PARÍS,13/12/2010,AFP.
La hija y probable sucesora del líder de Frente Nacional Jean-Marie Le Pen, Marine Le Pen, centra el debate con declaraciones provocadoras -como la que hizo al comparar la ocupación nazi de Francia con las plegarias de musulmanes en las calles- y crece en los sondeos, de cara a la presidencial de 2012.
La duda que se plantea en el ámbito político francés es si Marine Le Pen, de 42 años, podrá emular a su padre, Jean-Marie Le Pen, quien en las presidenciales de 2002 logró la sorpresa al pasar a la segunda vuelta y enfrentarse al entonces presidente, Jacques Chirac.
Los politólogos aseguran que aún es pronto para plantearse esa cuestión, pero la inquietud que suscita la popularidad de esta heredera política es real tanto en las filas de la derecha, con quien compite en materia de seguridad, como de la izquierda, que no acaba de unirse.
Marine es la gran favorita para suceder en la dirección del Frente Nacional (FN) a su padre, un tribuno provocador de 82 años que ha decidido ceder en enero el liderazgo de la formación de extrema derecha.
La heredera no deja de subir en los sondeos: su cuota de popularidad a finales de noviembre llegó al 27% y obtuvo una intención de voto del 14% para la primera vuelta de las presidenciales de 2012. "Se prevén para ella buenos resultados, por encima de los de Jean-Marie Le Pen en las presidenciales de 2007 (10%)", subrayó Frédéric Dabi, del instituto de sondeos IFOP.
Estos últimos días, Marine Le Pen supo colocarse al frente de la escena política, batiendo récords de audiencia durante una emisión política en la televisión pública y ocupando el espacio mediático con declaraciones incendiarias.
Este pasado fin de semana, por ejemplo, se ganó el rechazo unánime de la clase política por hacer un paralelismo entre la ocupación de Francia por los nazis y los rezos de los musulmanes en las calles por falta de salas de culto suficientemente grandes. "Es una ocupación de trozos del territorio, de barrios en los que se aplica la ley religiosa, es una ocupación. Cierto que no hay tanques, no hay soldados, pero en cualquier caso, es una ocupación", ha insistido Marine Le Pen ante sus militantes.
Para los analistas, esta salida provocadora al estilo de su padre, juzgado regularmente y condenado por propósitos antisemitas, se enmarca dentro de una estrategia interna: "Ella sabe que debe unir su bando, antes de iniciar la batalla de 2012", explicó Dabi. "Enriquece la marca Le Pen" conservando el fondo de un discurso populista y anti inmigración, pero centrándose en las cuestiones sociales, importantes en un contexto de crisis, agregó el especialista.
Para al politólogo Philippe Braud, "es probable que lo haga mejor que su padre en 2007. En general, tiene un discurso más moderado y representa la renovación de la extrema derecha".
Diputada europea y elegida por el deprimido norte industrial francés, Marine Le Pen no duda en usar fórmulas impactantes, como cuando denuncia regularmente la "islamización" de su país, conservando una estrategia de normalización de su movimiento.
Su discurso recoge posiciones defendidas por la derecha populista y la extrema derecha en otros países europeos, como Suiza, Holanda y Suecia.
Antigua abogada, madre de tres hijos y divorciada en dos ocasiones, esta corpulenta rubia quiere aparecer como una mujer moderna y ha contribuido a suavizar las posiciones del FN sobre las cuestiones de tradiciones y de sociedad.
Sin prejuzgar el futuro impacto electoral del FN, que obtuvo unos resultados discretos en 2007 pero remontó en las regionales del pasado mes de marzo, los analistas consideran que Marine Le Pen representa antes que nada un riesgo para la derecha en la primera vuelta. El espacio que pueda ocupar el Frente Nacional podrá influir en los temas de la campaña y pesar así en los debates entre las grandes formaciones.
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