sábado, 2 de diciembre de 2017

El Papa se reunió con rohinyás en Bangladesh y les pidió perdón

DACCA,2017-12-02,EFE


Francisco ora junto a líder musulmán y budista en Bangladesh.

En Birmania no se atrevió a pronunciar el nombre de esa minoría musulmana brutalmente perseguido

El papa Francisco pronunció finalmente el término “rohinyá”, que había evitado durante este viaje en Birmania, por consejo de la Iglesia local, tras un encuentro con un grupo de esta perseguida minoría musulmana en Bangladesh, donde escuchó sus dramáticas historias.

“La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá. Que cada uno tenga su respuesta”, dijo Francisco en italiano tras haber mantenido un encuentro con 16 miembros de la minoría que procedían de los campos de refugiados en la provincia bangladesí de Cox’s Bazar, donde se han asentado al huir de la brutal persecución que padecen en Birmania.

“Quizá podemos hacer poco por ustedes, pero su tragedia tiene mucho espacio en nuestro corazón. Para aquellos que les han hecho daño y sobre todo por la indiferencia del mundo, les pido perdón. Perdón”, dijo Francisco tras haber saludado y escuchado uno a uno a estos desplazados mientras les sostenía las manos.

Hasta ahora, Francisco había evitado decir esta palabra, ya que en Birmania podía haber suscitado las reacciones violentas de algunos extremistas, tal y como le había aconsejado la Iglesia local.

Pero ayer concluyó pronunciando la palabra rohinyá tras el encuentro interreligioso en el que participó en el jardín de la sede del arzobispado con representantes de musulmanes, budistas, hinduistas y otros cristianos.

“Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza. Todos nosotros somos esta imagen. Estos hermanos y hermanas también. Ellos son imagen del Dios viviente”, aseguró.

Vestida con una falda roja con grandes lunares blancos Sahwat Ara, de 12 años, explicó que había perdido a sus padres, a sus dos hermanos y a dos tíos en un ataque de militares birmanos el 28 de agosto. Pudo escapar junto a su tío Jaffar Alam, de 24 años, que quedó herido de bala y muestra su enorme cicatriz en el brazo, pero tuvo más suerte que los 30 que capturo el ejército ese día y que fueron fusilados, según contó el joven rohinya.

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