sábado, 16 de junio de 2018

El alcalde de un pueblo belga en el que viven 20.000 musulmanes quiere que Viktor Orban les visite

Bruselas,15/06/2018,eldiario.es


Bart Somers, alcalde de Mechelen (Bélgica) / WIKIMEDIA COMMONS

Bart Somers quiere mostrar al presidente de Hungría, conocido por su xenofobia y su rechazo a la inmigración, que todas las ideas y razas pueden vivir juntas en el mismo lugar.

 Un anuncio del partido de Orbán junto a otra valla publicitaria con un mensaje del Gobierno contra la inmigración durante la campaña.
Los medios públicos húngaros alentaron el miedo a la inmigración para asegurar la victoria de Viktor Orbán

El alcalde de un pueblo belga en el que viven más musulmanes que en toda Eslovaquia y Hungría juntas quiere mostrar que la convivencia entre todos es posible. Que no importan la raza o las ideas para compartir el mismo espacio. Por eso quiere que el presidente húngaro, Viktor Orban, les visite. Para demostrar a  un xenófobo reconocido que "todos podemos vivir juntos".

El protagonista de esta iniciativa es Bart Somers, primer edil de la localidad de Mechelen, en Amberes. Allí viven más de 20.000 musulmanes, que forman parte de las 90.000 personas que residen en el pueblo. "Tenemos prosperidad, seguridad y un buen pueblo. Por eso quizá el señor Orban tenga que visitarnos para ver que todos podemos vivir juntos", ha declarado Somers a Euobserver.

Para este alcalde, la diversidad es una realidad que necesita ser aceptada y no estigmatizada. Por eso en Mechelen viven personas de 130 nacionalidades, y la mitad de los niños tienen ascendencia extranjera. Aunque matiza que no cree que la política de fronteras abiertas funcionase si se aplica.

Mechelen es un ejemplo de integración por las políticas desarrolladas por su gobierno local, que le valieron a Somers el premio a mejor alcalde del mundo en 2016. Estas medidas pasan por la implicación de la población autóctona para ayudar a que los refugiados y los inmigrantes que lleguen al pueblo se adapten mejor.

Entre otras acciones, se producen reuniones semanales durante seis meses entre los que ya viven allí y los que acaban de llegar. "Si conocen a alguien en Mechelen, les pueden explicar cómo funciona la ciudad, pueden practicar el idioma y lo más importante, conocer gente", explica el alcalde.

La única distinción que se hace es entre los nacidos y criados allí y los que se mudan al pueblo. Los segundos tienen que adaptarse y aprender el idioma local, pero siempre tratándoles como ciudadanos en el proceso.

Somers tiene una opinión clara sobre Orban y los que comparten sus políticas de rechazo a la inmigración y los refugiados: son "salafistas occidentales" que rehúsan los cambios y retuercen ideas para dividir y construir más muros.

También rechaza que tanto la izquierda como la derecha quieran reducir a la gente a una sola identidad: la derecha presenta a los migrantes como delincuentes, mientras que la izquierda les define como víctimas.

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