jueves, 14 de febrero de 2013

Los dignatarios musulmanes egipcios esperan que el nuevo Papa abra el diálogo

EL CAIRO,14/02/2013,(AFP),Haitham EL-TABEI.


El Papa saluda durante la misa del miércoles de ceniza, el 13 de febrero en el Vaticano. (AFP, Gabriel Bouys)

Los dignatarios musulmanes en Egipto consideran que la renuncia de Benedicto XVI podría reabrir la vía del diálogo con la Iglesia Católica, rota después de que el Papa realizara unas controvertidas declaraciones en el año 2006. Sin embargo, que la relación entre la Iglesia y Al Azhar, la más alta autoridad del islam sunita en El Cairo, sea mejor dependerá de la postura del futuro Papa sobre el mundo musulmán, según ellos.

"La reanudación de las relaciones con el Vaticano depende de la nueva atmósfera creada por el futuro Papa", afirmó Mahmud Azab, consejero del gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, para las cuestiones interreligiosas. "La iniciativa está ahora en manos del Vaticano", subrayó. En 2006, Benedicto XVI provocó una disputa con el mundo musulmán al citar a un emperador bizantino que describía al profeta Mahoma como alguien que propagaba ideas "malas e inhumanas" a través de la violencia.

El diálogo se retomó en 2009, antes de ser interrumpido de nuevo después de que el Papa realizara un llamamiento a proteger a las minorías cristianas, tras un atentado suicida contra una iglesia de Alejandría, en Egipto, en la noche del 31 de diciembre de 2010. En aquel momento, Al-Azhar decidió suspender sus encuentros con el Vaticano, al considerar las declaraciones de Benedicto XVI sobre los cristianos de Oriente como "repetidos ataques contra el islam".

El influyente teólogo catarí de origen egipcio Yusef al Qaradaui indicó que su Unión Internacional de Ulemas Musulmanes boicotea al Papa desde sus declaraciones de 2006. "Ahora, Dios quiso que retomemos el diálogo después de la elección de un nuevo Papa", dijo mostrándose "optimista".

Este diálogo se celebraría en un momento en que los islamistas se convirtieron en la primera fuerza política en varios países de la región después de las revoluciones árabes de 2011, lo que complica más las relaciones con las minorías cristianas.

Grupos pragmáticos, como los Hermanos Musulmanes, en el poder en Egipto, probablemente acojan de manera favorable un diálogo "debido a su deseo de dar una buena imagen", según Ashraf al Sherif, profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana de El Cairo. Los movimientos salafistas, fundamentalistas musulmanes, están tradicionalmente menos abiertos a diálogos interreligiosos, pero, según Sherif, no deberían tener inconvenientes, ya que "el diálogo es esencialmente una formalidad".

Al Azhar y el Vaticano mantuvieron conversaciones sobre la coexistencia durante el papado de Juan Pablo II, el predecesor de Benedicto XVI. La reanudación del diálogo debería basarse en una relación entre instituciones, no en lazos personales, estimó Hasan Waguih, profesor de ciencias políticas en la Universidad Al Azhar. "El peligro reside en el hecho de reducir la relación a una relación personal. Esto debe ser una relación institucional", subrayó.

Según él, el futuro Papa deberá tratar los problemas entre el Vaticano y los musulmanes y promover "el respeto mutuo". Tras sus declaraciones de 2006, que provocaron manifestaciones en países musulmanes, Benedicto XVI intentó reparar las relaciones visitando la mezquita Sultan Ahmet en Estambul, en lo que constituyó la segunda visita de un Sumo Pontífice a una mezquita en la historia papal.

"El futuro Papa no deberá atacar al islam", declaró un alto responsable de Al Azhar, Mahmud Ashur, para quien las relaciones con el Vaticano deben basarse en el principio de que las religiones "se complementan, en vez de competir".


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