La mezquita de Tegucigalpa se sitúa en una residencia de la colonia Miraflores de Tegucigalpa, es allí donde un grupo de hondureños musulmanes se reúne con periodicidad para orar a Alá y aprender sobre el Corán, que es como su biblia.Musulmanes en Honduras aclaran que los conflictos políticos no se deben relacionar con las creencias religiosas o culturales.
Conflictos políticos y posiciones radicales de un grupo reducido, han creado un mito con el que millones han tenido que cargar por profesar la religión del islam.
Al menos 2,000 millones de musulmanes en el mundo en algún momento han sido señalados por su creencia religiosa, que erróneamente ha sido vinculada con el terrorismo.
En medio de una cultura completamente diferente, Karla Frida González Meléndez, es una hondureña de 46 años de edad, quien se convirtió al islam hace más de ocho años.
En una entrevista exclusiva para EL HERALDO, González narró cómo el islam le cambió su vida y los retos que ha enfrentado para profesar una religión en un país donde es minoría.
Recordó que en 2003, luego de ver que su hijo único a sus escasos 17 años de edad inició una vida basada en el islam, la curiosidad por saber de qué hablaba la religión y posteriormente sentir que era parte de su destino, Karla Frida sintió el llamado, catalogado por ella misma como el "misericorde llamado de Alá".
"Si a mí me hubieran dicho hace 10 años que iba a ser musulmana, no lo hubiera creído", dijo entre risas la mujer.
En Honduras solo existen dos mezquitas, que son los lugares de culto para los seguidores de la fe islámica, la primera se encuentra en San Pedro Sula y la segunda en Tegucigalpa. En la mezquita, los musulmanes se reúnen con dos objetivos, hacer el Salat, que es la adoración diaria de un musulmán y difundir el islam.
González explicó que contrario a que lo creen muchos, su religión "tiene pocas prohibiciones". Entre ellas se encuentra el no hacer proselitismo, no comer carne de cerdo, no fornicar, no ingerir alcohol y también prohíbe la matanza de niños y mujeres en tiempo de guerra. "Viva lo mejor que pueda, esas son las condiciones de Alá, que impuso al hombre solo para que viva bien", manifestó.
Trama maliciosa
"La difusión del islam es importante para que la gente no crea que somos terroristas", destacó la entrevistada.
González manifestó que el petróleo es el origen de los problemas en Medio Oriente y no sus creencias religiosas.
El vínculo de los musulmanes con el terrorismo y Al Qaeda "vino después del 11 de septiembre". "Ellos son un grupo de musulmanes que tienen una lucha político-militar con Estados Unidos", aseguró.
"Pero los terroristas del mundo no solo son musulmanes", señaló la entrevistada, quien explicó que muchos atentados terroristas también han estado en manos de católicos y no han sido mencionados por su religión, sino por los actos que han cometido.
"Cuando alguien dice Al Qaeda, y usted dice: los musulmanes, entonces podemos pensar que hay realmente una trama maliciosa", explicó.
Con risas, relató cómo un día, un taxista le preguntó "y Osama bin Laden será malo o bueno? y yo le dije, no le puedo decir si lo será o no, porque no lo conozco". Aseguró que la muerte de Bin Laden no ha sido un tema de relevancia para la comunidad musulmana en Honduras.
"Si se murió, nosotros qué vamos hacer? Los musulmanes no le hemos dado mayor importancia", manifestó.
Señaló que en Honduras hay muchos casos de hondureños que se han convertido al islam, por lo que aseguró que no se trata de "extranjeros solo somos personas que optamos por algo diferente". El uso del velo para Karla González ha sido un proceso de adaptación, pero no de ella, sino de la comunidad hondureña. Indicó que muchas veces, la gente le preguntó si estaba "enferma o loca", pero aseguró que ahora el uso del velo en la cabeza es motivo para que los curiosos pregunten por el islam.
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