Rúbricas. Los vecinos reunieron más de 300 ayer. :: M.C.Los vecinos afirman que el oratorio colapsará los accesos de la zona residencial y generará ruido y molestias
Las aguas andan revueltas en las urbanizaciones de La Pobla de Vallbona por la construcción de una mezquita privada con capacidad máxima para 200 fieles. Aunque hay opiniones para todos los gustos, muchos vecinos afirman estar contra la construcción de este oratorio, en una parcela de mil metros cuadrados, porque afectará a los accesos, la seguridad y la tranquilidad del lugar.
«La mayoría hemos cambiado Valencia por la paz de una zona residencial para que ahora nos pongan una mezquita al lado de casa para 200 personas. También está el problema de los accesos, que son pocos y muy malos, y la seguridad, si empieza a llegar gente de todas partes», recalcaba un residente de la urbanización de San Martín.
La desinformación, las críticas y el recelo se entremezclaron ayer en una tensa asamblea vecinal a la que acudieron más de medio centenar de afectados, además de la alcaldesa del municipio, Mari Carmen Contelles, y representantes legales de la vivienda donde se está construyendo el controvertido oratorio. A la petición de los residentes de que se paralizaran las obras, Contelles respondió que el Ayuntamiento no podía hacerlo porque la construcción «cumple con todos los requisitos legales y de planeamiento urbanístico. Si lo hiciéramos, sí que estaríamos incurriendo en prevaricación».
El hecho de que los miembros de la comunidad religiosa instalada en la parcela formen parte de una rama islámica, Ahmadía, «amenazada y perseguida en zonas como Arabia Saudita, Paquistán o Indonesia» fue otro de los argumentos esgrimidos por los vecinos en relación a la seguridad. «¿Quién nos garantiza que no se produzca algún ataque o atentado?», espetaba otro vecino ante el griterío general.
Comunidad minoritaria
Los representantes de la instalación religiosa explicaron que su comunidad «no tiene ningún problema en occidente. Ni somos terroristas ni extremistas, somos las víctimas, pero llevamos en España desde 1946 y nunca ha pasado nada».
También recalcaron que su prioridad es «no generar ninguna molestia a nadie. Nuestra comunidad es muy reducida al ser una vertiente minoritaria, por lo que sólo en las dos fiestas más importantes del año podemos ser unas cien personas. De normal, unas veinte».
Los vecinos, que pedirán asesoramiento jurídico y estudian agruparse en plataforma, criticaron que el Ayuntamiento no les haya informado «antes» y exigieron «servicios y mejoras para la urbanización».
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Las aguas andan revueltas en las urbanizaciones de La Pobla de Vallbona por la construcción de una mezquita privada con capacidad máxima para 200 fieles. Aunque hay opiniones para todos los gustos, muchos vecinos afirman estar contra la construcción de este oratorio, en una parcela de mil metros cuadrados, porque afectará a los accesos, la seguridad y la tranquilidad del lugar.
«La mayoría hemos cambiado Valencia por la paz de una zona residencial para que ahora nos pongan una mezquita al lado de casa para 200 personas. También está el problema de los accesos, que son pocos y muy malos, y la seguridad, si empieza a llegar gente de todas partes», recalcaba un residente de la urbanización de San Martín.
La desinformación, las críticas y el recelo se entremezclaron ayer en una tensa asamblea vecinal a la que acudieron más de medio centenar de afectados, además de la alcaldesa del municipio, Mari Carmen Contelles, y representantes legales de la vivienda donde se está construyendo el controvertido oratorio. A la petición de los residentes de que se paralizaran las obras, Contelles respondió que el Ayuntamiento no podía hacerlo porque la construcción «cumple con todos los requisitos legales y de planeamiento urbanístico. Si lo hiciéramos, sí que estaríamos incurriendo en prevaricación».
El hecho de que los miembros de la comunidad religiosa instalada en la parcela formen parte de una rama islámica, Ahmadía, «amenazada y perseguida en zonas como Arabia Saudita, Paquistán o Indonesia» fue otro de los argumentos esgrimidos por los vecinos en relación a la seguridad. «¿Quién nos garantiza que no se produzca algún ataque o atentado?», espetaba otro vecino ante el griterío general.
Comunidad minoritaria
Los representantes de la instalación religiosa explicaron que su comunidad «no tiene ningún problema en occidente. Ni somos terroristas ni extremistas, somos las víctimas, pero llevamos en España desde 1946 y nunca ha pasado nada».
También recalcaron que su prioridad es «no generar ninguna molestia a nadie. Nuestra comunidad es muy reducida al ser una vertiente minoritaria, por lo que sólo en las dos fiestas más importantes del año podemos ser unas cien personas. De normal, unas veinte».
Los vecinos, que pedirán asesoramiento jurídico y estudian agruparse en plataforma, criticaron que el Ayuntamiento no les haya informado «antes» y exigieron «servicios y mejoras para la urbanización».
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