Miles de musulmanes rohingya se encuentran atrapados en sus hogares en el oeste de Birmania (Myanmar) debido a los estrictos controles policiales establecidos, supuestamente, para protegerles de ataques budistas. La Policía de la ciudad Aung Mingalar, ubicada en el estado occidental de Rajine, ha impuesto fuertes restricciones a las actividades diarias de unos 4000 musulmanes que viven en esa región, rodeada por comunidades budistas.
De acuerdo con los informes, pese a los controles, los budistas extremistas pueden acceder fácilmente a las zonas residenciales de los musulmanes.El gobierno central, presionado por extremistas budistas, ha suspendido últimamente todas las operaciones efectuadas por la organización médica y humanitaria internacional, Médicos Sin Fronteras (MSF).
Desde mayo de 2012 la minoría rohingya ha sufrido constantes ataques de los extremistas budistas porque el Gobierno no reconoce un estatus legal para los rohingyas a quienes considera inmigrantes sin papeles, provenientes de Bangladés, a pesar de llevar viviendo en el país varias generaciones.
La organización humanitaria MSF ha advertido en reiteradas ocasiones sobre la emergencia humanitaria y la falta de asistencia sanitaria que padecen decenas de miles de musulmanes en Myanmar en el estado occidental de Rajine.
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