El refugiado sirio Mohammed inspecciona fresas en Jieh, Líbano, donde ocasionalmente trabaja © ACNUR / Houssam Hariri
De acuerdo con una encuesta anual, el porcentaje de hogares refugiados que viven bajo el umbral de la pobreza extrema llega ya al 58 por ciento, en un momento en el que la falta de fondos empeora la situación para algunos de ellos.
Mohammed, refugiado sirio, inspecciona los campos de fresas rojas visibles debajo de sus túneles de plástico protector, que ofrecen la promesa de trabajo, aunque pronto todo se habrá terminado.
Desde que huyeron de Siria hace tres años, él y su familia de ocho personas han vivido de forma precaria en Líbano, dependiendo de los ingresos irregulares que obtiene de su trabajo temporal de agricultura, y las deudas para mantenerse a flote continúan aumentando.
“Aquí trabajo en los campos. En ocasiones trabajo una, dos o tres horas, a veces no hay trabajo del todo”, dice Mohammed, que vive en una conglomeración de albergues destartalados con otras diez familias sirias en Jieh, una ciudad costera al sur de Beirut.
“Yo pido dinero para comprar ropa y otras cosas para mis hijos. Tenemos mucha deuda. Así que prácticamente trabajo para cubrir nuestras deudas”.
Casi siete años después del comienzo del conflicto en Siria, la gran mayoría de los aproximadamente un millón de refugiados sirios registrados en el Líbano ahora se encuentra empobrecido y endeudado, con niveles de dificultad que aumentan cada año.
La proporción de hogares de refugiados sirios que viven en la pobreza extrema en el Líbano, definida como menos de 2,87 dólares por persona por día, aumentó a 58% este año desde 53% en 2016, según una encuesta anual de vulnerabilidad realizada por la Agencia de la ONU para los Refugiados, junto con el UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos.
“Los refugiados sirios en Líbano apenas se mantienen a flote. La mayoría... son extremadamente vulnerables y dependen de la ayuda”. La proporción de familias que viven por debajo de la línea de pobreza libanesa de 3,84 dólares por persona por día aumentó a 76 por ciento en 2017, mientras que la cifra de la deuda se mantuvo asombrosamente alto en 87 por ciento, según el estudio de la Evaluación de la Vulnerabilidad de los Refugiados Sirios en Líbano.
El resultado es que familias como la de Mohammed se ven obligadas a tomar decisiones difíciles solo para tratar de satisfacer sus necesidades más básicas. La inseguridad alimentaria afecta a más de nueve de cada 10 hogares de refugiados sirios, y Mohammed dice que han tenido que reducir la cantidad de alimentos que comen para poder comprar otros artículos esenciales.
“Tenemos gastos de salud: medicamentos. Tengo cinco hijas y todas van a la escuela. No podemos evitar que reciban su educación”, explica. Esto refleja uno de los pocos puntos positivos en la encuesta de este año, que encontró que la proporción de niños de 6 a 14 años matriculados en la escuela aumentó a 70 por ciento en comparación con el 52 por ciento el año pasado.
Con el aumento de la vulnerabilidad según casi todos los indicadores del informe, la situación se ve agravada por la escasez de fondos para los programas de asistencia humanitaria, incluido ACNUR.
La situación de Mohammed empeoró en septiembre cuando se le informó, debido a un déficit de fondos para la respuesta humanitaria del ACNUR en el Líbano, que la familia ya no sería elegible para la asistencia mensual en efectivo del ACNUR, valorada en 175 dólares.
“Los refugiados sirios en el Líbano apenas se mantienen a flote”, dijo Mireille Girard, Representante del ACNUR en el Líbano. “La mayoría de las familias son extremadamente vulnerables y dependen de la ayuda de la comunidad internacional. Sin un apoyo continuo, su situación sería aún más angustiosa”.
Se necesita urgentemente su apoyo para ayudar a los refugiados sirios en el Líbano. Por favor, done ahora.
Por Rima Cherri y Houssam Hariri:Informe adicional de Charlie Dunmore en Amman, Jordania
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