El Centro Cultural Islámico de Madrid, conocido como mezquita de la M-30, asegura que siempre que detecta comportamientos extraños o sospechosos de los musulmanes se lo comunica a la Policía para que actúe en consecuencia.
El director del Departamento Cultural del Centro Cultural islámico de Madrid, Sami el Mushtawi, destaca su "colaboración absoluta" con las autoridades policiales y judiciales para erradicar comportamientos que son ajenos a la institución, que desarrolla una "labor netamente cultural".
"Somos responsables de lo que sucede en el interior de la mezquita, pero no fuera de ella", defiende El Mushtawi, que afirma que "no ha tenido ningún vínculo" con las acusaciones que revelan que la Brigada Al Andalus, una célula yihadista radicada en Madrid que fue desarticulada en 2014, hacía una "recaudación estándar" de díez euros entre los musulmanes que acudían a la mezquita.
Al respecto, explica que están al corriente de todo lo que se desarrolla en el centro ya que, subraya, "tenemos el mando desde la reja para dentro", si bien cuando observan algún comportamiento sospechoso fuera de la mezquita dan cuenta a las autoridades
"Hemos pedido a las autoridades que corresponden que actúen porque existe gente que vende sus cosas fuera, mientras que otros han llegado a pedir colaboración de hermanos para causas que no sabemos lo que son", ha añadido.
Ahora bien, quiere dejar claro que las acusaciones que contiene el escrito de acusación del fiscal contra los yihadistas detenidos en Madrid están "realmente alejadas" del trabajo de esta institución.
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