Desde hace varios años, el velo islámico es motivo de un acalorado debate entre los partidos políticos de Holanda. También en otros países de Europa Occidental las opiniones difieren mucho sobre este asunto.
Durante las investigaciones para su tesis doctoral, Doutje Lettinga descubrió grandes diferencias en las conclusiones dentro del debate sobre el velo islámico. En Francia, desde el 2004 está prohibido que las docentes y los alumnos se cubran el pelo con un pañuelo. En algunas partes de Alemania la medida rige solo para las profesoras. En Holanda el debate está en su apogeo y aún no se ha llegado a una conclusión.
Lettinga, estudiante de la Universidad Libre de Ámsterdam, investigó sobre el debate internacional en torno al velo islámico. Según Lettinga, las convicciones religiosas nacionales desempeñan un papel muy importante:
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“En Francia existe una tradición secular y la religión es algo privado. En Holanda la manifestación de la propia fe en público es aceptada y hay igualdad para todas las religiones. En algunos estados de Alemania los miembros de mayorías religiosas tienen derecho a llevar los símbolos de su creencia, pero las minorías no. Por ello las monjas pueden dar clases vestidas con su hábito”- declaró Lettinga.
Cientos de debates
Con el advenimiento de los partidos populistas el velo islámico volvió a ocupar un prominente lugar en la agenda política. Los críticos ven en el velo el fracaso de la integración de los inmigrantes y una forma de represión de las mujeres. En Holanda, donde desde la década del 90 se critica la sociedad multicultural, también se está extendiendo la discusión política. Sin embargo, no se le pregunta nada a las mujeres, dice Lettinga: “En los cientos de debates, discusiones políticas y mociones que he presenciado constaté que se había invitado a muy pocas mujeres a expresar su opinión. Las musulmanas que critican el uso del velo sí pudieron expresarse. Sobre todo en Francia y Alemania. En Holanda, las mujeres que llevan el velo pueden dirigirse a la Comisión para el Trato Igualitario, un importante foro donde las musulmanas pueden exigir sus derechos.”
Conciencia de sí mismo
Famile Raslan fue la primera abogada que usó un velo en Holanda. Los jueces y fiscales tienen prohibido llevar velo en los juzgados holandeses porque deben irradiar imparcialidad, pero los abogados sí pueden usarlo. Raslan manifestó que llevar pañuelo por razones religiosas siempre fue un punto de discusión en Holanda.
Raslan declaró: “Antes, de vez en cuando se veían mujeres con pañuelo haciendo la limpieza. Pero los hijos de los inmigrantes contratados para esas labores estudiaron y ascendieron en la escala social. Los jóvenes descendientes de extranjeros dicen: '¡Aquí estoy! Tengo una fe religiosa y lo manifiesto abiertamente'. En la actualidad, esa posición despierta una gran resistencia”.
El debate claro es enriquecedor
En la política holandesa, el debate toma un cariz subido de tono, donde quienes se oponen al uso del velo islámico no tienen reservas a la hora de criticar con dureza. En ese marco, el líder del derechista Partido para la Libertad, Geert Wilders, propuso la aplicación un impuesto al velo, al que denominó Arancel al Trapo de la Mollera. Ni este término ni la propuesta tuvieron éxito. La diputada liberal Jeanine Hennis, al igual que los populistas, propuso la prohibición de llevar velo en los edificios oficiales.
La abogada Arslan dice que la discusión la ha fortalecido: “Es probable que desde el extranjero se vea con asombro lo que sucede en Holanda. Sin embargo, aquí hemos avanzado más que en otros países porque, en todo caso, en Holanda tiene lugar una discusión. Es mucho mejor dejar en claro esas contradicciones que reprimir y ocultar esos sentimientos. La llegada de Wilders hizo movilizar a los musulmanes, que ahora salen a defender sus derechos”.
Entre tanto, el gobierno de Holanda prepara nuevas normas sobre la integración, entre las que figura la prohibición de llevar burka, el vestido que cubre a las mujeres de la cabeza a los pies, a partir del 2013. De todas formas, aún no se dicho la última palabra sobre el uso del velo islámico.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Durante las investigaciones para su tesis doctoral, Doutje Lettinga descubrió grandes diferencias en las conclusiones dentro del debate sobre el velo islámico. En Francia, desde el 2004 está prohibido que las docentes y los alumnos se cubran el pelo con un pañuelo. En algunas partes de Alemania la medida rige solo para las profesoras. En Holanda el debate está en su apogeo y aún no se ha llegado a una conclusión.
Lettinga, estudiante de la Universidad Libre de Ámsterdam, investigó sobre el debate internacional en torno al velo islámico. Según Lettinga, las convicciones religiosas nacionales desempeñan un papel muy importante:
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Cientos de debates
Con el advenimiento de los partidos populistas el velo islámico volvió a ocupar un prominente lugar en la agenda política. Los críticos ven en el velo el fracaso de la integración de los inmigrantes y una forma de represión de las mujeres. En Holanda, donde desde la década del 90 se critica la sociedad multicultural, también se está extendiendo la discusión política. Sin embargo, no se le pregunta nada a las mujeres, dice Lettinga: “En los cientos de debates, discusiones políticas y mociones que he presenciado constaté que se había invitado a muy pocas mujeres a expresar su opinión. Las musulmanas que critican el uso del velo sí pudieron expresarse. Sobre todo en Francia y Alemania. En Holanda, las mujeres que llevan el velo pueden dirigirse a la Comisión para el Trato Igualitario, un importante foro donde las musulmanas pueden exigir sus derechos.”
Conciencia de sí mismo
Famile Raslan fue la primera abogada que usó un velo en Holanda. Los jueces y fiscales tienen prohibido llevar velo en los juzgados holandeses porque deben irradiar imparcialidad, pero los abogados sí pueden usarlo. Raslan manifestó que llevar pañuelo por razones religiosas siempre fue un punto de discusión en Holanda.
Raslan declaró: “Antes, de vez en cuando se veían mujeres con pañuelo haciendo la limpieza. Pero los hijos de los inmigrantes contratados para esas labores estudiaron y ascendieron en la escala social. Los jóvenes descendientes de extranjeros dicen: '¡Aquí estoy! Tengo una fe religiosa y lo manifiesto abiertamente'. En la actualidad, esa posición despierta una gran resistencia”.
El debate claro es enriquecedor
En la política holandesa, el debate toma un cariz subido de tono, donde quienes se oponen al uso del velo islámico no tienen reservas a la hora de criticar con dureza. En ese marco, el líder del derechista Partido para la Libertad, Geert Wilders, propuso la aplicación un impuesto al velo, al que denominó Arancel al Trapo de la Mollera. Ni este término ni la propuesta tuvieron éxito. La diputada liberal Jeanine Hennis, al igual que los populistas, propuso la prohibición de llevar velo en los edificios oficiales.
La abogada Arslan dice que la discusión la ha fortalecido: “Es probable que desde el extranjero se vea con asombro lo que sucede en Holanda. Sin embargo, aquí hemos avanzado más que en otros países porque, en todo caso, en Holanda tiene lugar una discusión. Es mucho mejor dejar en claro esas contradicciones que reprimir y ocultar esos sentimientos. La llegada de Wilders hizo movilizar a los musulmanes, que ahora salen a defender sus derechos”.
Entre tanto, el gobierno de Holanda prepara nuevas normas sobre la integración, entre las que figura la prohibición de llevar burka, el vestido que cubre a las mujeres de la cabeza a los pies, a partir del 2013. De todas formas, aún no se dicho la última palabra sobre el uso del velo islámico.
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