ROMA, 16/09/2012,(EUROPA PRESS)
El Papa ha resaltado que durante toda su estancia en Líbano "el mundo árabe y el mundo entero habrán visto, en estos momentos de turbación, a los cristianos y a los musulmanes reunidos para celebrar la paz" y ha agradecido el haber sido recibido "con consideración y respeto" además de con todo "su calor y su corazón" que le "han despertado el deseo de volver", así lo ha indicado durante su discurso de despedida en el aeropuerto internacional de Beirut.
Antes de finalizar su visita en Líbano Benedicto XVI ha participado en un encuentro ecuménico con los Patriarcas Ortodoxos, los representantes de las Confesiones protestantes de Líbano y los Patriarcas Católicos de Líbano en el Salón de honor del Patriarcado Siro-Católico de Charfet que se encuentra a un km de la Nunciatura Apostólica de Harissa sede de su residencia durante este viaje de tres días.
Al llegar a Charfet el Papa fue recibido por el Patriarca de Antioquía de los Sirios Su Beatitud Ignace Yusif III Yunan y del Superior de la Casa que lo acompañaron al Salón de honor donde se llevó a cabo el encuentro ecuménico con carácter privado, no hubo discursos públicos. Durante la reunión Benedicto XVI ha entregado a cada uno de los participantes una copia de la exhortación apostólica post-sinodal 'Ecclesia in Medio Oriente', mientras que al exterior del edificio estuvieron presentes los Obispos del Sínodo Siro-Católico junto a los Padres de la comunidad y los seminaristas de Charfet.
Al término del encuentro, el Pontífice se ha dirigido en coche al Aeropuerto Internacional Rafik Hariri para llevar a cabo la ceremonia de despedida del Líbano con la presencia del Presidente de la República, los Presidentes del Parlamento y Consejo de Ministros, algunos obispos libaneses, autoridades políticas y civiles y un grupo de fieles.
Antes de la ceremonia, el Papa tuvo un breve encuentro privado con el Presidente de la República y durante la ceremonia pública, después del discurso en árabe del Presidente de la República, Michel Suleiman, el Pontífice ha agradecido en francés a los representantes del Gobierno la organización de los distintos acontecimientos del viaje, así como también ha agradecido al Patriarca Béchara Boutros Raï, y a todos los patriarcas presentes, así como a los obispos orientales y latinos, los sacerdotes y los diáconos, los religiosos y religiosas, los seminaristas y los fieles presentes.
Asimismo, Benedicto XVI ha agradecido al pueblo libanés que "forma un hermoso y rico mosaico, y que ha sabido manifestar al Sucesor de Pedro su entusiasmo, con la aportación multiforme y específica de cada comunidad" en particular "las venerables Iglesias hermanas y a las comunidades protestantes" así como a los representantes de las comunidades musulmanas.
Por otra parte, el Pontífice ha recordado que su breve estancia tuvo por motivo principal la firma y la entrega de la Exhortación apostólica 'Ecclesia in Medio Oriente' y gracias a ello ha podido encontrar a los diferentes miembros de la sociedad y ha destacado que hubieron "momentos más oficiales y otros más íntimos, momentos de gran densidad religiosa y de oración ferviente, y también otros marcados por el entusiasmo de la juventud".
El Papa ha augurado que el Líbano de hoy y sus habitantes estén "presentes en el santuario de Dios" y que "continúe siendo un espacio donde los hombres y las mujeres puedan vivir en armonía y en paz los unos con los otros para dar al mundo, no sólo el testimonio de la existencia de Dios" , sino también "el de la comunión entre los hombres, cualquiera que sea su sensibilidad política, comunitaria o religiosa",
Al finalizar, el Papa ha pedido a "Dios por el Líbano, para que viva en paz y resista con valentía todo lo que pueda destruirla o minarla" para que el Líbano "siga permitiendo la pluralidad de las tradiciones religiosas, sin dejarse llevar por la voz de aquellos que se lo quieren impedir" así como también ha deseado que "fortalezca la comunión entre todos sus habitantes, cualquiera que sea su comunidad o su religión, rechazando resueltamente todo lo que pueda llevar a la desunión y optando con determinación por la fraternidad".
Al finalizar su discurso, Benedicto XVI deja el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri de Beirut a bordo de un A320 junto al séquito papal, los periodistas y el embajador de Líbano ante la Santa Sede, Georges el Jury. El tiempo de vuelo es de 3 horas 40 minutos y recorre 2.196 km, la llegada prevista al aeropuerto Ciampino de Roma es a las 21.40. Posteriormente, el Papa se trasladará en coche al Palacio Apostólico de Castelgandolfo.
