Un grupo de fieles musulmanes rezando en dirección a la Meca. :: M. ROJASºUna decena de religiones conviven en la ciudad con la mayoritaria, la católica, algunas sin centro de culto.
«Los musulmanes podemos comprar carne en cualquier centro comercial»
«La iglesia católica tiene un gran poder económico algo que algún día se tendrá que terminar»
Viernes a media tarde. Un goteo contínuo de africanos y magrebíes cruza-unos con prisa, otros en grupos conversando- el jardín junto a la salida de las vías del tren en Vallobín. Caminan hacia la mezquita de Oviedo a cumplir con la oración del viernes. Es un desfile caleidoscópico, en el que se mezclan coloridas ropas de Mali, con atavíos occidentales; en el que se juntan el francés, el árabe del norte de áfrica, el español de algunas mujeres con hiyab y el farsi; en el que se refleja la diversidad en el origen y la unión en una creencia. Los musulmanes no están solos, judíos, budistas, además de evangelistas, anglicanos, adventistas e incluso baha'is conviven con la religión mayoritaria, la católica, en la ciudad. Muchos credos tienen centros de culto autofinanciados. Otros, se reúnen donde pueden. Y unos pocos privilegiados han conseguido cesiones de las autoridades para establecer sus templos. Es la pluralidad de creencias existenciales, morales y espirituales, que muchas veces reciben miradas de recelo o incomprensión en los vecindarios. «Es porque en la sociedad aún existe mucho desconocimiento», dicen, dispuestos a explicar cómo mantienen sus fe en Oviedo.
Las cuestiones culturales ligadas a la religión son muchas veces las que pueden acarrear más problemas. Por ejemplo, los musulmanes deben encontrar tiempo entre la jornada laboral para realizar sus cinco rezos diarios. Y muchos judíos optan por no comer carne, pues «no somos una comunidad tan grande como para disponer de tiendas con productos judíos». ¿Cuáles son las religiones presentes en la ciudad?
Los musulmanes
La comunidad musulmana suma más de 4.500 creyentes en el Principado, unos 500 en Oviedo. Se reúnen en una precaria mezquita cerca del paseo de La Florida. Esta misma semana han pagado las tasas municipales para remodelar su sede, algo que llevan esperando desde hace meses. Será dentro de unos días cuando arranquen las obras, porque hoy celebran la «fiesta grande» de su religión. Es la fiesta del sacrificio, una fiesta de hermanamiento y de perdón, donde las familias se reúnen y sacrifican un cordero.
En los años 70 un grupo de estudiantes de Medicina comenzó a reunirse en un piso para realizar los rezos. Fue la semilla de la actual sede, aunque no «tenemos porque realizar los rezos en la mezquita», subraya Yahya Zanabili, presidente de la Comunidad Islámica de Asturias. Sirve cualquier lugar orientado a la Meca. «El primer rezo se realiza al despertar, normalmente en casa. La segunda oración, entre las 13.15 y las 15.45, no supone un problema porque todo el mundo dispone de un descanso para comer y no dura más de 3 o 4 minutos», explica. Los siguientes rezos son a las 16.00, 18.15 y las 19.45. «No es una cosa inflexible cada uno reza cuando puede».
Tampoco son tan estrictos con la comida. No pueden ingerir cerdo y los animales deben ser sacrificados sin sufrimiento. Pero la segunda no es una norma estricta. «En realidad, el Corán permite comer la comida de la gente. Es decir, que cualquier animal sacrificado en España es valido. Podemos comprar carne en un centro comercial», aclara. Desde hace pocos años disponen de carnicerías musulmanas para comprar los productos.
El judaísmo
Probablemente sea una de las comunidades más visibles en la ciudad, a pesar de que no superan los 130 miembros en la región. «No solo compartimos las creencias judías sino también nuestra cultura», remarca Aida Oceransky, presidenta de la Comunidad Israelita en Asturias. Organizan el ciclo de cine judío, las jornadas judías, dentro de la Jornada Cultural Europea, y a finales de este mes habrá un fin de semana para conocer sus tradiciones.
