lunes, 19 de octubre de 2015

Israel levantará muros para separar barrios árabes y judíos

Jerusalén, 19 oct,2015, (dpa)


En vista de la creciente oleada de violencia, Israel planea separar en Jerusalén Este los barrios árabes de los judíos con cercas, informaron hoy la radio israelí. El barrio árabe Issaviyeh, por ejemplo, permanecerá cercado y con ello se convertirá en un enclave de facto en Jerusalén. Una parte del plan es levantar una valla de 1,5 kilómetros de largo y nueve metros de alto cuyo coste rondará los 4,6 millones de euros.

La función principal de la valla será evitar que los palestinos del barrio de Issaviyeh lancen piedras y cócteles molotov a los vehículos que circulan por una carretera que va de Jerusalén a Ma’ale Adumim, uno de los principales asentamientos israelíes en Cisjordania dentro de los territorios palestinos.

Otra parte del barrio, con alrededor de 20.000 habitantes, deberá ser acordonada con bloques de hormigón y entre el asentamiento israelí Armon Hanaziv y el barrio árabe Dschabel Mukaber y Sur Baher se implantará una restricción similar. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí subrayó que esta decisión es meramente por seguridad y que no se trata de ninguna decisión política.

Israel declaró la ciudad de Jerusalén como “eterna e indivisible” capital del país, mientras que los palestinos reclaman la anexión de la zona árabe de la ciudad como parte de su propia capital de un Estado independiente.

Desde principios de este mes, ocho israelíes perdieron la vida por ataques de palestinos con armas de fuego y blancas. Por su lado, más de 40 palestinos fallecieron en atentados. El resto de las personas murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. Según informes de la prensa, la gran mayoría de los terroristas vienen del lado árabe de Jerusalén.

Esta decisión provocó la ira del sector más derechista y ultranacionalista del gobierno de Benjamín Netanyahu, que critican la colocación de cercas y muros por causar una división de facto de la ciudad, algo a lo que se oponen frontalmente.

El primer ministro israelí se reunirá el jueves con el secretario de Estado norteamericano John Kerry en Berlín. El secretario de estado de Estados Unidos tiene también planeada una reunión el sábado con el presidente palestino Mahmud Abbas y el rey Abdulá II de Jordania para tratar de frenar la escalada de violencia que se vive en la zona.

Sin embargo, la oficina de Netanyahu advirtió que el viaje del primer ministro a Berlín podría posponerse de nuevo si la situación en Israel empeora. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto comenzar hoy discusiones para un documento no vinculante relativo a la disputa violenta sobre el centro sagrado de Jerusalén.

Israel, por su parte, ha rechazado una llamada francesa para enviar observadores a la zona, conocida por los judíos como el “Monte del Templo” y por los musulmanes como “Explanada de las Mezquitas”. A nivel social, debido a la oleada de acuchillamientos palestinos, miles de israelíes solicitaron un permiso de armas, informó hoy la radio del Ejército.

De acuerdo con la información, se ha registrado un aumento notable de estas solicitudes. El ministro de la policía, Gilad Erdan, anunció que iba a aligerar y acelerar el proceso para adquirir el permiso de armas. La radio, sin embargo, señala que el Ministerio de Seguridad Interior no tiene capacidad para gestionar todas las solicitudes requeridas. El centro telefónico de este departamento no funciona y por el momento no se pueden conceder nuevos permisos de armas.

Desde principios de mes han muerto ocho israelíes por ataques con arma blanca perpetrados por palestinos. Más de 40 palestinos han muerto, la mitad de ellos eran agresores que fueron abatidos por las fuerzas de seguridad. El resto murió en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes.

Una disputa por los derechos de uso de la Explanada de las Mezquitas, que los judíos denominan el Monte del Templo, avivó las tensiones. El lugar está considerado sagrado para judíos y musulmanes. Los palestinos acusan a Israel de querer hacerse con más control sobre los lugares santos. El jefe de gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, lo niega.

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