RODEIRO,19/07/2012,farodevigo.es,LAURA MOURE.
"Un musulmán que no cumpla la abstinencia tendrá que pagar limosna a 60 pobres"
Mahmuda Mint Taleb reside en Rodeiro desde hace siete años. Con ella vive su esposo Brahim Nagem y sus cinco hijos: Alia, de 23 años y que lleva cerca de tres meses viviendo en Mallorca; Sahra de 21, que trabaja en Rodeiro; Salama de 17; Bachir de 6 años, y Brahim, que cumplió su primer año en junio. La familia se instaló en el concello rodeirense después de que Salama viajara allí mediante el programa Vacaciones en Paz. La familia de María José Díaz, su ´pariente´ de acogida, fue la encargada de preparar todo para que ellos pudiesen venir a Rodeiro. Mañana comienza el Ramadán, que se celebra en el noveno mes del calendario lunar, y que durará hasta el 19 de agosto. El objetivo del Ramadán es enseñar a los musulmanes la paciencia y la humildad para ayudar a los más necesitados.
–¿Cómo vivirán estos días de Ramadán?
–Los días de Ramadán se llevan mucho mejor aquí. Es más fácil estar sin comer porque hace menos calor. En el Sáhara vivimos a altas temperaturas, por lo que parte del tiempo de este mes estamos acostados. Los primeros días son más duros pero después una se acostumbra. Lo bueno de estar en Rodeiro es eso, que pasamos menos calor y se hace más fácil el ayuno. Lo peor es estar lejos del resto de familia para poder celebrar el final de Ramadán.
–¿En qué consiste la despedida de ese mes de sacrificio?
–Al terminar el ayuno se realiza una fiesta que dura tres días. El primer día cada familia mata a una cabra como sacrificio y todos estrenamos ropa nueva. Los dos días restantes invitamos al resto de familia a comer o vamos nosotros a la casa de los familiares. Aquí lo que hacemos los últimos días es invitar a una prima mía que reside en Lugo, porque es la única familia que tenemos en España. Ella lleva viviendo con su familia aquí desde hace cinco años. Primero estuvo en Melilla y después en Santiago de Compostela. Tras el Ramadán, hay que dar una limosna obligatoria [esta dádiva se conoce como azaque]. El padre de familia tiene que entregar un donativo a los necesitados según el número de hijos que tenga. La cantidad de dinero está establecida, según la economía de cada familia, y si no, se paga con una proporción concreta de arroz o cebada [la cebada es un ingrediente típico de la comida de los musulmanes con la que a menudo preparan el almuerzo].
–¿En qué se basan los días de ayuno?
–Durante este mes, los musulmanes realizamos un ayuno diario desde antes del alba hasta la puesta del sol, tomando nuestra primera comida al acercarse la oración del anochecer [En árabe salat significa oración y el rezo tiene lugar cinco veces al día]. En los días iniciales del Ramadán, nuestro primer alimento lo tomamos sobre las 22.30 horas que, según se hacen los días más cortos, se irá reduciendo esta hora y cada día será más temprano. Durante este tiempo no podemos beber, ni siquiera tragar saliva, y tampoco mantener relaciones carnales.
–¿Quienes están exentos de realizar la vigilia?
–Los enfermos, la mujeres embarazadas y las que están con la menstruación. Esas personas que están libres tienen que ayunar, cuando puedan, durante un mes, antes de que comience el siguiente Ramadán. En mi caso, como hace un año que tuve a Brahim [su quinto hijo] aún celebré el anterior Ramadán hace unos meses. Los niños no están obligados hasta los 16 años.
–En su familia, ¿realizan todos la abstinencia?
–Mi marido, mis hijas y yo sí. El resto no, porque Brahim y Bachir son pequeños y Salama no quiere ["Yo no aguanto tanto tiempo sin comer. Un día lo intenté pero acabé comiendo en la casa de María José", comenta Salama, que está totalmente adaptado a Galicia y entiende y habla el gallego perfectamente]. Para mí es mucho más difícil porque estoy todo el día en casa, mientras que mi marido y mis hijas, al trabajar o al estar fuera, pasan el día más entretenidos y no se acuerdan tanto de comer.
–¿Cuál es la gran fortaleza que un musulmán debe tener para poder cumplir paso a paso el Ramadán?
–Nuestra fe en Alá. La creencia en nuestro Dios es lo que nos permite llevar a cabo el ayuno porque sabemos que es lo que tenemos que hacer durante este mes.
–¿Hay algún tipo de castigo en caso de que no se respete el ayuno?
–Sí. Un musulmán que no ayune porque no quiere tendrá que pagar una limosna a 60 pobres y después recuperar los días de ayuno perdidos.
–¿Cómo llevan eso de no poder comer alimentos, como la carne de cerdo, que es tan típica aquí?
–En eso no tenemos ningún problema. Comemos el resto de carnes, como ternera o cordero, y además mucho pescado. Nunca se nos ocurriría probar la carne de cerdo, eso es sagrado.
–¿Qué tal se adapta a la vida en este lugar ?
