jueves, 28 de enero de 2016

Musulmanes en Paraguay estrenan mezquita dispuestos a sacudir estigmas

Ciudad del Este,28/01/2016,publinews.gt


Un grupo de fieles rezan en la nueva mezquita Alkhaulafa Al-Rashdeen, en Ciudad del Este, en la triple frontera que comparten Paraguay con Brasil y Argentina, el 18 de diciembre de 2015 Foto: Norberto Duarte/afp.com

Un domo blanco de 18 metros de alto se impone en el paisaje de Ciudad del Este. Es la mezquita Alkhaulafa Al-Rashdeen, el tercer templo que erige la comunidad musulmana en la triple frontera que comparten Paraguay con Brasil y Argentina, donde buscan sacudir estigmas ligados al terrorismo.

El templo de un millón de dólares del que sobresalen dos torres de 35 metros de típica arquitectura árabe, fue terminado en diciembre luego de cuatro años de aportes de los más de 7.000 árabes musulmanes radicados en Ciudad del Este. Unos 20.000 viven en la zona de la triple frontera.

"Queremos demostrar con nuestros actos que somos gente de bien. Paraguay es un país hospitalario que nos recibió. Este templo es el fruto de nuestro esfuerzo", explica a la AFP Khaled Ghotme, presidente del Centro Árabe Islámico Paraguayo.

La mezquita, que se divisa desde la vecina ciudad brasileña de Foz de Iguazú, fue construida como centro de oración con capacidad para más de 500 personas, pero también de referencia turística con su revestido de piedras y materiales importados de Arabia Saudita y China.

Khaled, que llegó a Paraguay a los 17 años del Valle de Becá en Líbano, dice que en esta ciudad húmeda y calurosa encontró la paz que buscaba cuando se volvió "insoportable la invasión de Israel".

Pero admite que esa tranquilidad se esfuma cuando ocurre algún atentado a manos de los radicales islamistas en el mundo, como el que causó 130 muertos el 13 de noviembre en Francia.

"Lo que pasó en Francia fue doloroso. Lo repudiamos con todo nuestro corazón", comenta.

Said Mohamed Taiyén, el vicepresidente del centro islámico paraguayo, lamenta que la prensa no trate de la misma manera a los atentados que se producen en Medio Oriente.

"No le dieron la misma trascendencia (al atentado) que ocurrió en Líbano. Las víctimas fueron puros musulmanes. ¿Por qué hacen diferencia?", se pregunta, mientras uno de los devotos interviene: "Todos somos siervos de Dios. No hay diferencia entre seres humanos (...) ¿Acaso no vivimos en la misma tierra?"

 "Basta de difamación" 

Hasta ahora existía en esta zona dos mezquitas, una chiita y otra sunita.

La Mezquita del Profeta Mahoma, que está situada en pleno centro y rodeada de tiendas, transeúntes y vehículos en constante movimiento, sirve como lugar de oración para los dueños de los comercios aledaños.

El templo más grande y más frecuentado hasta ahora ha sido la mezquita sunita de Foz de Iguazú, del lado brasileño de esta frontera atravesada por una confluencia de los ríos Paraná e Iguazú.

Cuentan los representantes musulmanes que, antes de los atentados de 2001 en Estados Unidos, su comunidad contaba con unas 30.000 personas. Desde entonces, arreciaron las acusaciones de apoyo al extremismo musulmán.

Las comunidades inmigrantes -unas 85 etnias de distintas partes del mundo- se unieron para organizar actos culturales multitudinarios integrando a los habitantes de los tres polos urbanos: Ciudad del Este (Paraguay), Foz de Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina), para decir "basta de difamación".

Bajo sospecha

Expertos de la policía antiterrorista de Paraguay revelan a la AFP que en Ciudad del Este, segunda ciudad más poblada del país, operan agentes de la CIA y el FBI estadounidenses, del Mossad israelí y del servicio secreto francés.

Con los seis millones de turistas que se estima visitan anualmente las Cataratas del Iguazú y la gigantesca represa hidroeléctrica Itaipú, que comparte Paraguay con Brasil, Ciudad del Este se ha convertido en un sitio de rico intercambio comercial.

En su furia por los atentados del 11-S, Washington tildó la región de "santuario de terroristas" al calificarla de "imán" para el lavado de dinero, tráfico de armas, de drogas, documentación falsa, y piratería que podía esconder el financiamiento de otras actividades.

El movimiento de personas y mercaderías con poca burocracia acentuó las sospechas de los servicios secretos sobre la posibilidad de envío de recursos a movimientos extremistas desde una zona considerada enclave de células dormidas del terrorismo islámico.

Los sucesivos gobiernos brasileños de Luiz Inácio Lula da Silva y de Dilma Rousseff defendieron la zona tras las acusaciones de Estados Unidos.

Khaled, un profesional en informática, es uno de los que resistió a los embates en una época en que se estimaba en 30.000 los descendientes del Medio Oriente en la zona. "Hoy estamos entre 10 y 15.000", dice.

Pero la nueva mezquita en Ciudad del Este, la primera de ese porte en Paraguay, fomenta el orgullo de su comunidad musulmana. "Es el símbolo de la pluriculturalidad cosmopolita de la región", se felicita Said Taiyén.

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