Hithem Abdulhaleen (Jordania, 1971) es psicólogo por la Universidad de Damasco y profesor colaborador en la de Deusto. De origen palestino, Abdulhaleen dirige un centro que trabaja la terapia transcultural. Este experto ha realizado el estudio Musulmanes en el País Vasco, perfil religioso, actitudes y creencias.
Hithem Abdulhaleem asegura que la convivencia entre religiones es posible y que, para lograrlo, tanto las personas que profesan la religión musulmana como las que no, tienen aspectos en los que mejorar en Euskadi: Los primeros, en su forma de tratar de comunicar su religión y su estilo de vida, los segundos, en lograr un conocimiento más amplio de lo que significa ser musulmán.
"Los musulmanes tienen formas de autopromoción bastante deficientes"
Pregunta. ¿Es la integración de los musulmanes un reto?
Respuesta. La integración de cualquier comunidad, sea musulmana o no, no supone tantos retos como se cree. El verdadero problema no reside en la diferencia cultural o religiosa, sino en la concepción que articulamos en torno a esta. Yo comprendo a los vecinos cuando manifiestan su rechazo a la inauguración de nuevas mezquitas. Muchos lo hacen en contra de lo que piensan que va a ser un foco de ruido o de devaluación del barrio. Pero en el fondo creo que en este caso lo que más les moviliza es el miedo, el estereotipo y la información sesgada y reduccionista sobre el colectivo.
P. Entonces, ¿los vascos desconocemos la realidad que rodea a la religión musulmana?
R. Sí la conocéis, pero solo el aspecto litúrgico: cuántas veces se reza, qué es el Ramadán, etc. Pero sobre el espíritu de esta religión o sus verdaderos valores se sabe muy poco. Podemos hablar de un conocimiento arbitrario.
P. En la calle se escucha a menudo la idea de que, si al ir a sus países hay que adaptarse a sus costumbres, los musulmanes tienen que adaptarse si están aquí. ¿Por qué persisten este tipo de ideas?
R. Este es un discurso retórico que se utiliza como pretexto para justificar las medidas de segregación y las actitudes de xenofobia. Pienso que, además, la comunidad musulmana asume una parte importante de la responsabilidad. Mantienen un discurso y formas de autopromoción bastante deficientes. Sus representantes no siempre tienen conocimiento suficiente del idioma o de los códigos culturales del país de acogida. Por mucho que tengan espíritu y talante dialogante, esta carencia de herramientas de diálogo está dificultando aún más los intentos por explicar su visión verdadera y despejar los prejuicios. Además, la imagen creada sobre los musulmanes está muy viva, tiene una autoridad poderosa que puede impedir que la sociedad interiorice otra imagen opuesta.
P. ¿En qué ámbito cree que hay que trabajar?
R. En el de confeccionar políticas y legislaciones desde las instituciones que sean favorables al entendimiento y a la igualdad cultural. Hay que concienciar al conjunto de la sociedad sobre la necesidad de crear un marco de relación más justo y más igualitario entre los diferentes colectivos. Se trata de plasmar en hechos los principios del discurso cultural europeo basado en la importancia de los derechos humanos, la libertad, la tolerancia y la democracia. Una sociedad plural sólo puede construirse de manera exitosa en base al reconocimiento y el respeto activo hacia estos postulados.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Hithem Abdulhaleem asegura que la convivencia entre religiones es posible y que, para lograrlo, tanto las personas que profesan la religión musulmana como las que no, tienen aspectos en los que mejorar en Euskadi: Los primeros, en su forma de tratar de comunicar su religión y su estilo de vida, los segundos, en lograr un conocimiento más amplio de lo que significa ser musulmán.
"Los musulmanes tienen formas de autopromoción bastante deficientes"
Pregunta. ¿Es la integración de los musulmanes un reto?
Respuesta. La integración de cualquier comunidad, sea musulmana o no, no supone tantos retos como se cree. El verdadero problema no reside en la diferencia cultural o religiosa, sino en la concepción que articulamos en torno a esta. Yo comprendo a los vecinos cuando manifiestan su rechazo a la inauguración de nuevas mezquitas. Muchos lo hacen en contra de lo que piensan que va a ser un foco de ruido o de devaluación del barrio. Pero en el fondo creo que en este caso lo que más les moviliza es el miedo, el estereotipo y la información sesgada y reduccionista sobre el colectivo.
P. Entonces, ¿los vascos desconocemos la realidad que rodea a la religión musulmana?
R. Sí la conocéis, pero solo el aspecto litúrgico: cuántas veces se reza, qué es el Ramadán, etc. Pero sobre el espíritu de esta religión o sus verdaderos valores se sabe muy poco. Podemos hablar de un conocimiento arbitrario.
P. En la calle se escucha a menudo la idea de que, si al ir a sus países hay que adaptarse a sus costumbres, los musulmanes tienen que adaptarse si están aquí. ¿Por qué persisten este tipo de ideas?
R. Este es un discurso retórico que se utiliza como pretexto para justificar las medidas de segregación y las actitudes de xenofobia. Pienso que, además, la comunidad musulmana asume una parte importante de la responsabilidad. Mantienen un discurso y formas de autopromoción bastante deficientes. Sus representantes no siempre tienen conocimiento suficiente del idioma o de los códigos culturales del país de acogida. Por mucho que tengan espíritu y talante dialogante, esta carencia de herramientas de diálogo está dificultando aún más los intentos por explicar su visión verdadera y despejar los prejuicios. Además, la imagen creada sobre los musulmanes está muy viva, tiene una autoridad poderosa que puede impedir que la sociedad interiorice otra imagen opuesta.
P. ¿En qué ámbito cree que hay que trabajar?
R. En el de confeccionar políticas y legislaciones desde las instituciones que sean favorables al entendimiento y a la igualdad cultural. Hay que concienciar al conjunto de la sociedad sobre la necesidad de crear un marco de relación más justo y más igualitario entre los diferentes colectivos. Se trata de plasmar en hechos los principios del discurso cultural europeo basado en la importancia de los derechos humanos, la libertad, la tolerancia y la democracia. Una sociedad plural sólo puede construirse de manera exitosa en base al reconocimiento y el respeto activo hacia estos postulados.
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