Las actividades de los judíos se centralizan en la sinagoga, en un edificio en la plaza de El Fontán cedido por el Ayuntamiento hace unos años. Aunque, al igual que los musulmanes, no tienen por que rezar en la sinagoga. «Los judíos pueden rezar en cualquier sitio y lo que les salga del corazón».
Tampoco comen cerdo ni carne de rumiantes con una pezuña que no hayan sido sacrificados sin sufrimiento y desangrados. «Muchos resolvemos este asunto sin comer carne ni marisco, que tampoco está permitido en la Torá», incide Oceransky. Asegura que se sienten desconocidos, a pesar de que reciben numerosas consultas para determinar el posible origen judío de antepasados de asturianos. «Es verdaderamente curioso el desconocimiento. Muchos rituales cristianos provienen del judaísmo y el Antiguo Testamento que está en la Biblia es un gran desconocido para el 99,9% de los católicos».
Salvo estás dificultades a la hora de ir a un restaurante, los judíos «podemos educar a nuestros hijos según nuestros valores». Algo que hace años era más difícil por la obligatoriedad de los estudios de religión católica en las escuelas.
Iglesia Anglicana
Cuenta José Quesada, el párroco de Santa Eulalia de Mérida, en La Corredoria, que hasta hace un año no tenían templo propio. El párroco de San Juan El Real, Fernando Rubio, les cedía la capilla de la casa consistorial para sus reuniones. «Aún la seguimos usando para alguna boda. Solicitamos un local y el Ayuntamiento nos lo concedió», dice. La iglesia anglicana ronda los 1.500 creyentes, aunque un centenar son practicantes.
«La gente piensa que somos una secta y somos la misma religión cristiana, con un mismo Dios y el mismo libro, La Biblia». La diferencia radica en la ordenación interna y en algunos dogmas. Los sacerdotes pueden casarse, pues «el estado civil no influye en la creencia», e incluso pueden ser mujeres. Otra diferencia radica en los sacramentos. Los anglicanos no dan la misma importancia al bautismo y la comunión que al matrimonio. «Puedes ser soltero y creyente y casamos a divorciados», puntualiza Quesada. Y sobre todo no creen en la supremacía del Papa, «somos todos seres humanos», ni comparten las presiones económicas. «La Iglesia Católica tiene un gran poder económico, algo que se tendrá que terminarse. Soy más partidario de que las comunidades se autofinancien», dice.
Iglesia Evangélica
En Oviedo se reparten once iglesias evangélicas. La más antigua, fundada hace medio siglo, es la de la Asociación de Ministros de Culto Evangélicos del Principado de Asturias, en la calle Martínez Marina. Explica su pastor, Luis Manuel Rubiales, que las raíces de sus creencias provienen de la reforma del siglo XVI pero que sus «orígenes nacen en la iglesia primitiva, aunque la iglesia católica se ha adueñado del derecho de ser la única iglesia cristiana», protesta. Unas 500 personas son evangélicas en la ciudad aunque «también hay un grupo de la iglesia gitana, la de Filadelfia», y numeroso.
El rasgo más característico respecto a la iglesia católica reside en la ausencia de imágenes. Un grupo de ancianos y el pastor se encargan del funcionamiento de la congregación. En las misas, cantan acompañados de guitarras y pianos. Entre semana tienen «cultos en los que cada uno hace oraciones en voz alta expresando lo que hay en su corazón». Los pastores pueden casarse, no se confiesan porque no creen que los pecados se los pueda perdonar un hombre y no creen en la «infalibilidad» del Papa. Los niños aprenden en la escuela dominical sobre su religión. En clase, piden «respeto» a su religión. Las hijas de Rubiales cursaron la asignatura de Ética pero «nos gustaría tener profesores que enseñaran sobre nuestra fe», reconoce.
