lunes, 17 de febrero de 2014

Ángel Llorente: "No es el momento de cambiar la Ley de Libertad Religiosa"

Madrid,16/02/2014,periodistadigital.com,Jesús Bastante.


"Se ha enviado una invitación oficial al Papa, y ojalá pueda venir en 2015 a España"
El Gobierno dará validez civil a los matrimonios de mormones, ortodoxos, testigos y budista
I Congreso Internacional sobre Gestión del Pluralismo Religioso
Fundación Pluralismo y Convivencia: una década trabajando por la libertad religiosa
El catolicismo forma parte de la idiosincrasia de este país: de su Historia, su cultura y su patrimonio moral 

 Hoy nos acompaña Ángel Llorente, Director General de Cooperación Jurídica Internacional y de Relaciones con las Confesiones, que nos habla de la presencia de lo religioso, como "una política de Estado" más allá de los vaivenes políticos, y de la necesidad de garantizar el ejercicio de la libertad religiosa de todos los habitantes de nuestro país.

Absolutamente: da igual el número, la cantidad. El fenómeno de la inmigración trajo a España la pluralidad de culturas, de colectivos, que no profesan las religiones que han sido tradicionales aquí. Aunque en grandes épocas de la Historia España ha sido un referente en diálogo interreligioso, de tolerancia al menos entre las tres religiones del libro.

-Su misión no es una cuestión filosófica, sino de gestión (en la realidad) de la diversidad religiosa: desde erigir una mezquita hasta adecuar una alimentación por requisitos religiosos, santificar una fiesta...desde fuera de los vaivenes políticos. Porque el trabajo de la Fundación Pluralismo y Convivencia nació con el gobierno socialista y la continuáis potenciando con un gobierno del Partido Popular.

-Porque nuestra obligación es garantizar el derecho de libertad religiosa. O, mejor dicho, la libertad de culto, porque la libertad religiosa es un concepto casi interior, mientras que la necesidad de manifestarla es el culto, sus actos externos. Los ritos como el matrimonio o, como has dicho, una alimentación específica...deben contemplarse para lograr la integración religiosa.

No ha habido ninguna interrupción en la política de Estado, en esa transición de lo anterior al gobierno actual: se sigue trabajando por esta normalización de la pluralidad religiosa y quien esté en España, sea español o no, está en un Estado de Derecho y no puede ser discriminado por ideología, raza ni por supuesto por su religión. El Estado tiene que trabajar para que se vea como un fenómeno natural y enriquecedor.

Para algunas personas su religión es más importante que su propia vida, y eso el Estado tiene que respetarlo sin indiferencia, porque tampoco es un Estado laico. Su obligación es la neutralidad (no tomar partido por ninguna en sus relaciones con las religiones) pero también la cooperación para que todos los ciudadanos que residan en España puedan convivir en armonía en este ámbito.

-¿Cómo se vive esa realidad en el día a día dentro de un país en el que cada equis tiempo surge el conflicto Estado laico-Estado aconfesional, el de los límites de la presencia de lo religioso en el ámbito público? ¿Qué intervenciones concretas estáis habilitando?

-En España los derechos individuales como el de la religión emanan de la Constitución: los constituyentes fueron los que tomaron la decisión de que el país se transformara de confesional católico en aconfesional. La diferencia entre esta naturaleza y la de un Estado laico es que en nuestro caso las relaciones con las religiones evolucionaron pero sin desaparecer. Se basaban en el pacto. Los primeros acuerdos los había firmado la Iglesia Católica y ya los posteriores, a finales de los 70, fueron acuerdos internacionales. Acuerdos de cooperación que no se han ido firmando sólo con el Vaticano y la Iglesia Católica, sino con religiones minoritarias: musulmanes, judíos y evangélicos. El Estado ha ido generando una serie de derechos para facilitar que cada creyente pueda ejercer su religión sin ningún tipo de impedimento. Ese sistema ha ido evolucionando a una atención específica para confesiones minoritarias, produciéndose este tránsito a raíz de la fundación de Pluralismo y Convivencia, que ha permitido trabajar con las confesiones a través también de sus administraciones en los municipios, en un nivel más cercano y en consecuencia más conocedor que el del Estado: elaborando recursos que faciliten la gestión diaria de los cultos, poniendo la información que se maneja al servicio de los gestores públicos, de los medios, de los estudiosos y por supuesto de los practicantes de cada culto.
Efectivamente, al sobrevivir al cambio de signo político la Fundación se ha consolidado. Estamos convencidos de que interesa y que, por lo tanto, merece la pena desarrollar este trabajo.

