sábado, 17 de junio de 2017

Manjares árabes en el Ramadán leonés

LEÓN,17/06/2017,diariodeleon.es,ANA GAITERO 


Musulmanes leoneses ofrecen un ‘iftar’ institucional en la mezquita grande León durante el Ramadán. SECUNDINO PÉREZ

La comunidad musulmana de León comparte un ‘iftar’ con personas que trabajan por la convivencia cultural.

En el año 1438 de la emigración  de Muhammad a La Meca, en el mes nueve, el del Ramadán, y cuando el sol está a punto de caer, el imán llama al rezo de la jornada en la mezquita grande de León. En ese momento, al filo de las diez de la noche, se hace el silencio en el templo musulmán de la carretera de Zamora. Los hombres se arremolinan en fila frente a la pared que mira a oriente y durante unos minutos se escucha un murmullo acompasado con genuflexiones sobre el suelo.

A estas alturas del ramadán, apenas quedan diez días para finalizar el ayuno, ya no sienten el hambre. «Se lleva bien», dice Hassan, converso oriundo de Bilbao que se instaló en León tras casarse con una marroquí. La penúltima oración de la jornada es precedida de por el ajetreo de los platos y el aroma de los manjares para reponer fuerzas: panes y carne variada, pastas de miel y sésamo, batidos y zumos, dátiles y la tradicional sopa (harira).

Es una noche especial. El ‘iftar’, la comida nocturna que rompe el ayuno diario del Ramadán, se compartía con personas destacadas de la sociedad leonesa en su trabajo por la convivencia. La subdelegada del Gobierno, Teresa Mata, y el presidente de la Federación de Donantes de Sangre, Martín Manceñido, así como jóvenes del centro Auryn, personal de Cruz Roja, concejalía de Cultura del Ayuntamiento de León, salesianos del centro Don Bosco, la Asociación Hispano Marroquí y periodistas.

La comunidad islámica de León abrió su mezquita principal para dar a conocer las costumbres en fecha tan señalada para que «nos conozcan como somos de verdad», señaló el presidente de la comunidad islámica de León, Abdellah Zahdali. De su mano recorrieron la mezquita, de 550 metros cuadrados, a la que acuden hasta 400 fieles, en su mayoría hombres. Las mujeres tienen un espacio reservado en la parte de atrás que habitualmente se utiliza como escuela, pues un centenar de niños acuden a las clases de árabe y estudios del Corán.

Más de 3.000 personas siguen el ayuno musulmán en León. No comen ni beben durante las horas del día. «El Ramadán tiene un significado de sacrificio y de ponerse en el lugar de quienes pasan hambre y también de purificación», explica Smahane Ouyhia, de 19 años y estudiante de 2º de Bachillerato.

Están exentas las mujeres cuando están menstruando y cualquier persona por motivos de salud. «Una de las enseñanzas del Corán es que la salud es lo primero, así que si me encontrara mal podría beber agua», comenta otro converso, Ibrahim, que trabaja de jardinero en Pajares de los Oteros. La subdelgada agradeció la hospitalidad y resaltó que «tenemos muchas cosas en común» y «hay que formentar la integración».

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