Iglesia Adventista
Tiene una sede en la calle Teodoro López Cuesta, en El Cristo. Y en Oviedo son 51 miembros bautizados (51 en Gijón). En 1994, una decena de ovetenses empiezan a reunirse en casa de uno de ellos. Cuatro años después inauguraron la sede actual. Celebran un día de culto semana, el sábado (su séptimo día de la semana, siguiendo el calendario hebreo, el que Dios descansó después de crear el mundo en seis días) «tal y como indica la Biblia», explica Josué Reta, responsable de la congregación. Proviene de la iglesia protestante y uno de sus fundadores es William Miller.
Entre otras cosas, esperan la llegada de Cristo a la tierra «de forma inesperada» y creen en la Divinidad manifestada en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se bautizan y se casan, incluso «los pastores o ministros». Suelen ser vegetarianos y no fuman ni beben alcohol.
Testigos de Jehová
Solo tienen un lugar de reunión en la calle Sabino Fernández Campo, próximo a San Julián de Los Prados. En Oviedo son unos 300 organizados en tres congregaciones, según explica Mario García Peña, que ejerce de portavoz. A los Testigos de Jehová se les conoce, entre otras cosas, porque van de casa en casa divulgando su religión. «Hacemos obediencia al mandato de Jesucristo de enseñar a observar sus enseñanzas». Además, «procuramos ser buenos ciudadanos y enseñamos a nuestros hijos valores de educación, respeto hacia los demás y ser trabajadores», añade García Peña.
Organizan reuniones abiertas y no hacen colectas. Se financian con donaciones voluntarias y editan algunas publicaciones. Uno de los aspectos que más llama la atención es su rechazo a las transfusiones de sangre porque «la Biblia lo señala claramente», explica su portavoz. Sus creencias, afirma García Peña, se basan en la Biblia. Se llaman de Jehová, porque su Dios (que lo distingue de dioses falsos, dicen) recibe ese nombre, o Yavé, que no adoran con imágenes. Jesucristo es su hijo, «el primogénito de toda la creación».
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«Los musulmanes podemos comprar carne en cualquier centro comercial»
«La iglesia católica tiene un gran poder económico algo que algún día se tendrá que terminar»
Viernes a media tarde. Un goteo contínuo de africanos y magrebíes cruza-unos con prisa, otros en grupos conversando- el jardín junto a la salida de las vías del tren en Vallobín. Caminan hacia la mezquita de Oviedo a cumplir con la oración del viernes. Es un desfile caleidoscópico, en el que se mezclan coloridas ropas de Mali, con atavíos occidentales; en el que se juntan el francés, el árabe del norte de áfrica, el español de algunas mujeres con hiyab y el farsi; en el que se refleja la diversidad en el origen y la unión en una creencia. Los musulmanes no están solos, judíos, budistas, además de evangelistas, anglicanos, adventistas e incluso baha'is conviven con la religión mayoritaria, la católica, en la ciudad. Muchos credos tienen centros de culto autofinanciados. Otros, se reúnen donde pueden. Y unos pocos privilegiados han conseguido cesiones de las autoridades para establecer sus templos. Es la pluralidad de creencias existenciales, morales y espirituales, que muchas veces reciben miradas de recelo o incomprensión en los vecindarios. «Es porque en la sociedad aún existe mucho desconocimiento», dicen, dispuestos a explicar cómo mantienen sus fe en Oviedo.
Las cuestiones culturales ligadas a la religión son muchas veces las que pueden acarrear más problemas. Por ejemplo, los musulmanes deben encontrar tiempo entre la jornada laboral para realizar sus cinco rezos diarios. Y muchos judíos optan por no comer carne, pues «no somos una comunidad tan grande como para disponer de tiendas con productos judíos». ¿Cuáles son las religiones presentes en la ciudad?
