viernes, 16 de septiembre de 2016

Marruecos revisa 390 libros de texto para expurgar toda referencia sexista u homófoba

Sevilla,16/09/2016,lavanguardia.com,ADOLFO S. RUIZ.


Alumnos de la escuela primaria de los Udayas en Rabat, al principio del curso pasado. Chicos y chicas asisten juntos a clase (© Youssef Boudlal/Reuters)

Detectar referencias sexistas en los manuales escolares y eliminarlas. El Ministerio de Educación marroquí ha inspeccionado con lupa 390 libros destinados a la educación de los niños y ha encontrado fallos en 147 de ellos. El objetivo de esta revisión era expurgar ideas, frases o imágenes “perjudiciales” para la educación de los alumnos, con una especial dedicación a los libros destinados a la enseñanza de la religión islámica.

El trabajo ha sido arduo porque en muchas ocasiones las imágenes o expresiones sexistas y discriminatorias se introducían de manera muy sutil. Fuad Shafiqi, uno de los encargados de la revisión de manuales, revela que se han encontrado ejemplares para la enseñanza de las matemáticas en cuyas imágenes únicamente aparecen niños resolviendo los problemas y nunca niñas; para ilustrar el trabajo en un hospital, el médico aparece siempre con una imagen de tamaño mayor y por encima de la enfermera; cuando se habla de educación, el director del colegio siempre es un hombre y la mujer es la maestra; en otro libro la imagen de un discapacitado se asocia a la práctica de la mendicidad.

Esta revisión para eliminar ideas machistas en la educación de los jóvenes coincide con la polémica desatada sobre el concepto de masculinidad. El sociólogo Abdelsamad Dialmy acaba de publicar su polémica obra Vers une nouvelle masculinité au Maroc ).

“Los hombres marroquíes actuales se encuentran perdidos a propósito de su papel frente a la mujer y en el hogar. No saben qué significa la masculinidad”, asegura Dialmy. El tema fue objeto de un reciente debate organizado por la embajada de Suecia en Rabat después de que se hayan restablecido las buenas relaciones entre ambos países tras el incidente de la tienda de Ikea en Casablanca.

Ser hombre en Marruecos está condicionado por diferentes elementos propios de cada región. Si en la zona oriental y el Rif la masculinidad “está asociada a la brutalidad extrema”, en el centro del país y el Atlas es lo contrario. “Estas regiones se perciben como un espacio de libertad sexual primitiva que tiene muy en cuenta a la mujer”, escribe Dialmy.

Una encuesta realizada en el 2009 revelaba que los atributos que definían a un hombre en Marruecos eran coraje, bravura, inteligencia, dignidad, autoridad... “Se trata de una visión falsa e idealizada de la masculinidad”, afirma el investigador Jalid Tamdy. Más allá de la figura de este superhombre fantasma, el marroquí se encuentra también muy condicionado por características superficiales. “Un hombre debe ser musculado, llevar el pelo corto, tener comportamientos viriles y apropiarse del espacio público”, añade Tamdy.

Son estos estereotipos los que explican la violencia de la sociedad hacia las mujeres y los hombres que adoptan comportamientos o códigos estéticos diferentes. “Al final, los varones se creen obligados a lanzar una frase insultante o directamente agredir a cualquiera (hombre o mujer) porque asimilan que el espacio público únicamente les pertenece a ellos”, señala el sociólogo Tamdy.

Esta percepción se alimenta desde la niñez, y tienen una gran influencia los manuales escolares y los ejemplos que ven los jóvenes, aunque hay una franja minoritaria de marroquíes que va aceptando la igualdad de género y rechazando comportamientos violentos. Para Tamdy, “nuestros manuales escolares son una extensión de los estigmas ligados al género. Implícitamente los niños aceptan que el futuro del hombre es muchísimo más valioso que el de la mujer”.

El curso, que comienza el próximo lunes, tiene sus manuales expurgados de referencias sexistas, pero los libros dedicados a la religión aún no están listos. Se ha detectado que en ellos las mujeres aparecen siempre con velo.

En un Consejo de Ministros celebrado en febrero en El Aaiún, Mohamed VI insistió en la necesidad de revisar la enseñanza religiosa y sus manuales para “subrayar la gran importancia que tiene la educación en los valores de un islam tolerante en el seno del rito suní-malekí, que defiende la moderación, la tolerancia y la cohabitación con las distintas culturas y civilizaciones humanas”.

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