Nave donde se pretende trasladar la mezquita.La AVV Nicolás Andreu dice que el templo no está acondicionado y vuelve a pedir que vaya a otro sitio
El conflicto por la intención del centro islámico de Torrent de buscar un espacio más amplio para celebrar su culto en el mismo barrio sigue provocando tensión en algunos sectores, especialmente en la asociación de vecinos Nicolás Andreu. De hecho, una denuncia de esta entidad ha paralizado en los últimos días el traslado de la actividad al local que hace más de un año alquiló el centro islámico y que aún no ha podido acondicionar por la presión vecinal. El consistorio ha decretado que el local no cumplía los requisitos para albergar actividades que supusieran una concentración de personas y los musulmanes han tenido que volver a su antigua sede.
La reapertura del conflicto se originó hace unas semanas cuando desde el centro islámico, que lleva años padeciendo saturación en su actual local de la calle Nicolás Andreu -el rezo del ramadán se realiza en la calle y para la fiesta del Cordero han de pedir una instalación municipal-, se decidió trasladar la actividad a la nave que pagan desde hace más de un año en la calle San Ernesto, a poca distancia.
Desde la AVV se detectó este movimiento y se tramitó ante el consistorio una doble denuncia. Por un lado, se criticaba que el local no reunía condiciones de salubridad, insonorización y seguridad. La nave es el bajo de un edificio de viviendas y es prácticamente diáfana, ya que la comunidad no ha podido reformarla.
La denuncia vecinal provocó una inspección municipal hace unos días que efectivamente constató que el local no cumplía los requisitos. De este modo, el consistorio ha decretado el cierre, según la documentación que maneja la asociación de vecinos.
Por ello, la comunidad musulmana ha tenido que volver a su antigua ubicación, aunque diversas fuentes aseguran que sus dirigentes han mostrado su intención de retomar la obra y acondicionar la nave para instalar definitivamente y con todos los permisos la mezquita.
De hecho, el centro islámico tiene licencia de obras desde hace más de un año y en septiembre de 2010 comenzó a desescombrar y a preparar el local para la reformas. Fue entonces cuando comenzaron las movilizaciones de la asociación de vecinos, cuyos componentes reclaman que se traslade a otro barrio. Los vecinos incluso reventaron con gritos y acusaciones el acto de presentación del proyecto de la nueva mezquita. Los representantes del gobierno local tuvieron que recordar entre abucheos que la licencia se había concedido porque el proyecto cumplía con todos los requisitos legales y que la Constitución Española garantiza la libertad religiosa.
Finalmente, una mediación de la alcaldesa de Torrent logró que todas las partes firmaran un acuerdo por el que el centro islámico paralizaba voluntariamente la obra -para la que sigue teniendo licencia- y todos se comprometían a buscar ubicaciones alternativas. Además, suscribían el compromiso de no dar nuevos pasos sin el consenso de todos.
En aquel momento la entidad vecinal llegó a proponer una nave en las afueras, que los musulmanes rechazaron tras un referéndum porque era más cara que la actual y porque estaba demasiado alejada del metro, ya que la mezquita acoge fieles de diversos municipios.
Desde la AVV se acusa ahora a la comunidad islámica de haber incumplido aquel acuerdo al retomar la intención de instalarse en San Ernesto. Este diario intentó contactar ayer con el centro islámico pero no fue posible.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
El conflicto por la intención del centro islámico de Torrent de buscar un espacio más amplio para celebrar su culto en el mismo barrio sigue provocando tensión en algunos sectores, especialmente en la asociación de vecinos Nicolás Andreu. De hecho, una denuncia de esta entidad ha paralizado en los últimos días el traslado de la actividad al local que hace más de un año alquiló el centro islámico y que aún no ha podido acondicionar por la presión vecinal. El consistorio ha decretado que el local no cumplía los requisitos para albergar actividades que supusieran una concentración de personas y los musulmanes han tenido que volver a su antigua sede.
La reapertura del conflicto se originó hace unas semanas cuando desde el centro islámico, que lleva años padeciendo saturación en su actual local de la calle Nicolás Andreu -el rezo del ramadán se realiza en la calle y para la fiesta del Cordero han de pedir una instalación municipal-, se decidió trasladar la actividad a la nave que pagan desde hace más de un año en la calle San Ernesto, a poca distancia.
Desde la AVV se detectó este movimiento y se tramitó ante el consistorio una doble denuncia. Por un lado, se criticaba que el local no reunía condiciones de salubridad, insonorización y seguridad. La nave es el bajo de un edificio de viviendas y es prácticamente diáfana, ya que la comunidad no ha podido reformarla.
La denuncia vecinal provocó una inspección municipal hace unos días que efectivamente constató que el local no cumplía los requisitos. De este modo, el consistorio ha decretado el cierre, según la documentación que maneja la asociación de vecinos.
Por ello, la comunidad musulmana ha tenido que volver a su antigua ubicación, aunque diversas fuentes aseguran que sus dirigentes han mostrado su intención de retomar la obra y acondicionar la nave para instalar definitivamente y con todos los permisos la mezquita.
De hecho, el centro islámico tiene licencia de obras desde hace más de un año y en septiembre de 2010 comenzó a desescombrar y a preparar el local para la reformas. Fue entonces cuando comenzaron las movilizaciones de la asociación de vecinos, cuyos componentes reclaman que se traslade a otro barrio. Los vecinos incluso reventaron con gritos y acusaciones el acto de presentación del proyecto de la nueva mezquita. Los representantes del gobierno local tuvieron que recordar entre abucheos que la licencia se había concedido porque el proyecto cumplía con todos los requisitos legales y que la Constitución Española garantiza la libertad religiosa.
Finalmente, una mediación de la alcaldesa de Torrent logró que todas las partes firmaran un acuerdo por el que el centro islámico paralizaba voluntariamente la obra -para la que sigue teniendo licencia- y todos se comprometían a buscar ubicaciones alternativas. Además, suscribían el compromiso de no dar nuevos pasos sin el consenso de todos.
En aquel momento la entidad vecinal llegó a proponer una nave en las afueras, que los musulmanes rechazaron tras un referéndum porque era más cara que la actual y porque estaba demasiado alejada del metro, ya que la mezquita acoge fieles de diversos municipios.
Desde la AVV se acusa ahora a la comunidad islámica de haber incumplido aquel acuerdo al retomar la intención de instalarse en San Ernesto. Este diario intentó contactar ayer con el centro islámico pero no fue posible.
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