-Incluso internacionalmente. Poco hace nada estuvisteis celebrando el Primer Congreso Internacional, el Observatorio Religioso. Un proyecto que disteis a luz para dar cita a muchos representantes (de Estados Unidos, Canadá, Francia...) de experiencias de gestión de este tipo, que compartieron respuestas. Contra los clichés y la religión como algo abstracto y abordando las particularidades de cada pueblo: su forma de enterrar, su lugar de culto y otro tipo de problemáticas relacionadas con ello.

-Sí, el Observatorio es un complemento de la acción de la Fundación. Tiene un origen similar pero su función es diferente: es hacer un "mapeo" de la pluralidad religiosa en España. Guiar en el ámbito local (pensamos en los Ayuntamientos) en su gestión. En el Observatorio colaboran el Ministerio de Justicia y otras muchas instituciones.

Este último congreso pensábamos hacerlo doméstico, nacional: divulgar su utilidad en la gestión de la diversidad religiosa en pequeños municipios. Pero, haciendo contactos en el extranjero con departamentos que tienen estas mismas responsabilidades gestoras entre el Estado y las distintas confesiones, nos dimos cuenta de que el sistema español (con el Observatorio, al que le dieron un premio en Europa como ejemplo de buena práctica) tenía que darse a conocer aún más, porque interesa. Y lo que intentamos al final fue juntar las distintas formas de observación. Los norteamericanos, por ejemplo, tienen un estudio sobre el pluralismo religioso en el mundo pero está orientado más bien a modo de encuesta, con datos estadísticos.

Otro bloque del congreso tuvo que ver con las políticas estatales de gestión de diversidad religiosa. Estadística, análisis de las realidades y el Observatorio como herramienta. Las tres patas del Congreso.

Los ayuntamientos tienen que ocuparse de los requisitos de apertura de una discoteca, pero también de un lugar de culto. Afortunadamente, además, eso se ha ido liberalizando y la apertura de un lugar de culto ahora no necesita una autorización administrativa previa: vale con que los representantes estén inscritos en el registro y presenten en el Ayuntamiento una certificación que así lo acredite y la propuesta de abrir el centro religioso. A partir de ese momento de declaración de responsabilidad, es suficiente: no hay que esperar. Siempre obviamente sometidos a revisión e inspección, de esta manera se facilita la apertura de los lugares de culto. Vamos avanzando.

-En España hay cuatro confesiones religiosas con acuerdo y luego una serie de confesiones está reconocida de notorio arraigo. ¿Cuál es la diferencia? Budistas, ortodoxos... ¿podrían alcanzar el grado de acuerdo?

-La verdad es que es una reflexión que nos estamos haciendo. A veces me preguntan si vamos a modificar la Ley Orgánica de Libertad Religiosa y en ese caso es cierto que no es el momento: el sistema funciona, no hay necesidades prácticas de cambio porque los gobiernos lo han abordado con intensidad.
El notorio arraigo produce una serie de consecuencias jurídicas: se las da espacio como confesiones religiosas pero los acuerdos con ortodoxos, mormones, testigos de Jehová, budistas...no llegan a tener rango de ley, como sí ocurre con las religiones con acuerdo. Lo estamos viendo.

-¿Eso tiene alguna repercusión en el tema de la enseñanza? ¿Hay tantas puertas abiertas para un ortodoxo, por ejemplo, como para un musulmán o un católico?

-Los derechos, sin acuerdo, están menos definidos que cuando lo hay. El ejercicio efectivo resulta más dificultoso. Lo que sí está claro es que el diálogo está abierto permanentemente con todas las confesiones. Es fundamental que el Estado tenga interlocutores identificados en las distintas confesiones, porque es la forma de concretar el trabajo. También, por su parte, los organismos de las confesiones tienen que saber que hay un ministerio de tutela a través del que se pueden canalizar las peticiones. Peticiones que, por cierto, quiero aprovechar para decir que son justas, sensatas y razonables. Así es sencillo no discrepar y, por el contrario, poder solucionar. Son temas de economía, educación o salud muy justificados y ellos saben que tienen el "Ministerio amigo" que siempre que puede les ayuda y espera que le hagan el máximo caso posible. Un interlocutor que les apoya a favor de la armonía.

-Cuando hay confianza, es más fácil llegar a acuerdos y evitar los malentendidos. Vuestro trabajo es de acercamiento y se nota.

Estamos en un país en el que cada vez hay más pluralismo religioso, pero todavía tenemos a la Iglesia Católica como confesión más poderosa por mayoritaria. La Constitución la aborda con un especial tratamiento pero, ¿cuál es el estado actual de las relaciones Iglesia-Estado?

