domingo, 22 de enero de 2012

Renace la discordia en Suecia por uso de velo islámico

La Habana,22/01/2011,(PL),Jorge Hernández Álvarez.

Una vez más, Suecia se divide entre la aprobación y el rechazo, entre la aceptación de una proclamada sociedad multicultural y la discriminación a los inmigrantes islámicos, a causa de un nuevo debate sobre los polémicos niqabs, un tipo de velo musulmán.

Suecia, con más de nueve millones de habitantes, posee una comunidad islámica de medio millón de personas (5,0 por ciento de la población total) producto de una sostenida emigración de Oriente Medio y África.

Ante esa realidad, cada vez suele ser más frecuente el llamado velo como parte del vestuario de las mujeres musulmanas residentes en el país, pero también crecen las fricciones que se derivan por diferencias culturales y xenófobas de la población nórdica en relación con los creyentes de Alá.

Aunque el Gobierno sueco entiende que el uso de esa prenda es un derecho básico derivado de la libertad religiosa, en los últimos años varios sectores e instituciones de la sociedad escandinava lo rechazan por considerarlo retrógrado, pese a denuncias de islamofobia.

TIPOS DE VELO

Tradicionalmente, la vestimenta de las mujeres islámicas suele ser objeto de confusión, pero existen cuatro distinciones fundamentales:

El llamado hijab es la prenda más extendida entre las musulmanas (chiíes) de países occidentales; cubre el cabello y normalmente también el cuello, aunque se puede acompañar de ropa occidental o de una abaya (túnica).

Por su parte, el chador es un velo largo y amplio que cubre, como el hijab, cabello y cuello, pero llega hasta los pies.

El burka es una túnica que cubre a la mujer de pies a cabeza y deja una rejilla al nivel de los ojos para que pueda ver.

Mientras, el niqab es un velo que cubre la cara y sólo deja sin tapar los ojos, y lo utilizan fundamentalmente las musulmanas suníes.

TRIUNFOS Y FRACASOS

Ante los efectos de la globalización y el movimiento creciente de los diversos flujos migratorios, en Suecia se suele hablar de una sociedad multicultural que, sin embargo, no acaba de integrarse a cabalidad como correspondiera, a juicio de analistas.

El tema de las prohibiciones a los velos islámicos es un claro ejemplo de ello: no fue hasta 2002 que la televisión sueca permitió a sus empleadas llevar pañuelos frente a la pantalla.

Todo ello ocurrió, desde luego, tras las críticas dirigidas contra la cadena por negarse a permitir a una mujer musulmana presentar un programa dirigido a los inmigrantes por llevar un pañuelo.

La decisión, acogida con alborozo por organizaciones musulmanas del país, levantó parcialmente las restricciones al velo y permitió a las mujeres que llevaran pañuelos participar en casi todos los programas televisivos suecos, excepto los noticiarios.

Sin embargo, apenas un año más tarde, en 2003, la Agencia Nacional para la Educación emitió una guía, donde autorizaba a directores de escuelas y profesores a prohibir el uso del velo en estudiantes, si este tenía un efecto negativo sobre la enseñanza.

Si bien semejante determinación resultó criticada por contravenir el derecho de libertad religiosa reconocido por la ley sueca, a lo largo de la década los usuarios del hijab contemplaron pasos de avance y retrocesos, en lo concerniente al uso de esa particular prenda de vestir.

Así en 2008, en Malmo, una joven musulmana de unos 20 años fue expulsada de un ómnibus por el conductor del vehículo, al negarse a revelar el rostro. Tal suceso la llevó a un pleito legal, donde tras reclamar ante la compañía de transportes Arriva fue indemnizada y el chofer despedido por actitud irrespetuosa.

Igualmente, en 2009, dos mujeres en uno de los casos más publicitados de ese año demandaron por discriminación étnica y religiosa a un centro de educación de adultos en Spanga, al norte de Estocolmo, después que les prohibieran entrar a clase por llevar niqabs.

"Hoy la escuela tomó la decisión de que ya no podía asistir a clase si no me quito el niqab. Esta es sólo una decisión y no una ley establecida", inquirió una de las mujeres amenazadas con perder sus estudios a causa del velo.

Además, la decisión sólo se refiere a aquellos que llevan un burka, el cual cubre por completo, pero en mi caso, llevo un niqab, que muestra el contorno de los ojos, denunció.

En ese entonces, el colegio se escudó en la normativa de la Agencia Nacional para la Educación, que prohibía el uso de algunos velos musulmanes en clases.

En Suecia, las escuelas deciden reglas internas con respecto a la vestimenta del alumnado, por lo que retienen autoridad para prohibir el uso de determinada ropa a sus estudiantes, aunque ello entre en conflicto, como en el caso de los velos, con la legislación del país.

Pese a ello, el Defensor del Pueblo de la ciudad de Estocolmo señaló que "conforme a la ley contra la discriminación, un centro educativo no puede segregar a un estudiante sobre la base del origen étnico o religioso".

En 2010, una polémica relativa a los límites del poder de decisión de las autoridades educativas sobre el vestuario de los estudiantes evidenció cuán imprecisa era la legislación en el tema de los derechos de las escuelas y universidades suecas para vedar velos islámicos como burkas o niqabs.

Ese mismo año, la Defensoría del Pueblo sueca reiteró que la prohibición constituía una violación de las leyes contra la discriminación, tras lo cual las entidades educacionales decidieron revisar las normativas anteriores sobre el uso del velo en los centros de enseñanza del país.

Para 2011 no todo fue negativo, si bien la prensa sueca informó de tres jóvenes, a quienes se les negó la entrada a una audiencia en el juzgado de Gotemburgo por llevar niqabs, también se hizo eco de la admisión de la primera mujer con velo en la academia de policía del país, Donna Eljammal.

"Estamos viviendo en una sociedad moderna y multicultural y hay que reconocer los derechos fundamentales que existen en la misma, y la libertad de religión es uno de ellos", dijo la portavoz de la Junta Nacional de Policía, Kalle Wallin, en alusión a la agente Eljammal.

De acuerdo con Wallin, en Suecia no existen restricciones referentes a velos de tipo religioso entre los reclutas de la Policía, aunque irónicamente en el sistema escolar el asunto cambia de matiz.

Apenas recién comenzado 2012, el tema sale a relucir nuevamente, tras una polémica decisión que confirma la autoridad de los maestros suecos para prohibir a sus alumnos el uso de velos que sólo enseñen los ojos, de acuerdo con fuentes educativas del país. En ese sentido, los docentes podrán prohibir los velos que cubren la mayor parte de la cara, si inhibe el contacto y el intercambio comunicativo en el aula, según indicó el ministro de Educación, Jan Bjorklund.

Por ahora, las nuevas regulaciones están destinadas principalmente a escuelas secundarias y centros de educación para adultos, pero pueden ser adaptadas para su aplicación en escuelas primarias, en un gesto que como era de esperar ha dejado caer, sobre la proclamada sociedad multicultural de Suecia, el velo de la discordia.

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