Como un ejercicio de buen Gobierno, la ceremonia de circuncisión masiva realizada para un centenar de niños de familias desfavorecidas en una antigua plaza de Estambul suma puntos para el oficialista Partido AK.
"La circuncisión es una importante tradición en el Islam", dice a Reuters con orgullo el alcalde de la capital turca, Ibrahim Kavuncu, mientras observa a los niños y a sus familias reunidos en una plaza frente a la mezquita de Eyup Sultan antes de realizar los ritos religiosos.
Vestidos con gorros, capas azules y camisas de satén color crema, cada uno de los niños lleva un pequeño bastón y son guiados hacia un círculo en torno a una banda de jenízaros.
Un día más tarde irán a un hospital privado para una circuncisión gratuita.
En municipalidades controladas por el partido AK como Eyup, un barrio devoto del lado sur del estuario del Cuerno de Oro, conectarse con la gente significa darles lo que quieren.
Para cualquier buena familia musulmana eso incluye una circuncisión para sus niños y la posibilidad de ofrecer un pequeño festín para parientes y vecinos.
"Le damos mucha importancia a la festividad, no sólo porque es una tradición, sino también porque ofrece una oportunidad para (realizar) operaciones saludables e higiénicas a los niños", dice el alcalde.
Construida en el lugar donde se supone que fue enterrado el abanderado del Profeta Mahoma durante la toma árabe de Constantinopla en 670, la mezquita de Eyup Sultan ocupa un lugar especial en la historia del Islam en Turquía.
Y muchos padres de las afueras del barrio y de Estambul traen a sus hijos aquí para rezar cuando son circuncidados.
CONSEJO PROFESIONAL
Para los niños, la operación constituye una temprana afirmación de su fe y un paso hacia la adultez.
Para sus familias, es una obligación religiosa, pero también un gasto que a muchos les resulta difícil de costear. La operación puede tener un valor que va entre los 300 y los 800 dólares.
El doctor Sefik Ersan, un cirujano radicado en Ankara que ha realizado más de 5.000 circuncisiones, estima que sólo del 10 al 15 por ciento de los turcos circuncida a sus hijos con cirujanos.
Muchos padres optan por pagarles a "sunnetci" -personas
que circuncidan y que transmiten su destreza por generaciones- o a peluqueros, a pesar de los riesgos que implica realizar el procedimiento afuera de un hospital o una clínica.
"Algunos padres exigen que la operación se realice en sus casas. Yo les digo que puede haber complicaciones, si bien la probabilidad es de una en mil", dijo Ersan.
"Puede detenerse la respiración, o puede observarse alergias a medicamentos. Una intervención así es mucho más difícil en una casa, es mejor no correr riesgos y llevar a los niños a instalaciones médicas que se ajusten a sus recursos financieros", añade el profesional.
El médico dice que otras complicaciones más comunes incluyen infecciones, hemorragias, daños al tracto urinario, intoxicación o gangrena en el glande, antes de añadir otro peligro que podría complicar al niño más adelante en su vida.
"Es muy posible que se corte demasiado el glande y que el niño sufra de eyaculación precoz cuando crezca", afirma Ersan.
Un estudio llevado a cabo durante 10 años en Turquía mostró que de 200 niños ingresados al hospital con complicaciones posteriores a la circuncisión, un 85 por ciento fue operado por personas aficionadas, un 10 por ciento por técnicos de la salud y el cinco por ciento restante por doctores.
De los 200, un niño de dos años murió de una hemorragia.
"HACERSE HOMBRE"
Observando de pie junto a la mezquita Eyup Sultan, Hanim Akkas tiene en el círculo a dos de sus hijos, de 5 y 8 años.
"Ni siquiera podíamos imaginarnos costear una operación en un hospital privado. Estamos muy contentos con esta oportunidad. Que Dios bendiga al alcalde", dice la mujer.
Su hijo más pequeño, Eyubensar, no tiene ningún reparo ante la situación.
"No estoy asustado. Me convertiré en un hombre. Mi hermano mayor también se convertiré en hombre. Somos valientes", dice el niño de cinco años.
Algunos son conscientes de lo que les espera, pero todos parecen desconcertados por la ceremonia y sobresaltados por la fuerte percusión de los tambores.
Unos niños inevitablemente se aferran, entre lágrimas, a las faldas de sus madres con velos, resistiéndose a los esfuerzos por rodearlos.
Su recompensa al final de un largo y caluroso día será un crucero por el estrecho del Bósforo, nuevamente auspiciado por la municipalidad.
La administración del alcalde Kavuncu ofrece este verano boreal asistencia económica para circuncisiones a más de 500 niños.
El AK, un partido conservador, ganó un tercer mandato consecutivo en las elecciones del mes pasado y a menudo es citado como un modelo para los islamistas que quieren ingresar a la corriente política dominante dentro de un sistema democrático.
Kavuncu niega que la circuncisiones busquen sumar votos para el AK. La municipalidad además organiza celebraciones para jóvenes que están por comenzar el servicio militar, festividades religiosos y la ruptura del ayudo durante el mes musulmán sagrado de Ramadán.
Cuando comience el Ramadán en agosto, la municipalidad de Eyup planea una interrupción al aire libre del ayuno para 20.000 personas en el Puente Galata, que se extiende a ambos lado del Cuerno de Oro.
