viernes, 3 de abril de 2015

«Asociar el Islam directamente con el terrorismo yihadista es un gran error»

Burgos,03/04/2015,ESTEFANÍA MALDONADO,elcorreodeburgos.com


Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco, Rodrigo Isasi se especializó en Seguridad en el Mediterráneo, Oriente Medio y Próximo Oriente tras hacer un Máster en Cooperación Internacional y Desarrollo, y otro en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos. A sus 25 años ha sido becario de Comunicación en La Embajada de España en Siria o en UNICEF País Vasco, Técnico Superior de Cooperación en Solidaridad Internacional (Bilbao-Haití) y ha realizado trabajos de voluntariado en Túnez, Marruecos, Portugal y Polonia. Y es que, según confiesa, entre sus aficiones, además de la fotografía o la cocina, destaca viajar, sobre todo, por el mundo árabe.

Pregunta.- ¿Por qué este mundo?

Respuesta.- Es una región que está en constante actualidad informativa, bien a causa de las guerras y desórdenes sociales en sus países, o a raíz de la Primavera Árabe. Es importante dar a conocer información más especializada que no llega a los ciudadanos, y construir una visión positivista y de integración/cooperación entre occidente y el mundo arabo-islámico.

P.-¿Existía algún vínculo previo o nació de sus viajes como cooperante?

R.-Todo nació de dos viajes de ocio con mi familia a Túnez y Marruecos. Desde ese momento, empezó a gestarse una fuerte atracción y respeto hacia esa cultura. Al comenzar mis estudios en Periodismo, empecé a estudiar lengua árabe clásica (’Fusha’), y desde entonces no he parado. Aunque mi sueño era convertirme en reportero de guerra, la situación actual, la crisis del periodismo y la falta de medios me llevaron a especializarme en una realidad más tangible.

P.-Un periodista especializado en mundo árabe, ¿está condenado a cubrir la información de países en conflicto o hay otras formas de desarrollar su profesión?

R.-Por desgracia, los conflictos son una realidad en Oriente Medio desde hace tiempo, y muy a nuestro pesar, van a continuar en el futuro, así que es normal que ocupen gran parte de la actualidad. Sin embargo, existen otras posibilidades como trabajar en una ONG, realizar asesoría política en temas referentes al mundo arabo-islámico, centros, instituciones o Think Tanks de investigación… Y mientras consigo acceder al mercado laboral y debido al panorama actual, sigo formándome.

P.- ¿Es muy diferente el mundo árabe del nuestro?

R.-¿Para una persona que viaja por primera vez a un país árabe, el choque suele ser grande, sobre todo en lo referente a la alimentación, las prácticas religiosas o la organización. La primera sensación en países como Siria, Egipto o Marruecos, es la de un cierto caos organizativo: los pasos de cebra no se usan o son inexistentes, en los trámites burocráticos funciona la ley del más fuerte o del más rico, muchas veces los precios no son fijos y hay que regatear… pero su sociedad funciona.

El mundo occidental ha avanzado más rápido en servicios sociales, infraestructuras y educación, pero hay gestos como la generosidad de las personas, el sentido de unidad familiar y la colaboración y ayuda desinteresada que te proporcionan, que sorprenden al viajero occidental porque eso se está perdiendo en nuestra sociedad.

P.- ¿Hay mucho desconocimiento sobre el mundo árabe en occidente? ¿El choque cultural nace de la ignorancia?

R.- Todavía hay un gran desconocimiento sobre él en la sociedad occidental actual, y siguen prevaleciendo algunos prejuicios raciales discriminatorios y tópicos incorrectos. Los profesionales de la comunicación debemos cuidar nuestras informaciones y nuestro lenguaje, que en muchos casos ofrece una visión negativa o equivocada del contexto árabe, y tenemos que ofrecer una visión más positivista.

P.- ¿Se está extendiendo una corriente islamófoba por ese desconocimiento? ¿Es algo «interesado»?

R.-Por desgracia, la islamofobia está cogiendo tintes cada vez mayores. Algunos colectivos del mundo occidental siguen conservando esa visión orientalista, imperialista, de superioridad frente al resto de sociedades a las que consideran o bien inferiores o bien una posible amenaza. Negar que el Terrorismo Islámico existe y es un peligro latente, es un error tremendo, pero asociar al islam directamente con terrorismo yihadista es un error aún mayor.

P.- ¿Y cuál es la visión del pueblo árabe?

R.- Los musulmanes se encuentran «atacados» por dos partes: por una sociedad occidental que cada vez adquiere más prejuicios discriminatorios por desconocimiento y falta de educación en integración, respeto y valores; Y por un terrorismo fundamentalista islámico que no representa a los musulmanes ni al islam y que genera una visión negativa del mundo arabo-islámico en su conjunto.

P.- ¿Hace Oriente Próximo un uso político de la religión que difiere de las doctrinas del Corán?

P.- Dividir política y religión es algo muy complicado. Simplificando mucho, la unión de política e islam es lo que denominaríamos «islamismo». La interpretación subjetiva y errónea del Corán, la sunna, los hadizes y las diferentes escuelas jurídicas del islam, es algo que siempre se ha hecho.

Religión y educación son dos grandes instrumentos que la política puede corromper y usar para sus intereses. Un claro ejemplo de organización islamista sería Hezbollah -literalmente «el partido de Dios»-, que comprende desde un partido político, una parte armada terrorista, una organización que suministra servicios sociales que el gobierno no puede ofrecer, una entidad educativa… Pero siempre bajo la premisa del adoctrinamiento religioso, en este caso musulmán chiita.

P.- ¿Un lugar para perderse?

R.- El casco antiguo de Damasco antes de la Guerra en Siria: contemplar desde la azotea del Restaurante Al Khawali las estrellas y las luces de las casas que descienden por la ladera del Monte Qasioun, mientras se escucha de fondo la llamada al rezo de las diferentes mezquitas; pasear entre casas de color blanco y azul por las calles de Chefchaouen en Marruecos; tomar un té con piñones en el pueblecito de Sidi Bou Said en Túnez y contemplar la bahía y el mar o disfrutar de una Shisa (pipa de agua) y un té Koshari en cualquier café tradicional del Cairo.

P.- ¿Qué es lo que más le gusta de la cultura árabe?

P.- El idioma es difícil, pero muy rico y bonito de aprender y hablar. La gastronomía es excelente y el conocimiento de las especias y aplicarlas a cada plato, es sin duda maravilloso. En lo referente a las costumbres, quizás destacaría haberme sentido uno más en cualquier país, sentirme integrado y no haber sufrido discriminación por mi cultura, raza o religión.

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