Decenas de miles personas participaron hoy en la capital rusa en el comienzo del Uraza-Bairam (Eid al Fitr, en árabe), festividad que marca el final del Ramadán, el mes de ayuno y meditación de los musulmanes.
Las celebraciones comenzaron en un clima de calma, sin incidentes, según las autoridades moscovitas, que movilizaron a varios miles de policías, incluido efectivos montados, para salvaguardar el orden público en la capital.
El presidente del Consejo de Muftíes de Rusia, Ravil Gainutdín, felicitó a los fieles desde la Mezquita Mayor de Moscú por el cumplimiento del ayuno.
"Lamentablemente, hay muchos aún en la Tierra que incluso en el sagrado mes del Ramadán no pueden contenerse, no pueden vivir sin pecar ni causar el mal, sin sangre ni destrucción, lo que se contradice absolutamente con la voluntad de Alá", dijo el líder religioso.
En su mensaje de felicitación a los creyentes, el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó que el Eid al Fitr es "una de las principales fiestas religiosas que desde hace muchos siglos celebran los seguidores del islam en todo el mundo".
Agregó que la celebración del final del Ramadán "tiene uno profundo sentido moral y muestra la alegría de la renovación, el propósito de autoperfeccionamiento, la disposición de hacer el bien y de ayudar a los necesitados".
El jefe del Kremlin resaltó de manera especial el papel de los musulmanes rusos en "la preservación de la concordia y la paz civil, así como en el fortalecimiento de la amistad y el entendimiento entre las personas".
El Eid al Fitr es una de las festividades musulmanes más importantes y conmemora, según los fieles, la revelación del Corán al profeta Mahoma.
Aunque no hay estadísticas oficiales sobre el número de musulmanes en Rusia, se estima que son en torno a una veintena de millones.
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