2008.
El comercio de esclavos fue legalizado por el rey Luis XIII en 1642, y su sucesor, Luis XIV, alentó el comercio de seres humanos "al dar un subsidio por cada esclavo introducido en las colonias en 1672", agregó Regent. Basado en una extensa investigación, el historiador francés, Jean Mettas, descubrió que Francia realizó 3.317 envíos de esclavos desde 17 de sus puertos marítimos, incluidos Nantes, Le Havre, La Rochelle y Burdeos.
"Alrededor de 1.800 envíos provinieron de Nantes. Solo en el siglo XVIII, los barcos de Nantes transportaron entre 450.000 y 600.000 africanos a las colonias europeas en nuevos mundos", es decir, las Américas, según Jean-Francois Martin, reportero del diario Ouest-France.
"Los barcos de esclavos franceses, desde los puertos de Nantes, Burdeos, La Rochelle o Le Havre, transportaron a más de dos millones de africanos desde 1625 hasta 1848", aseveró CM98, un grupo antiliberal y antiesclavista, en su sitio web.
Largo y humillante viaje de 'no retorno'
Miles de africanos fueron transportados por traficantes de esclavos a los puertos de embarque, conocidos como puertas sin retorno, a sus países de acogida, principalmente de Europa y el Norteamérica. En su libro 'La historia del comercio de esclavos en Francia', el historiador francés Jean-Marie Desport detalló las condiciones humillantes en las que los esclavos fueron transportados.
"Aquí está el barco de esclavos. Los cautivos son liberados de sus ataduras. Suben por un puente de escalera de cuerda. Los hombres son enviados al frente del barco, las mujeres son empujadas hacia la cubierta inferior", señaló el francés en su libro.
"El olor es insoportable: una mezcla de transpiración, excremento, vómito y putrefacción. Tendrá que hacerse. En uno o dos meses, si sobreviven a las privaciones, la tortura, las enfermedades y la locura ... aterrizarán al otro lado del Atlántico", explicó Desport.
Motivaciones económicas
Pese a que principal razón de esta práctica fue económica, Francia la justificó afirmando que se trató de una necesidad para salvar al hombre negro de la ignorancia. "Se necesitaba una fuerza laboral grande y resistente para producir caña de azúcar, café, algodón, tabaco, añil ... todos los productos coloniales que enriquecieron a Europa durante mucho tiempo", según CM98.
"Con el dinero recaudado, los traficantes de esclavos compraron los productos de las plantaciones del Caribe (azúcar, añil, cacao, café, piedras preciosas) para llevarlos de regreso a Francia", indicó Desport. El historiador insistió en que "gracias al trabajo de los esclavos, Francia se convirtió en parte del centro económico mundial, en una potencia comercial líder.
Los tiempos ciertamente han cambiado, pero África, la principal víctima de la trata de esclavos, continúa teniendo los efectos culturales y psicológicos de esta terrible práctica. Durante más de 400 años, más de 15 millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de la trágica trata de esclavos, uno de los capítulos más oscuros de la historia humana, según la ONU.
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