–Bien, la verdad es que hago lo mismo que en mi país. Estoy todo el día metida en casa, haciendo la comida, poniendo la lavadora y criando a los niños. Todo lo que hace una ama de casa, así que para mí, la vida es la misma tanto aquí como allá.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Mahmuda Mint, ayer, en su casa de Rodeiro. // Bernabé/Javier Lalín
"Un musulmán que no cumpla la abstinencia tendrá que pagar limosna a 60 pobres"
Mahmuda Mint Taleb reside en Rodeiro desde hace siete años. Con ella vive su esposo Brahim Nagem y sus cinco hijos: Alia, de 23 años y que lleva cerca de tres meses viviendo en Mallorca; Sahra de 21, que trabaja en Rodeiro; Salama de 17; Bachir de 6 años, y Brahim, que cumplió su primer año en junio. La familia se instaló en el concello rodeirense después de que Salama viajara allí mediante el programa Vacaciones en Paz. La familia de María José Díaz, su ´pariente´ de acogida, fue la encargada de preparar todo para que ellos pudiesen venir a Rodeiro. Mañana comienza el Ramadán, que se celebra en el noveno mes del calendario lunar, y que durará hasta el 19 de agosto. El objetivo del Ramadán es enseñar a los musulmanes la paciencia y la humildad para ayudar a los más necesitados.
–¿Cómo vivirán estos días de Ramadán?
–Los días de Ramadán se llevan mucho mejor aquí. Es más fácil estar sin comer porque hace menos calor. En el Sáhara vivimos a altas temperaturas, por lo que parte del tiempo de este mes estamos acostados. Los primeros días son más duros pero después una se acostumbra. Lo bueno de estar en Rodeiro es eso, que pasamos menos calor y se hace más fácil el ayuno. Lo peor es estar lejos del resto de familia para poder celebrar el final de Ramadán.
–¿En qué consiste la despedida de ese mes de sacrificio?
–Al terminar el ayuno se realiza una fiesta que dura tres días. El primer día cada familia mata a una cabra como sacrificio y todos estrenamos ropa nueva. Los dos días restantes invitamos al resto de familia a comer o vamos nosotros a la casa de los familiares. Aquí lo que hacemos los últimos días es invitar a una prima mía que reside en Lugo, porque es la única familia que tenemos en España. Ella lleva viviendo con su familia aquí desde hace cinco años. Primero estuvo en Melilla y después en Santiago de Compostela. Tras el Ramadán, hay que dar una limosna obligatoria [esta dádiva se conoce como azaque]. El padre de familia tiene que entregar un donativo a los necesitados según el número de hijos que tenga. La cantidad de dinero está establecida, según la economía de cada familia, y si no, se paga con una proporción concreta de arroz o cebada [la cebada es un ingrediente típico de la comida de los musulmanes con la que a menudo preparan el almuerzo].
–¿En qué se basan los días de ayuno?
–Durante este mes, los musulmanes realizamos un ayuno diario desde antes del alba hasta la puesta del sol, tomando nuestra primera comida al acercarse la oración del anochecer [En árabe salat significa oración y el rezo tiene lugar cinco veces al día]. En los días iniciales del Ramadán, nuestro primer alimento lo tomamos sobre las 22.30 horas que, según se hacen los días más cortos, se irá reduciendo esta hora y cada día será más temprano. Durante este tiempo no podemos beber, ni siquiera tragar saliva, y tampoco mantener relaciones carnales.
–¿Quienes están exentos de realizar la vigilia?
–Los enfermos, la mujeres embarazadas y las que están con la menstruación. Esas personas que están libres tienen que ayunar, cuando puedan, durante un mes, antes de que comience el siguiente Ramadán. En mi caso, como hace un año que tuve a Brahim [su quinto hijo] aún celebré el anterior Ramadán hace unos meses. Los niños no están obligados hasta los 16 años.
–En su familia, ¿realizan todos la abstinencia?
–Mi marido, mis hijas y yo sí. El resto no, porque Brahim y Bachir son pequeños y Salama no quiere ["Yo no aguanto tanto tiempo sin comer. Un día lo intenté pero acabé comiendo en la casa de María José", comenta Salama, que está totalmente adaptado a Galicia y entiende y habla el gallego perfectamente]. Para mí es mucho más difícil porque estoy todo el día en casa, mientras que mi marido y mis hijas, al trabajar o al estar fuera, pasan el día más entretenidos y no se acuerdan tanto de comer.
–¿Cuál es la gran fortaleza que un musulmán debe tener para poder cumplir paso a paso el Ramadán?
–Nuestra fe en Alá. La creencia en nuestro Dios es lo que nos permite llevar a cabo el ayuno porque sabemos que es lo que tenemos que hacer durante este mes.
–¿Hay algún tipo de castigo en caso de que no se respete el ayuno?
–Sí. Un musulmán que no ayune porque no quiere tendrá que pagar una limosna a 60 pobres y después recuperar los días de ayuno perdidos.
–¿Cómo llevan eso de no poder comer alimentos, como la carne de cerdo, que es tan típica aquí?
–En eso no tenemos ningún problema. Comemos el resto de carnes, como ternera o cordero, y además mucho pescado. Nunca se nos ocurriría probar la carne de cerdo, eso es sagrado.
–¿Qué tal se adapta a la vida en este lugar ?
–Bien, la verdad es que hago lo mismo que en mi país. Estoy todo el día metida en casa, haciendo la comida, poniendo la lavadora y criando a los niños. Todo lo que hace una ama de casa, así que para mí, la vida es la misma tanto aquí como allá.
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