El 10,55% de los alumnos catalanes recibe un menú especial. Foto: pere ferré/DT
En Catalunya se han multiplicado por 2o los alumnos que reciben comidas especiales por motivos de salud o religiosos
Los menús escolares adaptados se han multiplicado por veinte en los últimos diez años por el auge de alergias e intolerancias alimentarias y motivos culturales, según datos de la Associació Catalana d’Empreses del Lleure, l’Educació i la Cultura (Acellec), la más grande dedicada a la gestión de comedores escolares.
Si hace diez años solo el 0,5% de los comensales escolares tenían un motivo cultural o de salud para comer con un menú alternativo al general, en 2017 lo son el 10,55% del conjunto de niños y adolescentes: de 76 alumnos hace diez años se han pasado a los 1.602 en la actualidad de los 15.186 menús diarios servidos.
El vicepresidente del Sector Educativo de la Acellec, Oriol Carbonell, atribuye a motivos de alergias o intolerancia a la leche o al gluten el 5,41% del global de menús adaptados y a motivos culturales, sobre todo de religión musulmana o hindú, cerca del 5,14%.
La gestión de la diversidad alimenticia (que en caso de alteración médica da puntos para acceder a una escuela concreta) se ha convertido en un imperativo en los comedores escolares, que han experimentado un «gran cambio» en la última década, ha defendido Carbonell, quien remarca la complejidad de su abordaje. «Los protocolos son muy importantes, y en la actualidad pedimos informes a los padres para detallar los motivos de alergia o intolerancia, y saber cómo tenemos que actuar en caso de una hipotética complicación».
De hecho, hay 30 niños que sufren multialergias, lo que significa que son alérgicos a diferentes alimentos desde su nacimiento, incluso pueden ser alérgicos solo por inhalación o contacto físico con la comida del compañero de al lado, por lo que es imprescindible garantizar la «seguridad alimentaria» y en casos extremos separarlos del comedor general.
El gluten, lo más frecuente
La intolerancia más frecuente es la del gluten en el 1,19% de los niños, seguida de la de la lactosa, en el 0,95% del conjunto, mientras que las alergias suelen ser a legumbres y cereales varios como el arroz (0,88%), frutos secos (0,83%), el huevo (0,57%) y el pescado (0,17%).
El principal cambio se produjo hace cuatro o cinco años cuando se empezó a hablar de la intolerancia al gluten, y se afinó en el caso del diagnóstico a esta dolencia.
«Ahora existe una moda que parece que sea bueno comer sin gluten, lo que es un error terrible para quien no es intolerante o alérgico», apunta Carbonell, que subraya que en los comedores escolares se prioriza la dieta mediterránea con una preponderancia de frutas y verduras de ‘Km 0’.
Motivaciones culturales
Sobre las motivaciones culturales y sociales, la mayoría son niños musulmanes -que no pueden comer carne de cerdo- e hindúes -que no pueden comer carne de ternera-, si bien también existe un auge de niños vegetarianos que comen huevos y leche, y veganos que piden complementar dieta con tofu o seitán, a los que se cobra un suplemento.
En el caso de niños musulmanes, existe una apuesta por servir salchichas de pollo, en lugar de cerdo, el día pertinente para evitar la diferencia, si bien ha abierto un debate sobre la posibilidad de asumir que lo distinto no se vea como algo negativo en el comedor.
Acellec, que manda una revista a las familias con los menús de mediodía y sugerencias para la noche, gestiona 130 comedores escolares que sirven menús a más de 15.000 niños cada día.
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