Un Juzgado de Oviedo condena a la funeraria por el escaso cuidado que tuvo con la confesión de la familia porque debían ser "especialmente escrupulosos".
Una empresa funeraria de la comarca de Avilés deberá indemnizar a una cliente de nacionalidad bosnia y de confesión musulmana por daños morales al trasladar el cuerpo de su madre a su país en un ataúd con una cruz.
Según informa La Nueva España, el titular del Juzgado de primera instancia número 8 de Oviedo, Miguel Antonio del Palacio Lacambra, ha dictado que la funeraria indemnice con 1.100 euros a su clienta por no haber suprimido todos los símbolos cristianos de un féretro con destino a un entierro musulmán, algo que consideró su familia como una "ofensa evidente".
La mujer musulmana al observar que no habían sido eliminados todos los símbolos cristianos, se quitó un crucifijo portante, se negó a pagar a la funeraria. Finalmente, el juez ha dictado que la mujer pague la factura descontando la cantidad del ataúd, 1.100 euros, así como otros 1.100 euros por daños morales.
El magistrado pone de manifiesto el escaso cuidado de la funeraria a la hora de preocuparse por la confesión de la fallecida y añade que "uno de los principales deberes que corresponde a una empresa de servicios funerarios es la de ser especialmente escrupulosos y cuidadosos con los sentimientos de la familia de la persona fallecida.
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Una empresa funeraria de la comarca de Avilés deberá indemnizar a una cliente de nacionalidad bosnia y de confesión musulmana por daños morales al trasladar el cuerpo de su madre a su país en un ataúd con una cruz.
Según informa La Nueva España, el titular del Juzgado de primera instancia número 8 de Oviedo, Miguel Antonio del Palacio Lacambra, ha dictado que la funeraria indemnice con 1.100 euros a su clienta por no haber suprimido todos los símbolos cristianos de un féretro con destino a un entierro musulmán, algo que consideró su familia como una "ofensa evidente".
La mujer musulmana al observar que no habían sido eliminados todos los símbolos cristianos, se quitó un crucifijo portante, se negó a pagar a la funeraria. Finalmente, el juez ha dictado que la mujer pague la factura descontando la cantidad del ataúd, 1.100 euros, así como otros 1.100 euros por daños morales.
El magistrado pone de manifiesto el escaso cuidado de la funeraria a la hora de preocuparse por la confesión de la fallecida y añade que "uno de los principales deberes que corresponde a una empresa de servicios funerarios es la de ser especialmente escrupulosos y cuidadosos con los sentimientos de la familia de la persona fallecida.
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