-Yo quiero aprovechar para manifestar toda mi admiración y gratitud a monseñor Martínez Camino, porque mantenemos excelentes relaciones con la Conferencia Episcopal gracias a él, que fue con el primero que nos entrevistamos. Siempre nos ha facilitado las cosas con su apoyo. También con Tamayo, el nuevo Secretario General, la relación es muy fluida.

Ciertamente la Iglesia Católica tiene un marco jurídico al de las confesiones minoritarias. Pero yo siempre lo he visto como una oportunidad: ¿por qué quitar lo ya sumado, lo ya conseguido con una confesión? Que, al contrario, eso sirva de referencia para las relaciones con las otras. La Iglesia Católica demuestra estar en una línea de diálogo y generosidad con el Estado español.

Tenemos que acostumbrarnos a la cordialidad interreligiosa; a convivir en un mismo espacio. La religión es fuente de paz: para que te amen tienes que amar, y así con todo. En la medida en la que todas ellas se basan en principios éticos y los líderes religiosos de todas las confesiones son muy buenas personas, no hay que hacer problemas entre ellas. En el plano internacional se sabe de esta cordialidad que hay en España entre judíos, musulmanes... Se organizan actos conjuntos. Hay diálogo.

La igualdad efectiva no se puede conseguir de un día para otro, por la realidad social e histórica, la económica... ¡Ya nos gustaría a mí y al Ministerio de Justicia! Al menos estamos en un proceso que ya garantiza la libertad religiosa a todas las confesiones. Ojalá pronto sean tratadas por igual.

-Teniendo en cuenta este peso específico, por la dimensión de su importancia, de la Iglesia Católica en lo jurídico, lo educacional... ¿Cómo es el día a día de los negocios con ella? ¿Cómo se articula a grandes rasgos ese diálogo?

-Las bases de la negociación ya están establecidas en los acuerdos internacionales. Cada ámbito (educativo, cultural, económico...) tiene un nivel de cooperación. Sólo hay que seguir cumpliendo con ellas con mucha naturalidad.
Es una realidad que el catolicismo forma parte de la idiosincrasia de este país: de su Historia, su cultura y su patrimonio moral. Su influencia se explicita en la sociedad que tenemos y no se trata de competir: es Historia. Pero esto ni pone privilegios ni quita respeto: se mantiene una convivencia normalizada y se trabaja el diálogo.

-Vamos a ir terminando. Hoy es once de febrero: hace un año que a estas horas los periodistas que nos dedicamos a este trabajo estábamos hasta arriba porque Benedicto XVI anunciaba su renuncia. Un mes después se nombrara papa a Francisco. ¿Cuál es la relación con la que España aborda este nuevo papado? ¿Tienes alguna noticia de si finalmente visitará el país en 2015?

-Como con todos los papas, la relación es muy buena. Se hace a través de Exteriores, en una embajada con la Santa Sede. Es la más antigua de todas las que existen. Las relaciones son, primero, de admiración, tras el gesto de humildad tremenda del papa Benedicto XVI, renunciando a esa responsabilidad cuando vio que quizá era lo mejor para el futuro de la Iglesia Católica. Desde el punto de vista de los españoles, es un privilegio tener un nuevo papa que sea hispanohablante. Cada papado tiene una orientación pastoral muy determinada y la de este papa generoso conecta con la sensibilidad de las personas más desfavorecidas. Por lo tanto, las relaciones que ya eran muy buenas y podrán ser mejores.

Este mes se va a crear un consistorio cardenalicio porque Fernando Sebastián, que es el arzobispo emérito de Pamplona, va a ser nombrado y eso siempre es un motivo de desplazamiento, presencia y celebración para el gobierno español. Se cerrará la delegación oficial que acuda y espero que haya representantes del Ministerio de Justicia y que sea un acto entrañable.

El año próximo se conmemora el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Ávila y, efectivamente, hay una comisión nacional para organizar los actos conmemorativos. Se ha enviado una invitación oficial al papa y ojalá pueda venir el año próximo a España con este motivo de gran trascendencia para el gobierno y todas las instituciones religiosas y de la administración. Todo se haga por recordar el legado de nuestra santa Doctora de la Iglesia, patrona de España.

-Muchas gracias Ángel. Ha sido un placer. Como sabes, desde Religión Digital intentamos también hacer visible esa pluralidad de confesiones. Entendemos que el hecho religioso forma parte de la vida y la información cotidianas y por ello os deseamos mucha suerte en vuestro trabajo en pos de la diversidad. Ésta es vuestra casa.

-Muchas gracias, el gusto es mío. Estoy muy agradecido.

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