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Berlín— Alemania introducirá nuevas restricciones al derecho de asilo para reducir la llegada de refugiados en la primavera, pero debe hacer frente a su vez al bloqueo de Italia a una ayuda de la UE a Turquía, que Berlín considera crucial.
Berlín desea que Italia deje de oponerse al pago de 3 mil millones de euros prometidos por la Unión Europea (UE) a finales de 2015 a Turquía para ayudar a este país a gestionar los 2.5 millones de sirios presentes en su territorio y a controlar mejor la emigración ilegal hacia el continente europeo.
De visita el viernes en Berlín, el jefe de gobierno italiano, Matteo Renzi, aseguró que "Italia está dispuesta a cumplir con su parte", al tiempo que recordó haber dicho en principio "sí a la ayuda a Turquía" en noviembre, aunque espera todavía "las respuestas de los amigos de la Comisión Europea".
Roma bloquea este asunto, porque aboga por destinar más fondos europeos para financiar los 3 mil millones de euros. Actualmente, un tercio de este monto debe proceder del presupuesto de la UE, mientras que el resto debe ser abonado por los Estados europeos. Italia desea también un control del uso de los fondos por parte de Ankara.
"La puesta en marcha" del acuerdo UE-Turquía "es urgente, ya que necesitamos avances" para frenar la llegada de migrantes, reiteró por su parte la canciller alemana, Angela Merkel.
El objetivo de esta ayuda es mejorar las condiciones de vida de los refugiados sirios en Turquía, para que no viajen a Europa en busca de una vida mejor.
Al mismo tiempo, para evitar la llegada de migrantes, la coalición gubernamental alemana anunció el jueves por la noche una nueva serie de medidas destinadas a convertir Alemania en un país menos atractivo para los migrantes económicos y a canalizar la llegada de refugiados.
Berlín limitará así la reagrupación familiar para ciertas categorías de refugiados y excluirá a marroquíes, argelinos y tunecinos del derecho al asilo.
Aprovechar el invierno
Sin embargo, Merkel rehúsa, pese a la fuerte baja de su nivel de popularidad, limitar el número de refugiados acogidos.
El objetivo de estas medidas es preparar el terreno a una reducción "tangible" del flujo migratorio, tras la llegada a Alemania de más de un millón de migrantes en 2015, tal y como prometió Merkel.
Pero la canciller apuesta sobre todo por la batería de medidas europeas, como la repartición de refugiados en toda la Unión Europea —que rechazan varios países— y la millonaria ayuda prometida a Turquía, Jordania y Líbano para que retengan en sus territorios a los sirios.
Para Alemania, se trata de aprovechar la tregua que ofrecen las tormentas invernales en el Mediterráneo, que han generado un considerable descenso de los migrantes que intentan la travesía hacia Italia y Grecia.
"Nuestro objetivo es que el número de refugiados no aumente con el fin de las tormentas invernales", afirmaba el jueves Peter Altmeier, coordinador de la política migratoria alemana, muy cercano a Merkel.La línea de la canciller es cada vez menos compartida en su país. Según un sondeo de la revista Focus, 40% de los alemanes considera que la canciller debe dejar su cargo, pero un 45% opina lo contrario.
Es una tendencia de mal augurio antes de tres elecciones legislativas regionales el 13 de marzo, en las que se espera un espectacular aumento de los populistas xenófobos del partidos AfD (Alternativa para Alemania). En este contexto, Merkel ha prometido un "balance intermedio" de sus esfuerzos tras la cumbre UE-Turquía del próximo 18 de febrero.
Serie de medidas en Europa
Este progresivo endurecimiento se produce mientras Alemania aparece en Europa como el único destino para los centenares de miles de migrantes.
Suecia y Finlandia han anunciado su decisión de querer expulsar a decenas de miles de migrantes llegados en 2015. Holanda espera reenviarlos a Grecia, mientras que Macedonia, Croacia y Serbia sólo quieren dejar pasar a quienes tengan como destino Austria o Alemania. En Dinamarca, un texto aprobado por mayoría en el parlamento prevé confiscar los efectos de valor de los migrantes, disminuir sus derechos sociales y limitar la reagrupación familiar.
El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, pidió este viernes el cierre de las fronteras exteriores del espacio Schengen mientras la UE no haya decidido qué hacer con los migrantes que ya están en su interior.Unos 30 mil refugiados sirios, iraquíes y afganos siguieron tomando la ruta de los Balcanes en enero, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Y, acrecentados por el mal tiempo, los dramas se siguen produciendo en el Mediterráneo, con la recuperación el jueves de los cadáveres de 21 migrantes, entre ellos de 10 niños, en el mar Egeo."El despiadado carácter de los grupos ‘de traficantes de seres humanos’ que vemos es alarmante", estimó Joel Millman, portavoz de la OIM.
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