Los musulmanes
La comunidad musulmana suma más de 4.500 creyentes en el Principado, unos 500 en Oviedo. Se reúnen en una precaria mezquita cerca del paseo de La Florida. Esta misma semana han pagado las tasas municipales para remodelar su sede, algo que llevan esperando desde hace meses. Será dentro de unos días cuando arranquen las obras, porque hoy celebran la «fiesta grande» de su religión. Es la fiesta del sacrificio, una fiesta de hermanamiento y de perdón, donde las familias se reúnen y sacrifican un cordero.
En los años 70 un grupo de estudiantes de Medicina comenzó a reunirse en un piso para realizar los rezos. Fue la semilla de la actual sede, aunque no «tenemos porque realizar los rezos en la mezquita», subraya Yahya Zanabili, presidente de la Comunidad Islámica de Asturias. Sirve cualquier lugar orientado a la Meca. «El primer rezo se realiza al despertar, normalmente en casa. La segunda oración, entre las 13.15 y las 15.45, no supone un problema porque todo el mundo dispone de un descanso para comer y no dura más de 3 o 4 minutos», explica. Los siguientes rezos son a las 16.00, 18.15 y las 19.45. «No es una cosa inflexible cada uno reza cuando puede».
Tampoco son tan estrictos con la comida. No pueden ingerir cerdo y los animales deben ser sacrificados sin sufrimiento. Pero la segunda no es una norma estricta. «En realidad, el Corán permite comer la comida de la gente. Es decir, que cualquier animal sacrificado en España es valido. Podemos comprar carne en un centro comercial», aclara. Desde hace pocos años disponen de carnicerías musulmanas para comprar los productos.
El judaísmo
Probablemente sea una de las comunidades más visibles en la ciudad, a pesar de que no superan los 130 miembros en la región. «No solo compartimos las creencias judías sino también nuestra cultura», remarca Aida Oceransky, presidenta de la Comunidad Israelita en Asturias. Organizan el ciclo de cine judío, las jornadas judías, dentro de la Jornada Cultural Europea, y a finales de este mes habrá un fin de semana para conocer sus tradiciones.
Las actividades de los judíos se centralizan en la sinagoga, en un edificio en la plaza de El Fontán cedido por el Ayuntamiento hace unos años. Aunque, al igual que los musulmanes, no tienen por que rezar en la sinagoga. «Los judíos pueden rezar en cualquier sitio y lo que les salga del corazón».
Tampoco comen cerdo ni carne de rumiantes con una pezuña que no hayan sido sacrificados sin sufrimiento y desangrados. «Muchos resolvemos este asunto sin comer carne ni marisco, que tampoco está permitido en la Torá», incide Oceransky. Asegura que se sienten desconocidos, a pesar de que reciben numerosas consultas para determinar el posible origen judío de antepasados de asturianos. «Es verdaderamente curioso el desconocimiento. Muchos rituales cristianos provienen del judaísmo y el Antiguo Testamento que está en la Biblia es un gran desconocido para el 99,9% de los católicos».
Salvo estás dificultades a la hora de ir a un restaurante, los judíos «podemos educar a nuestros hijos según nuestros valores». Algo que hace años era más difícil por la obligatoriedad de los estudios de religión católica en las escuelas.
Iglesia Anglicana
Cuenta José Quesada, el párroco de Santa Eulalia de Mérida, en La Corredoria, que hasta hace un año no tenían templo propio. El párroco de San Juan El Real, Fernando Rubio, les cedía la capilla de la casa consistorial para sus reuniones. «Aún la seguimos usando para alguna boda. Solicitamos un local y el Ayuntamiento nos lo concedió», dice. La iglesia anglicana ronda los 1.500 creyentes, aunque un centenar son practicantes.
