sábado, 1 de noviembre de 2014

"Se puede tener un Estado próspero con una evolución demográfica negativa"

Madrid,01/11/2014,elimparcial.es,D.Villagrasa


Es "muy seguro" que la edad de jubilación llegue a los 70 años. Por D. V.

Presupuestos 2015: las pensiones suben el mínimo previsto
España perderá 5,6 millones de habitantes en 50 años

Este martes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hacía públicas las previsiones demográficas de España para los próximos cincuenta años: de seguir así las cosas, se perderán 5,6 millones de españoles en medio siglo y un millón en los próximos 15 años. Con una economía que aborda una lenta e inestable recuperación, y un sector público todavía muy endeudado, este vaticinio incide en algunas de las llagas más sangrantes de la vida económica española: la sostenibilidad de las pensiones, la disminución de la población activa, el gasto sanitario, la colocación del excedente de vivienda que se ha generado durante los años de burbuja, e, incluso, el propio modelo económico al que se encamina el país. 

EL IMPARCIAL ha charlado con el investigador Diego Ramiro, del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, para poner en perspectiva las previsiones demográficas recesivas que presenta el INE. 

El futuro no es tan fiero como lo pintan, según se deduce de las palabras de este experto, que considera que a pesar de la pérdida de población, y el envejecimiento de los españoles, el Estado futuro “es tan viable como el actual”. 

Según explica Diego Ramiro a este diario la idea de que la prosperidad tiene que ver con una vigorosa demografía es una idea muy extendida en el siglo XIX y principios del XX, pero que en queda en la actualidad está en entredicho. “Se puede tener un Estado muy próspero con una evolución demográfica negativa”, afirma. 

Va más allá: asegura que se puede tener “un Estado muy próspero” con una evolución demográfica negativa. 

Sin embargo, hay “riesgos” para la estructura económica del país. Aunque siempre teniendo en cuenta que la población dentro de quince años, según las perspectivas del INE, sería similar a la de 2007 o 2008, cuando la ola de la crisis económica que azota a España comenzaba a nacer. Y, de seguir así las cosas, la población española en 2064 sería similar a la que se presentaba en 2001, cuando la curva económica era ascendente. 

El gasto en pensiones aumenta y supone una de las partidas importantes del presupuesto del gasto público del Estado. Cada mes crece el desembolso: el pasado mes de octubre, se desembolsaron 8.078 millones de euros para pagar las pensiones. 

La evolución de la población siempre ha sido una de las cuestiones más espinosas cuando se trata la viabilidad de las pensiones públicas, y algunos cuestionan los fundamentos del sistema de protección social español. 

La última reforma retrasa la edad de jubilación de manera progresiva de los 65 a los 67 años en 2027. Además, se pasaba de 15 a 25 años el cómputo para calcular la pensión. Todo ello por Real Decreto, tras un agrio debate entre sindicatos y empresarios. 

La previsión demográfica del INE echa leña al fuego: es “muy seguro” que la edad de jubilación llegue a los 70 años, y “muchos querrán seguir trabajando porque se encontrarán perfectamente bien”, asegura Diego Ramiro. 

“Hemos sido exitosos a la hora de vivir más”, añade, al recordar que la esperanza de vida en 1900 en España era de 35 años, mientras que en la “modesta” previsión del INE llegará a los 90 años. 

Otra variable que pesa en los Presupuestos Generales del Estado es el gasto sanitario. Para el investigador del CSIC consultado es difícil aventurar si una mayor esperanza de vida supone una perspectiva de vida más saludable. Dependerá, en su opinión, de los hábitos que siga la población, por lo que es difícil hacer vaticinios. 

En cuanto a la vivienda, uno de los grandes argumentos que justificaban la construcción exponencial de viviendas antes de que explotara la burbuja inmobiliaria queda confirmado por el INE: los hogares cada vez están constituidos por menos personas. Por tanto, al margen de que la población no crezca, se necesitan más habitáculos. 

En 2029, serán 5,71 millones los hogares constituidos por una sola persona, lo que supondrá un tercio del total. Ello supone un crecimiento del 27,5% frente a los hogares unipersonales que hay en la actualidad. 

Ello supone que el número de hogares, a pesar de la reducción de población, aumentará en 951.171 en los próximos 15 años, lo que supone una buena noticia para el sector inmobiliario, en el que el precio de la vivienda no termina de tocar fondo, y en el que se acumula un stock de 563.908 viviendas al cierre del año pasado. 

La demografía cuestiona, de hecho, el papel de Europa en el mundo, en un contexto macroeconómico en el que los países ‘en vías de desarrollo’ muestran un mayor dinamismo poblacional y económico. Casi cien años después de que se publicara ‘La decadencia de Occidente’, de Oswald Spengler, que tanto influyó en el sustrato del pensamiento fascista y nacional-socialista de los años 20 y 30, cabe preguntarse qué será de Europa en el recién estrenado milenio. 

Con China asaltando el peso económico a EEUU, aunque todavía no declaradamente la hegemonía mundial, y la conexión pacífica entre la economía estadounidense y la china gestándose, el continente europeo busca su lugar futuro. A pesar de que Europa va a representar “cada vez menos dentro de la tarta” del negociado mundial, Diego Ramiro no se muestra pesimista en cuanto a la prosperidad del continente. De hecho, derriba mitos: “Gran parte de la población mundial está cayendo”, afirma, y pone como ejemplo a algunas regiones de la India, en las que la población está evolucionando a un ritmo similar al de España, o a zonas de África, en las que la demografía evoluciona “por debajo del reemplazo”, aunque sea el continente africano el que más va a crecer en los próximos siglos, según explica. 

Según el experto del CSIC consultado, España se ha adelantado a la tendencia europea de descenso de la población. Ese redimensionamiento, sin embargo, no significa una disminución económica. La prosperidad, según explica, dependerá de otros factores. El conocido como Viejo Continente ha de prepararse para un nuevo milenio, más envejecido, pero no necesariamente más pobre.

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