sábado, 2 de abril de 2016

Musulmanes temen aumento de agresiones en su contra por París, Bruselas, Trump y Cruz

Nueva York,31 MARZO 2016,eldiariony.com


FOTO: GETTY IMAGES

Cuando figuras públicas como Donald Trump y Ted Cruz describen a los musulmanes como gente mala y como una amenaza, casi inevitablemente eso se traduce en violencia de odio dirigida a musulmanes

Majda Rahmanovic estaba caminando por el estacionamiento de una tienda con su bebé de 8 meses cuando recibió una notificación en su teléfono recordándole de rezar.

Era noviembre del año pasado, después de los ataques terroristas en París. En ese momento, una mujer que pasaba por su lado oyó el sonido de la aplicación, un canto religioso en árabe. La mujer la miró con asco, y le gritó: “¡Devuélvase de donde vino! ¡No necesitamos eso aquí!”

Rahmanovic trató de ser educada. Le sonrió en silencio, y siguió con su camino.

“Estaba tan impresionada. Me pareció tan humillante que alguien parara a gritarme. Me hizo sentir avergonzada por el solo hecho de existir”, dijo Rahmanovic.

Rahmanovic, coordinadora de derechos civiles para el Consejo de Relaciones Musulmano-Americanas de Florida, nació en Bosnia, en la antigua Yugoslavia. Llegó a Estados Unidos cuando tenía 12 años, y desde entonces dice haber sido discriminada por ser musulmana muchas veces, un fenómeno que parece estar en aumento, inflado en parte por la retórica de la campaña electoral.

Después de París

Aún no se sabe qué tan grande es el alza en los crímenes de odio en el último año, ya que el FBI publicará en noviembre de este año los datos oficiales que encuentren del año 2015. Aún así, “empíricamente, no hay ninguna duda de que eso está pasando”, dijo Mark Potok, miembro principal en el Southern Povery Law Center (SPLC), una organización de derechos civiles sin ánimo de lucro especializada en litigación en contra de grupos de odio y de supremacía blanca.

Incidentes como este son cada vez más comunes desde los atentados terroristas en París de noviembre del año pasado y los ataques en San Bernardino, California, en diciembre, y después de que el precandidato republicano Donald Trump pidiera prohibir la entrada a todos los musulmanes a los Estados Unidos.

Desde entonces los crímenes de odio hacia estos se han triplicado, según un estudio de la Universidad del Estado de California al cual el New York Times tuvo acceso.

Más recientemente, el precandidato republicano Ted Cruz (la supuesta opción anti-Trump) llamó a patrullar y monitorear lo que llama “barrios musulmanes”, aunque expertos y miembros de la comunidad musulmana hayan aclarado que, además de discriminatorio, el termino no tiene sentido.

Y aunque hasta el presidente Barack Obama calificó esa propuesta de “incorrecta” y “antiestadounidense”, Cruz no solo no se retracta, sino que va más lejos.

Cruz alegó el martes en un foro en Wisconsin de la cadena de noticias CNN que las diferentes policías europeas han sido restringidas por “burócratas” de entrar a ciertas zonas que llama “no-go zones” y según el senador, “como resultado, por años una ideología radical, teocrática, violenta, se ha esparcido en algunas mezquitas y barrios musulmanes por toda Europa”.

Este concepto de los “no-go zones” también ha sido ampliamente desmentido por la prensa europea, y hasta el Primer Ministro del Reino Unido David Cameron llamó a un comentarista de la televisión estadounidense que hablaba de estas supuestas zonas un “completo idiota”.

Pero, incorrecto o no, ¿cómo cambian las vidas de los musulmanes comunes y corrientes después de que estos aspirantes a la presidencia del país se pronuncien en su contra?

“Cuando pasa este tipo de cosas, la gente en la primera línea recibe el golpe más duro”, explicó Khalid Salahuddin, un miembro de la Coalición de Organizaciones Musulmanas del Sur de la Florida, o COSMOS, por sus siglas en inglés.