«La gente piensa que somos una secta y somos la misma religión cristiana, con un mismo Dios y el mismo libro, La Biblia». La diferencia radica en la ordenación interna y en algunos dogmas. Los sacerdotes pueden casarse, pues «el estado civil no influye en la creencia», e incluso pueden ser mujeres. Otra diferencia radica en los sacramentos. Los anglicanos no dan la misma importancia al bautismo y la comunión que al matrimonio. «Puedes ser soltero y creyente y casamos a divorciados», puntualiza Quesada. Y sobre todo no creen en la supremacía del Papa, «somos todos seres humanos», ni comparten las presiones económicas. «La Iglesia Católica tiene un gran poder económico, algo que se tendrá que terminarse. Soy más partidario de que las comunidades se autofinancien», dice.
Iglesia Evangélica
En Oviedo se reparten once iglesias evangélicas. La más antigua, fundada hace medio siglo, es la de la Asociación de Ministros de Culto Evangélicos del Principado de Asturias, en la calle Martínez Marina. Explica su pastor, Luis Manuel Rubiales, que las raíces de sus creencias provienen de la reforma del siglo XVI pero que sus «orígenes nacen en la iglesia primitiva, aunque la iglesia católica se ha adueñado del derecho de ser la única iglesia cristiana», protesta. Unas 500 personas son evangélicas en la ciudad aunque «también hay un grupo de la iglesia gitana, la de Filadelfia», y numeroso.
El rasgo más característico respecto a la iglesia católica reside en la ausencia de imágenes. Un grupo de ancianos y el pastor se encargan del funcionamiento de la congregación. En las misas, cantan acompañados de guitarras y pianos. Entre semana tienen «cultos en los que cada uno hace oraciones en voz alta expresando lo que hay en su corazón». Los pastores pueden casarse, no se confiesan porque no creen que los pecados se los pueda perdonar un hombre y no creen en la «infalibilidad» del Papa. Los niños aprenden en la escuela dominical sobre su religión. En clase, piden «respeto» a su religión. Las hijas de Rubiales cursaron la asignatura de Ética pero «nos gustaría tener profesores que enseñaran sobre nuestra fe», reconoce.
Iglesia Adventista
Tiene una sede en la calle Teodoro López Cuesta, en El Cristo. Y en Oviedo son 51 miembros bautizados (51 en Gijón). En 1994, una decena de ovetenses empiezan a reunirse en casa de uno de ellos. Cuatro años después inauguraron la sede actual. Celebran un día de culto semana, el sábado (su séptimo día de la semana, siguiendo el calendario hebreo, el que Dios descansó después de crear el mundo en seis días) «tal y como indica la Biblia», explica Josué Reta, responsable de la congregación. Proviene de la iglesia protestante y uno de sus fundadores es William Miller.
Entre otras cosas, esperan la llegada de Cristo a la tierra «de forma inesperada» y creen en la Divinidad manifestada en Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se bautizan y se casan, incluso «los pastores o ministros». Suelen ser vegetarianos y no fuman ni beben alcohol.
Testigos de Jehová
Solo tienen un lugar de reunión en la calle Sabino Fernández Campo, próximo a San Julián de Los Prados. En Oviedo son unos 300 organizados en tres congregaciones, según explica Mario García Peña, que ejerce de portavoz. A los Testigos de Jehová se les conoce, entre otras cosas, porque van de casa en casa divulgando su religión. «Hacemos obediencia al mandato de Jesucristo de enseñar a observar sus enseñanzas». Además, «procuramos ser buenos ciudadanos y enseñamos a nuestros hijos valores de educación, respeto hacia los demás y ser trabajadores», añade García Peña.
Organizan reuniones abiertas y no hacen colectas. Se financian con donaciones voluntarias y editan algunas publicaciones. Uno de los aspectos que más llama la atención es su rechazo a las transfusiones de sangre porque «la Biblia lo señala claramente», explica su portavoz. Sus creencias, afirma García Peña, se basan en la Biblia. Se llaman de Jehová, porque su Dios (que lo distingue de dioses falsos, dicen) recibe ese nombre, o Yavé, que no adoran con imágenes. Jesucristo es su hijo, «el primogénito de toda la creación».
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