Al cumplirse en este año, de 2012, todo un milenio de aquel territorio de la era musulmana, dentro del reinado de Taifa, como fue la isla de Saltés, entonces regida y gobernada por el árabe musulmán Abd-al Aziz-al Bakri, que se erigió en el año 1012, de cuyos hechos históricos, se ha ido comentando en libros y prensa por distintos historiadores, en todo el correr de los años.
En memoria de este cumplimiento del milenio, de los hechos que acaecieron, en este pequeño reino de Saltés, nos ha motivado a airear de nuevo, llevando a la letra impresa, aquella gesta para que se recuerde o que se conozca, para los lectores que les pueda interesar, sobre lo que en dicha isla sucedió.
Nos retrotraemos nada menos que al siglo XI de nuestra era, allá por el año 1012, en el que, ya mencionado, Abd-al Aziz-al Bakri se erigió en dueño y señor de este pequeño territorio en extensión, pero con una configuración estratégica, próximo al mar, con su puerto comercial, pueblo culto, industrial, con riqueza y bienestar, que se llamó toda aquella tierra, Umba (Huelva) y Xaltís (Saltés), lo que se dio bien a conocer, en todo el exterior, llegando a oídos, del soberano del reino Taifa de Sevilla, Al Mu Tadid que, en el año 1052, envidioso de esta estratégica y privilegiada población, tomó la decisión de poseerla, por lo que marchó con sus tropas hacia Saltés, declarándole la guerra.
Después de bloqueada esta isla, se apoderaron de ella, derrotaron a su gobernante tomándolo como vasallo. Igualmente este rey sevillano, con su gran número de guerreros, derrotó también la Cora de Niebla, pasando a sus dominios y poder.
El derrotado, Abd al Aziz al Bakri, fue su deseo, anexionarse al reino de Sevilla, lo que le fue negado, aunque le ofreciera el poblado de Huelva, y respetara su vida, dejándole seguir llevando adelante la estancia en su isla y el poblado de Saltés.
Al Mu Mutadid, de momento aceptó la oferta, por lo qué Abd al Aziz, abdicando, se convirtió en vasallo en el año 1052, mientras que el rey sevillano marchó con dirección a Huelva, para tomar posesión de ella y posterior, regresó a Sevilla, dejando a uno de sus capitanes, no solo como representante suyo, sino también con la misión de impedir que Abd al Aziz abandonara la isla, y, ante tal coyuntura, este derrotado gobernante entabló conversación con el ahora verdadero dueño, con el deseo de venderle sus bajeles y pertrechos por 10.000 ducados y con su autorización, marcharse a Córdoba, con lo obtenido.
Otros autores o cronistas, sin embargo, se manifiestan en su contrasentido, expresándose que el rey sevillano le concedió residencia en Sevilla, dándole un subsidio hasta su muerte, que acaeció en el año 1058.
Es de verdadera lástima que esta isla Saltés, antes tan floreciente y próspera, aunque estuviera en manos musulmanas, en la actualidad se encuentra, yerma y abandonada, con un futuro incierto.
La historia que contamos es el testimonio de los hechos habidos en otros tiempos, madera de la vida, de la memoria y de la antigüedad.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En memoria de este cumplimiento del milenio, de los hechos que acaecieron, en este pequeño reino de Saltés, nos ha motivado a airear de nuevo, llevando a la letra impresa, aquella gesta para que se recuerde o que se conozca, para los lectores que les pueda interesar, sobre lo que en dicha isla sucedió.
Nos retrotraemos nada menos que al siglo XI de nuestra era, allá por el año 1012, en el que, ya mencionado, Abd-al Aziz-al Bakri se erigió en dueño y señor de este pequeño territorio en extensión, pero con una configuración estratégica, próximo al mar, con su puerto comercial, pueblo culto, industrial, con riqueza y bienestar, que se llamó toda aquella tierra, Umba (Huelva) y Xaltís (Saltés), lo que se dio bien a conocer, en todo el exterior, llegando a oídos, del soberano del reino Taifa de Sevilla, Al Mu Tadid que, en el año 1052, envidioso de esta estratégica y privilegiada población, tomó la decisión de poseerla, por lo que marchó con sus tropas hacia Saltés, declarándole la guerra.
Después de bloqueada esta isla, se apoderaron de ella, derrotaron a su gobernante tomándolo como vasallo. Igualmente este rey sevillano, con su gran número de guerreros, derrotó también la Cora de Niebla, pasando a sus dominios y poder.
El derrotado, Abd al Aziz al Bakri, fue su deseo, anexionarse al reino de Sevilla, lo que le fue negado, aunque le ofreciera el poblado de Huelva, y respetara su vida, dejándole seguir llevando adelante la estancia en su isla y el poblado de Saltés.
Al Mu Mutadid, de momento aceptó la oferta, por lo qué Abd al Aziz, abdicando, se convirtió en vasallo en el año 1052, mientras que el rey sevillano marchó con dirección a Huelva, para tomar posesión de ella y posterior, regresó a Sevilla, dejando a uno de sus capitanes, no solo como representante suyo, sino también con la misión de impedir que Abd al Aziz abandonara la isla, y, ante tal coyuntura, este derrotado gobernante entabló conversación con el ahora verdadero dueño, con el deseo de venderle sus bajeles y pertrechos por 10.000 ducados y con su autorización, marcharse a Córdoba, con lo obtenido.
Otros autores o cronistas, sin embargo, se manifiestan en su contrasentido, expresándose que el rey sevillano le concedió residencia en Sevilla, dándole un subsidio hasta su muerte, que acaeció en el año 1058.
Es de verdadera lástima que esta isla Saltés, antes tan floreciente y próspera, aunque estuviera en manos musulmanas, en la actualidad se encuentra, yerma y abandonada, con un futuro incierto.
La historia que contamos es el testimonio de los hechos habidos en otros tiempos, madera de la vida, de la memoria y de la antigüedad.
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