jueves, 17 de abril de 2014

¿Existe realmente la muerte? Un científico estadounidense afirma que no

Carolina del Norte,15 abr 2014,rt.com


El científico estadounidense Robert Lanza afirma que tiene pruebas definitivas para confirmar que la vida después de la muerte existe y que de hecho la muerte, por su parte, no existe de la manera en la que la percibimos.

Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein dijo: "Ahora Besso se ha ido de este extraño mundo un poco por delante de mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros [...] sabe que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente." Nuevas pruebas continúan sugiriendo que Einstein tenía toda la razón al decir que la muerte no es más que una ilusión. 

Lanza opina que la respuesta a la pregunta '¿Qué hay más allá de la muerte?', sobre la que los filósofos llevan siglos reflexionado radica en la física cuántica, y en concreto en la nueva teoría del biocentrismo. Según el científico, de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest (Wake Forest University School of Medicine), en Carolina del Norte, la solución a esa cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la muerte es un mero producto de nuestra conciencia. 

Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes El profesor afirma que el biocentrismo explica que el universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Lo mismo sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como "meros instrumentos de la mente", publica el periódico británico 'The Independent'.

En un mensaje publicado en el sitio web del científico, Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos "no existe en ningún sentido real", ya que no hay verdaderos límites según los cuales se pueda definir.  

"Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes", opina Lanza. Asimismo, evidentemente, creemos en la muerte porque nos asociamos con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren. 

Nuestra manera clásica de pensar se basa en la creencia de que el mundo tiene una existencia objetiva independiente de un observador. Pero una larga lista de experimentos demuestra todo lo contrario. El nuevo biocentrismo, la teoría elaborada por el científico, supone que la muerte no puede ser un evento terminal, tal y como la solemos considerar. 

"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempo."

Lanza indica también que el biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos, la hipótesis formulada por físicos teóricos según la cual hay un número infinito de universos y todo lo que podría suceder ocurre en alguno de ellos. La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de ellos, escribía Lanza en la revista 'Psychology Today'. 

En términos de cómo afecta ese concepto a la vida después de la muerte, el profesor explica que, cuando morimos, nuestra vida se convierte en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" y agrega que "la vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria de pensar; сuando morimos, no lo hacemos según una matriz aleatoria, sino según la matriz ineludible de la vida". 

"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempo", subraya Lanza.

2 comentarios:

  1. Esto es lo que ocurre cuando uno se pasa en la dosis de alucinógenos. Si es que las drogas son muy malaaaaaaas. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2012/10/un-neurocirujano-norteamericano-nos.html

    ResponderEliminar
  2. Eben Alexander dedica varias páginas en los capítulos finales de su libro para explicar a sus colegas de profesión, en esa jerga impenetrable de los médicos :-), por qué cree que su experiencia no fue causada por su cerebro intoxicado. No es ningún lerdo, sabía a lo que se enfrentaba, sabía que le lloverían críticas, aunque las más atroces no proceden, como ocurre siempre, de su profesión, sino de los legos e ignorantes en materia de neurología. Aún así dejó ese testimonio final en su libro para aquellos que, desde la ciencia, están tratando de dilucidar qué ocurrió realmente.

    ResponderEliminar