El turco no vio ningún disparo desde los once metros, dado la vuelta en el centro del campo y rezando de rodillas.
La noche en el Vicente Calderón y la clasificación para los cuartos de final de la Champions dejaron un reguero de estampas para el recuerdo de los hinchas rojiblancos. Y la mayoría acontecieron en los penaltis, habitual punto de fatalidad y elminación para el equipo. El temple de Oblak al permanecer en el centro de la portería en el primer lanzamiento alemán, el gesto de no entender nada de Koke al fallar su disparo, el tiro colocado de Torres al palo izquierdo y su grito a las alturas, pero sobre todo, el rezo de Arda Turan invocando al cielo.
El turco profesa, como el 99 por ciento de sus compatriotas, la religión musulmana. Y, preso de la emoción y los nervios, protagonizó una estampa singular. Se arrodilló en el centro del campo, justo en el ecuador de la fila que formaban los jugadores del Atlético, al lado de Juanfran y Miranda, y dado la vuelta respecto a la mirada de sus compañeros, no quiso ver cómo lanzaban Raúl García, Koke, Griezmann, Mario Suárez y Fernando Torres.
Así estuvo durante los diez penaltis de la tanda, rezando de rodillas a Alá. Después sí, con el disparo fuera de Kiessling, se giró y se contagió del estallido del Calderón. El Atlético había pasado a los cuartos de final.
Finalizada la tanda de penaltis, el turco fue retirado del Vicente Calderón en camilla con calambres mientras la afición se entregaba a su héreo, decisivo para llevar al Atlético de Madrid a los cuartos de la Champions.
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