domingo, 25 de septiembre de 2016

“Se nos ha ido un hombre de bien”

Ceuta, 25/09/2016,El Faro de Ceuta,Carmen Echarri 


La mezquita de Sidi Embarek acogió el rezo por Mohamed Mohamed Abdesalam, cuya pérdida se siente no solo en Ceuta sino también al otro lado de la frontera donde hizo tanto bien.

La llamada al rezo se escuchaba pasadas las 14.15 horas en Sidi Embarek. Ya antes se habían concentrado decenas de personas para no faltar a una despedida especial, la del hermano Mohamed Mohamed Abdesalam. “Se nos ha ido un santo”, lamentaba el dirigente de la UCIDCE, Laarbi Maateis. Palabras que refrendaban todas aquellas personas que expresaban en alto los sentimientos guardados hacia la figura de quien fue fundador de la oenegé ‘Enfermos Sin Fronteras’. “Se marcha un buen hombre”, expresaba un emocionado ciudadano.

En el interior de la mezquita el imam suplicó a los presentes que tuvieran presente a Mohamed, persona a la que ayer se le lloraba no solo en Ceuta, sino también al otro lado de la frontera, en donde su labor altruista deja huérfanos a cientos de personas. “No faltaba ni un sábado en el Hospital de Tetuán”, recordaba Maateis. Allí llevaba de todo, nada sobraba: desde pañales a ropa, medicamentos o material necesitado por enfermos y familiares. Lloran en el Hospital pero también lo hacen en muchos de los pueblos visitados por Mohamed junto a sus compañeros de la oenegé, sacando a la luz casos de extrema pobreza y necesidad, historias dramáticas que requerían de la colaboración de los ceutíes. Era constante, ponía el corazón en todo lo que hacía por eso siempre obtenía respaldo y, de hecho, el trabajo de ‘Enfermos Sin Fronteras’ llegó a ser reconocido con la entrega de la Medalla de la Autonomía.

“Era una buena persona, se nos ha ido alguien irrepetible”, exponía Mustafa, gran conocedor de su trayectoria, que ayer no quiso faltar al entierro de quien, durante más de 35 años, formó parte del Cuerpo Nacional de Policía. Algunos de sus colegas de servicio dejaban constancia del “leal compañero” perdido, lamento que también se extendía a otras entidades sociales y partidos políticos, unidos esta vez en el reconocimiento a alguien ejemplar.

El cáncer de pancreas pudo con él, se lo llevó tras años de batalla. Fueron precisamente esas penurias sufridas las que llevaron a Mohamed Mohamed Abdesalam a entregarse a las labores altruistas, a ayudar a todos los que lo necesitaban, a entregarse en cuerpo y alma a los que pasaban dificultades luchando porque éstas fueran mínimas.

“Ceuta ha perdido un héroe como persona, un ser especial”, destacaba horas antes Mohamed Ali-Chergui, presidente de la asociación que ambos fundaron hace una década y que ahora continuará con la lucha junto a las personas que integran esta entidad y que han aprendido de Mohamed el camino que deben seguir.

Minutos después del rezo, se abrían las puertas de la mezquita dando salida a decenas de personas que quisieron seguir el cuerpo camino del cementerio de Sidi Embarek. Hombres pero también niños seguían el sendero hacia el lugar en el que descansarán por siempre los restos de un hombre bueno que no pasará al olvido.

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