(Escrito por Simon Cameron-Moore; Editado en español por Rodrigo Charme)
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
"La circuncisión es una importante tradición en el Islam", dice a Reuters con orgullo el alcalde de la capital turca, Ibrahim Kavuncu, mientras observa a los niños y a sus familias reunidos en una plaza frente a la mezquita de Eyup Sultan antes de realizar los ritos religiosos.
Vestidos con gorros, capas azules y camisas de satén color crema, cada uno de los niños lleva un pequeño bastón y son guiados hacia un círculo en torno a una banda de jenízaros.
Un día más tarde irán a un hospital privado para una circuncisión gratuita.
En municipalidades controladas por el partido AK como Eyup, un barrio devoto del lado sur del estuario del Cuerno de Oro, conectarse con la gente significa darles lo que quieren.
Para cualquier buena familia musulmana eso incluye una circuncisión para sus niños y la posibilidad de ofrecer un pequeño festín para parientes y vecinos.
"Le damos mucha importancia a la festividad, no sólo porque es una tradición, sino también porque ofrece una oportunidad para (realizar) operaciones saludables e higiénicas a los niños", dice el alcalde.
Construida en el lugar donde se supone que fue enterrado el abanderado del Profeta Mahoma durante la toma árabe de Constantinopla en 670, la mezquita de Eyup Sultan ocupa un lugar especial en la historia del Islam en Turquía.
Y muchos padres de las afueras del barrio y de Estambul traen a sus hijos aquí para rezar cuando son circuncidados.
CONSEJO PROFESIONAL
Para los niños, la operación constituye una temprana afirmación de su fe y un paso hacia la adultez.
Para sus familias, es una obligación religiosa, pero también un gasto que a muchos les resulta difícil de costear. La operación puede tener un valor que va entre los 300 y los 800 dólares.
El doctor Sefik Ersan, un cirujano radicado en Ankara que ha realizado más de 5.000 circuncisiones, estima que sólo del 10 al 15 por ciento de los turcos circuncida a sus hijos con cirujanos.
Muchos padres optan por pagarles a "sunnetci" -personas
que circuncidan y que transmiten su destreza por generaciones- o a peluqueros, a pesar de los riesgos que implica realizar el procedimiento afuera de un hospital o una clínica.
"Algunos padres exigen que la operación se realice en sus casas. Yo les digo que puede haber complicaciones, si bien la probabilidad es de una en mil", dijo Ersan.
"Puede detenerse la respiración, o puede observarse alergias a medicamentos. Una intervención así es mucho más difícil en una casa, es mejor no correr riesgos y llevar a los niños a instalaciones médicas que se ajusten a sus recursos financieros", añade el profesional.
El médico dice que otras complicaciones más comunes incluyen infecciones, hemorragias, daños al tracto urinario, intoxicación o gangrena en el glande, antes de añadir otro peligro que podría complicar al niño más adelante en su vida.
"Es muy posible que se corte demasiado el glande y que el niño sufra de eyaculación precoz cuando crezca", afirma Ersan.
Un estudio llevado a cabo durante 10 años en Turquía mostró que de 200 niños ingresados al hospital con complicaciones posteriores a la circuncisión, un 85 por ciento fue operado por personas aficionadas, un 10 por ciento por técnicos de la salud y el cinco por ciento restante por doctores.
De los 200, un niño de dos años murió de una hemorragia.
"HACERSE HOMBRE"
Observando de pie junto a la mezquita Eyup Sultan, Hanim Akkas tiene en el círculo a dos de sus hijos, de 5 y 8 años.
"Ni siquiera podíamos imaginarnos costear una operación en un hospital privado. Estamos muy contentos con esta oportunidad. Que Dios bendiga al alcalde", dice la mujer.
Su hijo más pequeño, Eyubensar, no tiene ningún reparo ante la situación.
"No estoy asustado. Me convertiré en un hombre. Mi hermano mayor también se convertiré en hombre. Somos valientes", dice el niño de cinco años.
Algunos son conscientes de lo que les espera, pero todos parecen desconcertados por la ceremonia y sobresaltados por la fuerte percusión de los tambores.
Unos niños inevitablemente se aferran, entre lágrimas, a las faldas de sus madres con velos, resistiéndose a los esfuerzos por rodearlos.
Su recompensa al final de un largo y caluroso día será un crucero por el estrecho del Bósforo, nuevamente auspiciado por la municipalidad.
La administración del alcalde Kavuncu ofrece este verano boreal asistencia económica para circuncisiones a más de 500 niños.
El AK, un partido conservador, ganó un tercer mandato consecutivo en las elecciones del mes pasado y a menudo es citado como un modelo para los islamistas que quieren ingresar a la corriente política dominante dentro de un sistema democrático.
Kavuncu niega que la circuncisiones busquen sumar votos para el AK. La municipalidad además organiza celebraciones para jóvenes que están por comenzar el servicio militar, festividades religiosos y la ruptura del ayudo durante el mes musulmán sagrado de Ramadán.
Cuando comience el Ramadán en agosto, la municipalidad de Eyup planea una interrupción al aire libre del ayuno para 20.000 personas en el Puente Galata, que se extiende a ambos lado del Cuerno de Oro.
(Escrito por Simon Cameron-Moore; Editado en español por Rodrigo Charme)
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