La comunidad musulmana, rota de dolor por el fallecimiento de la familia. // Fotos: Marta G. Brea
"Pasará unos años en la cárcel y después qué, ¿quién me devuelve a mi familia?". Roto de dolor y agotado tras un duro viaje de más de 800 kilómetros, el hermano del padre fallecido tras la explosión del almacén pirotécnico clandestino llegaba desde Algeciras para hacerse cargo de los cuerpos de sus familiares -que serán repatriados a Marruecos- y dar apoyo a sus dos sobrinos, un adolescente de 13 años y un pequeño de tan solo 6, quienes al cierre de esta edición continuaban ingresados en el Álvaro Cunqueiro.
Conocedor de la provincia ya que durante dos décadas residió en Vilaboa, el hermano de Abdlalk Hailas lo recordaba, tanto a él como a su mujer Sora, como una "familia ejemplar". "Eran buenísimos y muy trabajadores, hay que averiguar e investigar qué ha pasado y cómo podía estar eso tan cerca de las casas y que nadie se diera cuenta. Ahora mismo lo importante son mis sobrinos", admitía con lágrimas en los ojos. A su llegada a Paramos, no dudó en acercarse hasta al punto de encuentro vecinal, el Centro Cultural de Guillarei, para dar apoyo a todos los vecinos que allí se encontraban y recibir también el cariño recíproco de los afectados.
Entre ellos se encontraba Máxima, una amiga de la mujer fallecida. "Amaba a sus hijos, los quería con locura y ahora se han quedado huérfanos", lloraba esta vecina, quien también perdió buena parte de sus pertenencias.
Abdlalk y Sora llevaban desde el año 1990 residiendo en Tui. Aunque se dedicaban a la venta ambulante, el varón había trabajado de forma puntual en programas del Concello, tal y como reconoció un vecino que operó con él. Todos coinciden en confirmar que, además de ser "grandes personas", estaban "muy integrados en la vida y en la parroquia". "Hablaban perfectamente español y tenían muchísimos amigos y compañeros", reconocía una amiga de Sora, visiblemente afectada.
La explosión pilló al matrimonio en el interior de la vivienda, probablemente durmiendo y descansando por el Ramadán, junto a sus dos hijos pequeños. Los menores lograron salvarse e incluso pedir ayuda a sus convecinos. Distinta suerte corrieron sus padres. Fuentes familiares aseguraron que ayer se estaba procediendo a la realización de las autopsias a los cuerpos, que posteriormente serán velados según los ritos musulmanes. El matrimonio será repatriado a Marruecos al carecer Galicia de un cementerio para musulmanes.
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