El Papa en Líbano Foto: MOHAMED AZAKIR / REUTERS
El Papa ha resaltado que durante toda su estancia en Líbano "el mundo árabe y el mundo entero habrán visto, en estos momentos de turbación, a los cristianos y a los musulmanes reunidos para celebrar la paz" y ha agradecido el haber sido recibido "con consideración y respeto" además de con todo "su calor y su corazón" que le "han despertado el deseo de volver", así lo ha indicado durante su discurso de despedida en el aeropuerto internacional de Beirut.
Antes de finalizar su visita en Líbano Benedicto XVI ha participado en un encuentro ecuménico con los Patriarcas Ortodoxos, los representantes de las Confesiones protestantes de Líbano y los Patriarcas Católicos de Líbano en el Salón de honor del Patriarcado Siro-Católico de Charfet que se encuentra a un km de la Nunciatura Apostólica de Harissa sede de su residencia durante este viaje de tres días.
Al llegar a Charfet el Papa fue recibido por el Patriarca de Antioquía de los Sirios Su Beatitud Ignace Yusif III Yunan y del Superior de la Casa que lo acompañaron al Salón de honor donde se llevó a cabo el encuentro ecuménico con carácter privado, no hubo discursos públicos. Durante la reunión Benedicto XVI ha entregado a cada uno de los participantes una copia de la exhortación apostólica post-sinodal 'Ecclesia in Medio Oriente', mientras que al exterior del edificio estuvieron presentes los Obispos del Sínodo Siro-Católico junto a los Padres de la comunidad y los seminaristas de Charfet.
Al término del encuentro, el Pontífice se ha dirigido en coche al Aeropuerto Internacional Rafik Hariri para llevar a cabo la ceremonia de despedida del Líbano con la presencia del Presidente de la República, los Presidentes del Parlamento y Consejo de Ministros, algunos obispos libaneses, autoridades políticas y civiles y un grupo de fieles.
Antes de la ceremonia, el Papa tuvo un breve encuentro privado con el Presidente de la República y durante la ceremonia pública, después del discurso en árabe del Presidente de la República, Michel Suleiman, el Pontífice ha agradecido en francés a los representantes del Gobierno la organización de los distintos acontecimientos del viaje, así como también ha agradecido al Patriarca Béchara Boutros Raï, y a todos los patriarcas presentes, así como a los obispos orientales y latinos, los sacerdotes y los diáconos, los religiosos y religiosas, los seminaristas y los fieles presentes.
Asimismo, Benedicto XVI ha agradecido al pueblo libanés que "forma un hermoso y rico mosaico, y que ha sabido manifestar al Sucesor de Pedro su entusiasmo, con la aportación multiforme y específica de cada comunidad" en particular "las venerables Iglesias hermanas y a las comunidades protestantes" así como a los representantes de las comunidades musulmanas.
Por otra parte, el Pontífice ha recordado que su breve estancia tuvo por motivo principal la firma y la entrega de la Exhortación apostólica 'Ecclesia in Medio Oriente' y gracias a ello ha podido encontrar a los diferentes miembros de la sociedad y ha destacado que hubieron "momentos más oficiales y otros más íntimos, momentos de gran densidad religiosa y de oración ferviente, y también otros marcados por el entusiasmo de la juventud".
El Papa ha augurado que el Líbano de hoy y sus habitantes estén "presentes en el santuario de Dios" y que "continúe siendo un espacio donde los hombres y las mujeres puedan vivir en armonía y en paz los unos con los otros para dar al mundo, no sólo el testimonio de la existencia de Dios" , sino también "el de la comunión entre los hombres, cualquiera que sea su sensibilidad política, comunitaria o religiosa",
Al finalizar, el Papa ha pedido a "Dios por el Líbano, para que viva en paz y resista con valentía todo lo que pueda destruirla o minarla" para que el Líbano "siga permitiendo la pluralidad de las tradiciones religiosas, sin dejarse llevar por la voz de aquellos que se lo quieren impedir" así como también ha deseado que "fortalezca la comunión entre todos sus habitantes, cualquiera que sea su comunidad o su religión, rechazando resueltamente todo lo que pueda llevar a la desunión y optando con determinación por la fraternidad".
Al finalizar su discurso, Benedicto XVI deja el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri de Beirut a bordo de un A320 junto al séquito papal, los periodistas y el embajador de Líbano ante la Santa Sede, Georges el Jury. El tiempo de vuelo es de 3 horas 40 minutos y recorre 2.196 km, la llegada prevista al aeropuerto Ciampino de Roma es a las 21.40. Posteriormente, el Papa se trasladará en coche al Palacio Apostólico de Castelgandolfo.
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