domingo, 25 de octubre de 2015

Los ilustrados del XVIII que recuperaron el legado del arte andalusí

Madrid,21/10/2015,elmundo.es,JOSÉ ÁNGEL RIOJA

Zócalo alicatado. Sánchez- Sarabia Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando

Académicos de San Fernando y artistas ilustrados como Sánchez Sarabia o Hermosilla fueron los precursores en preservar pinturas, planos y textos de monumentos hispanomusulmanes

A La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se creó como una institución protectora del mundo artístico. Atendiendo a este cometido, su preocupación inicial fue recuperar el arte islámico del periodo andalusí debido a las noticias del deterioro de éste a mediados del siglo XVIII. Una vez comenzaron se creó una necesidad de documentar todo el patrimonio histórico que hoy nos permite tener constancia de valores, estética y modos de vida de civilizaciones pasadas que poblaron el territorio.

La Academia

En 1752, mediante un Real Decreto, se creó una institución que se hizo cargo de la academia de escultores que Juan Domingo Olivieri, Primer Escultor del Rey, tenía en las habitaciones del Palacio Nuevo. Se denominó Real Academia de las Tres nobles artes de San Fernando por iniciativa del rey Fernando VI, y uno de sus primeros estatutos fue la protección y promoción del arte. Las noticias de que las pinturas hispanomusulmanas empezaban a deteriorarse sirvieron a los académicos como punto de partida para su tarea.Comenzaron entonces por la restauración de la sala de los Reyes de la Alhambra, una habitación concebida para el reposo y la tertulia. Decorada con multitud de dibujos y representaciones, recibió su nombre por la pintura que decora la bóveda central que se cree que podría representar a diversos personajes de la época; desde los diez reyes nazarís a Muhammad V y su corte, pasando por un grupo de fantásticos guerreros o simplemente la aristocracia granadina.Fue Diego Sánchez Sarabia, un artista local, el elegido para copiar los dibujos de dicha sala. En un principio la obra de Sanabria tuvo una gran acogida, pero pronto los académicos se dieron cuenta de que no era una representación fiel, sino una interpretación personal de las obras.

Ante estas críticas, se mandó al arquitecto José de Hermosilla en 1766 a tomar los planos de la Alhambra y más tarde, de la mezquita de Córdoba y de los sepulcros de los Reyes Católicos. Estos planos son los primeros estudios arquitectónicos que se realizan buscando, no solo la documentación de antigüedades sino también el estudio de la estética medieval.Por otra parte, el sacerdote Miguel Casiri documentó y copió los textos de los edificios para su lectura, estudio y traducción, cuyo trabajo fue revisado por el experto en el mundo árabe, Pablo Lozano. Cincuenta años después, la Escuela de Arquitectos formó a sus alumnos documentando los planos, ya no sólo del mundo árabe, sino de cualquier patrimonio histórico del país. Se ha terminado de afianzar en las mentes contemporáneas la necesidad de preservar el pasado.

La exposición

Actualmente, la Real Academia de las Artes de San Fernando, recupera la muestra de los profesionales de finales del XVIII en una exposición que se puede disfrutar hasta el 8 de diciembre en su sede de Madrid. La exposición ha sido organizada conjuntamente por la Real Academia de las Artes de San Fernando y por la Fundación MAPFRE, con el comisariado académico y experto en arquitectura islámica Antonio Almagro Gorbea.Su objetivo es subrayar la importancia del cometido y rememorar a quienes las realizaron. Así dan a conocer este valioso patrimonio de dibujos que ilustran y ayudan al mejor conocimiento de monumentos como la Alhambra y la mezquita de Córdoba, que hoy forman parte del Patrimonio de la Humanidad. El recorrido es breve, pero bien aprovechado. Las blancoazuladas paredes de la Academia están repletas de dibujos y planos que se realizaron en el siglo XVIII y XIX. Una serie de imágenes plasmadas mediante la técnica del grabado y la estampación recogen la apreciación documental de los principales monumentos hispanomusulmanes. Los más de 700 años de dominación musulmana en la Península recogidos en los planos de su patrimonio artístico.

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