“Número uno, las mujeres, porque se pueden distinguir inmediatamente si usan el hiyab [el velo musulmán que cubre el pelo y el pecho]. Hemos visto un incremento en los ataques verbales, y en algunos casos, físicos, contra las mujeres”, dijo Salahuddin.

“Y número dos, los niños. Los niños en los colegios y sitios públicos son atacados verbalmente, a veces físicamente, por otros niños que están respondiendo a lo que han visto en el hogar o en los medios”.

Salahuddin dijo que conoce a una mujer de su comunidad que usa hiyab quien le contó que una noche de lluvia fue acosada, insultada y perseguida en su carro con su hijo de 13 años.

“Esto es una forma de terrorismo”, dijo Salahuddin, “porque nos hace las vidas más difíciles a los ciudadanos normales, gente que no le ha hecho ningún daño a este país”.

Diversas maneras de discriminar

A veces la discriminación es menos agresiva, pero no menos hiriente. Thania Díaz Clevenger es la directora de derechos civiles del Consejo de Relaciones Musulmano-Americanas, CAIR por sus siglas en ingles, y monitorea las quejas de crímenes de odio y discriminación que reciben en el estado de Florida.

Díaz Clevenger le contó a Univision Noticias haber recibido varias denuncias de personas que dicen que les han prohibido la entrada a parques de diversiones, o a bombas de gasolinas, o casos en que empleadores retractan ofertas de trabajo.

Díaz Clevenger cuenta de un caso que la impactó, de una profesora en Weston, Florida, que le dijo “Taliban cabezadetrapo”, o raghead Taliban en inglés, a un estudiante musulmán de 14 años, de descendencia libanesa y marroquí. Este tipo de ataques verbales son los más comunes, que le griten “¡terrorista!” a la gente en la calle, o que le arranquen el hiyab a las mujeres, dijo Potok quien es experto en extremismo.

Pero también se ven cosas mucho peores, comentó Potok, quien se refirió a incendios en mezquitas, intentos de poner bombas, incluso un intento de disparar un arma de destrucción masiva.

Este último caso se refiere al de un hombre de 51 años del estado de Nueva York, Glendon Crawford, asociado al Ku Kux Klan, quien fue arrestado y condenado en agosto de 2015 por tratar de construir un arma de rayos X gigantesca para matar miles de musulmanes.

Crawford llegó a investigar mezquitas específicas y centros comunitarios musulmanes a los que atacar. El fiscal que lo condenó dijo en el cierre del juicio que las amenazas de Crawford eran “muy reales, muy viables, y muy letales”.

Epidemia de odio

El SPLC lleva un record interno y monitorea las noticias en busca de estos crímenes, explica Potok, y han notado que en 2015 “todo esto ha empeorado significativamente desde que Trump habló de prohibirle la entrada a todos los musulmanes a EEUU”, dijo Potok.

“Ha habido un número muy alto de ataques a mezquitas, de tiroteos de gente que se piensa es musulmana pero en realidad muchas veces son sikhs [una religión proveniente del hinduismo fundada en el siglo XV en India, donde los hombres deben usar turbante], hay una epidemia de bullying de niños musulmanes”.

Pero incluso antes de que Trump llegara a la escena política en agosto 2015, el sentimiento antimusulmán ya iba en subida. Los datos del FBI de 2014 mostraban que la categoría de crímenes antimusulmanes subió un 14%, mientras que el resto de los otros tipos de crímenes de odio han disminuido.

“La gente ya sabía del avance del Estado Islámico y ya había oído de historias como la del [secuestro de la estadounidense] Kayla Mueller, o de cómo quemaron vivo a un piloto jordano en una jaula, y esto fue el comienzo de un alza en los crímenes de odio antimusulmanes. Esto sin ninguna duda empeoró en 2015”, agregó Potok. Potok anticipa que el número de ataques a musulmanes suba después de los comentarios de Cruz.

“Cuando figuras públicas como Donald Trump y Ted Cruz describen a los musulmanes como gente mala y como una amenaza, casi inevitablemente eso se traduce en violencia de odio dirigida a musulmanes”. En el caso de Trump, aclara que él “no es legalmente responsable por la violencia que estamos viendo. Pero sí es moralmente responsable”.

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