Sídney (Australia)09/10/2015,EFE
El primer ministro australiano, Malcom Turnbull, alertó hoy de que responsabilizar a todos los musulmanes por los crímenes cometidos por una minoría dificultan los esfuerzos de las autoridades para prevenir la violencia extremista.
"Aquellos que lo hacen ponen más difícil la tarea de la policía, las fuerzas de seguridad y los gobiernos de prevenir la violencia extremista", dijo Turnbull en una rueda de prensa en Sídney.
En sus declaraciones Turnbull aludió a las protestas convocadas este fin de semana en Sídney tras la muerte a tiros del empleado de la Policía Curtis Cheng a manos del presunto yihadista Farhad Jabar, cerca de una comisaría de la ciudad.
El primer ministro dijo que Cheng "fue asesinado por un menor de 15 años en un acto terrorista que creemos fue motivado por puntos de vista políticos y religiosos extremistas".
Turnbull insistió que la prevención y lucha contra la violencia extremista, el terrorismo y la violencia políticamente motivada sigue siendo un reto para Australia "como comunidad, como sociedad y como gobierno" y un asunto "de alta prioridad".
Sus palabras suponen un cambio de tono frente a su antecesor, Tony Abbott, a quien le arrebató el poder el mes pasado tras una revuelta interna en el Partido Liberal y quien solía referirse a la ideología yihadista como "culto a la muerte".
El primer ministro, que se reunió en Sídney con siete líderes musulmanes, enfatizó que "una persona musulmana que predica odio contra otros musulmanes, cristianos, judíos u otros está amenazando con socavar nuestra armonía, prosperidad y seguridad".
A principios de año las autoridades de Australia elevaron a nivel "alto" la alerta por posible ataque terrorista contra la Policía, cuatro meses después de hacerlo para todo el país en medio de las preocupaciones por el aumento de ataques dentro de su territorio y la radicalización de muchos jóvenes por el extremismo islámico.
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