Inteligencia vigila la pugna entre el régimen marroquí y el radicalismo islamista para controlar a la población del país magrebí en España
Las autoridades de Marruecos quieren impulsar la construcción de una gran mezquita, a poder ser en Badalona, para contrarrestar los efectos que tendría entre los aproximadamente 240.000 originarios de ese país residentes en Cataluña la ubicación de otro centro de culto islámico, éste de inspiración wahabista (corriente similar al salafismo), que pretende Qatar.
Tradicionalmente Rabat ha tenido especial interés en controlar a la comunidad musulmana en España, la mayoría marroquíes. Entre otros motivos, porque en las corrientes más radicales del islam instaladas en nuestro país, como Justicia y Caridad, se han establecido algunos de los más firmes opositores al régimen marroquí. Los servicios secretos de Marruecos esgrimen que desde España maniobran para desestabilizar la monarquía que encarna Mohamed VI y financian a los grupos subversivos. Pero en los últimos años la preocupación es mayor ante el incremento de la amenaza yihadista, que coincide con un auge de corrientes como la salafista, tablig o wahabista, en las que se inspiran los terroristas para perpetrar sus atrocidades en nombre del Islam. La preocupación tiene fundamento, ya que han sido muchos los yihadistas de origen marroquí detenidos en los últimos años en España, y especialmente en Cataluña, cuando estaban dispuestos a desplazarse a Siria e Irak y con el propósito, en bastantes casos, de retornar al país magrebí para cometer allí atentados. Pero si a Rabat le inquietan los movimientos yihadistas en el conjunto de España, le preocupa más aún su evolución en Cataluña.
La inspiración salafista
En esta comunidad los líderes más influyentes son de inspiración salafistas, de origen marroquí, y controlan a la mayoría de la población musulmana. Y han conseguido impulsar la mezquita de Salt, que pretende convertirse en centro de culto de referencia para los salafistas de Europa.
A ello se suman ahora los planes de las autoridades de Qatar para construir una gran mezquita en Barcelona. Qatar, como Arabia Saudí, pese a estar en la coalición internacional contra el Estado Islámico, son países observados con no poco recelos por los gobiernos occidentales, ya que al mismo tiempo constituyen focos desde los que se expande el wahabismo, una corriente muy similar a la salafí. Tanto, que en ocasiones se confunden. Se caracteriza por una interpretación rigorista y medieval del islam, y por su vocación de extenderse por el mundo. Los impulsores del proyecto financiado por Qatar quieren instalar su gran mezquita en la plaza de toros de Barcelona, aprovechando la decisión de la Generalitat de erradicar la Fiesta Nacional.
Ante los planes de Qatar, las autoridades de Rabat quieren impulsar sin demora la construcción de su gran mezquita. Y ya ha encomendado esta tarea a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) -el Servicio de Inteligencia exterior marroquí- . Su instrumento oficial para lograr este objetivo es la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (Uccic), a cuyo frente está la colaboradora de la DGED, Atiqa Bouhouria Meliani, esposa de Noureddine Ziani. Este, colaborador también del servicio de inteligencia marroquí, fue expulsado de España el 17 de mayo de 2013 a instancias del CNI, por sus actividades contrarias a la seguridad nacional. Este individuo, colocado por Convergencia Democrática de Cataluña en la Fundación Nous Catalans, ha actuado como doble agente. Así, colaboraba con los servicios secretos marroquíes y mantenía estrechas vinculaciones con líderes salafistas en Cataluña. Ello le permitiría, por encargo de la Generalitat, atraer al proceso soberanista a la población musulmana, tanto radical como moderada.
El caso es que en los últimos meses ha aumentado el número de iniciativas dirigidas a hacer realidad el proyecto de la gran mezquita inspirada por el régimen alauíta. La citada «hoja de ruta» comenzó con la invitación a una delegación de autoridades catalanas para visitar Marruecos. Acudieron, entre otros, Enric Vendrell, director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat y pieza clave para que se pueda ejecutar el proyecto; Javier Fillol, consejero municipal del Ayuntamiento de Barcelona; Jordi Giro, miembro de la Asociación de Inspectores de Educación de Cataluña, y Pere Pardo, director ejecutivo de la Agencia de Gestión de Ayudas y de Investigación Universitaria en Cataluña. Entre el 9 y el 15 del pasado mes de junio la delegación visitó el Parlamento y mantuvieron diversos encuentros. Entre ellos, con un consejero de Mohamed VI; con Ahmed Toufiq, ministro del Habous y de Asuntos Islámicos; con Abdellah Boussouf, secretario general del Consejo de la Comunidad de Marroquíes en el Extranjero y con el mismísimo Noureddine Ziani, pese a que había sido expulsado de España por amenazar su seguridad nacional.
La siguiente parada en esta «hoja de ruta» fue el Parlamento de Cataluña, que el 27 de junio pasado acogió la visita de una treintena de invitados recibidos por la presidenta Nuria Gispert. Y en este contexto, el 19 de julio se celebró en el Palacio de Pedralbes de Barcelona una cena institucional de ruptura del ayuno a la que asistieron representantes del Gobierno de Marruecos y del Parlamento catalán.
Un primer acuerdo
Las negociaciones para la construcción de la mezquita las llevaron a cabo directamente el Ministerio del Habous y de Asuntos Islámicos y los responsables de Justicia de la Generalitat. Y fruto de ellas ya se ha llegado a un primer acuerdo. Las fuentes consultadas por ABC subrayan que Rabat quiere dar ahora celeridad a este proyecto, sobre el que lleva trabajando diez años, por varios motivos, además del interés de contrarrestar el proyecto que pretende impulsar Qatar. A las autoridades de Rabat les preocupa un posible cambio de escenario político en Cataluña tras las próximas elecciones autonómicas. Ahora cuenta con el apoyo de la Generalitat, algo que podría no ocurrir si accediera al poder otro partido.
Además, la DGED ha detectado problemas internos dentro de la Uccic, motivados por rivalidades de liderazgo, que podrían poner en peligro el proyecto. Marruecos busca ahora un terreno para ubicar la pretendida mezquita y ya ha tanteado a algunos concejales la posibilidad de disponer de un solar en su municipio, pero está interesado especialmente en Badalona. Los Servicios de Inteligencia vigilan la pugna que mantienen Marruecos y los islamistas radicales para controlar a la población musulmana residente en España.
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