domingo, 18 de agosto de 2013

Las obras sacan a la luz un tesoro arqueológico en Talamanca del Jarama

MADRID,18/08/2013,abc.es,CRISTINA SÁNCHEZ


Se trata de importantes restos arábes de la segunda mitad del siglo X. El hallazgo corresponde a la Comunidad y al Ministerio de Fomento

La Muralla de Talamanca, a pesar de su trascendencia histórica, es un monumento muy poco estudiado. La Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento han restaurado la llamada Puerta de la Tostonera y un tramo del Recinto Fortificado de la localidad del Jarama, obras que se han aprovechado para realizar una investigación complementaria. Ha sido en el transcurso de estos trabajos en la muralla cuando se ha producido el hallazgo de una puerta islámica datada en la segunda mitad del siglo X.

Se trataría de un acceso al recinto amurallado a través de un gran arco de herradura doblado y construido en ladrillo, situado entre dos torres. Es el arranque del arco lo que se ha encontrado. Desde la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid se subraya la importancia de haber localizado una de las puertas de la muralla, elemento fundamental de una fortificación de este tipo. La puerta de la ciudad era el lugar de acceso a ella, pero también, y por eso mismo, el punto más débil, que había que proteger.

Según la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, el proceso de investigación científica llevado a cabo ha dado otros resultados satisfactorios, como el descubrimiento de los restos de un tramo de escalera, que, sobre la Puerta de la Tostonera, facilitaba el acceso al adarve de la muralla contigua, o el lienzo de la muralla islámica que corre hacia el oeste, y que, tras excavar unos 25 metros, se ha comprobado que se encuentra en buen estado de conservación.

Desde 1931, la Muralla de Talamancagoza de la máxima protección jurídica prevista en la Ley de Patrimonio, al haber sido declarada como Bien de Interés Cultural. Solo unos tramos de sus trazados han llegado hasta nuestros días, material suficiente como para determinar, a pesar de las numerosas destrucciones y transformaciones que ha sufrido a lo largo de su intensa vida, que se trata de una edificación musulmana. Los lienzos más antiguos de la muralla, indican los arqueólogos, hablan de esas destrucciones.

La termoluminiscencia (método de datación que determina la edad de elementos sometidos a calentamiento) ha confirmado también la procedencia islámica de este nuevo acceso localizado, con fechas que se corresponden con la segunda mitad del siglo X, y su reconstrucción en época cristiana.

Tres únicos recintos urbanos

Además de la muralla musulmana de Talamanca del Jarama, en toda la Comunidad solo se conservan restos de otros dos recintos fortificados urbanos. Son la fortaleza de Alcalá La Vieja y la muralla árabe de Madrid. La primera de ellas, original del siglo IX, es el principal enclave islámico de la región, el cual ha sido recuperado gracias a una importante inversión, destinada a la investigación y también al acondicionamiento del espacio para poder intergrarlo en la red de yacimientos visitables.

El recinto fortificado de Alcalá La Vieja se sitúa en el cerro de Veracruz, a 630 metros de altitud sobre el margen izquierdo del río Henares, entre los cerros del Ecce Homo y Malvecino. Su posición estratégica le permitió dominar el paso de la importante ruta de comunicación entre Toledo y Zaragoza. En el yacimiento se pueden observar los restos de los lienzos de muralla y las torres, junto a otros elementos singulares como una iglesia de factura mudéjar y aljibes de grandes dimensiones.

La muralla árabe de Madrid, por su parte, es probablemente la construcción en pie más antigua de la capital. Se edificó en el siglo IX, durante la dominación musulmana de la península ibérica, y de ella solo se conservan algunos vestigios. Los restos con un mayor interés arqueológico se hallan en la Cuesta de la Vega, junto a la cripta de la Catedral de la Almudena. Han sido integrados en el parque de Mohamed I, llamado así en referencia a Mohamed I de Córdoba, considerado el fundador de la ciudad.

La muralla, que abarcaba una extensión de nueve hectáreas, tenía tres puertas, además de un portillo que se ha descubierto recientemente en las excavaciones cercanas a la Plaza de la Armería, dentro del Palacio Real. Formaba parte de una fortaleza (dentro del sistema defensivo de atalayas que se extendía a lo largo del valle del Tajo), alrededor de la cual se fue desarrollando el núcleo urbano de Madrid.

Mayrit

La ciudad de Madrid (Mayrit, en árabe) tiene su origen en una atalaya en el valle medio del río Manzanares (siglo IX, donde hoy está el Palacio Real), que el emir Mohamed I ordenó construir, junto con las de Talamanca del Jarama y otros lugares del valle del Henares. Algunos nombres de origen musulmán revelan, en la toponimia madrileña, la presencia islámica en la región: Ajalvir («poco ancho»), Almodóvar («cerro redondo»), Aldovea («la aldehuela»), Daralcalde («casa del juez»)…

De la dilatada presencia árabe en la región se han conservado abundantes vestigios materiales, tanto en los asentamientos más importantes -como la ciudad de Madrid o Talamanca del Jarama-, como en lugares habitados de carácter rural de menor entidad, situados preferentemente en los valles de los principales ríos madrileños. Hay que destacar, además, el notable conjunto de atalayas conservadas en los valles del Jarama y Guadarrama, integrado por las construcciones de El Berrueco, Torrelaguna, Venturada, El Vellón, Hoyo de Manzanares y Torrelodones.

En el subsuelo de la ciudad también han pervivido parte de las infraestructuras de abastecimiento de agua construidas en época islámica. Son los qanates o viajes de agua, un sistema originario de Oriente Medio utilizado para la captación y el transporte de agua hasta los núcleos de población.

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