Corto Maltés, ante un místico sufí. Foto: HUGO PRATTMÁS INFORMACIÓN
La Casa Árabe de Madrid inauguró ayer una muestra en la que se repasa la imagen de Oriente, y del mundo árabe en concreto. que ha ofrecido el cómic a lo largo de los años. El sarraceno infiel e invasor, el noble sabio o el personaje exótico han dado paso al inmigrante o a la víctima de los conflictos del Líbano, Irak o Palestina, como en la última obra del comprometido Joe Sacco.
Ni los árabes son tan exóticos como cuentan Las mil y una noches ni tan malvados como transmitieron los cruzados ni peligrosos inmigrantes o terroristas. Como en todas las culturas, hay de todo. Pero los estereotipos siempre han sido una buena baza para quien, desde el poder, ha simplificado con el fin de blindarse ante la diferencia de «los otros». Y el cómic y los antiguos tebeos han sido un vehículo para ello y también para desmontar tópicos.
Ponernos ante el espejo y desnudarnos de prejuicios como receta contra la intolerancia es uno de los objetivos de la exposición inaugurada ayer –se clausurará el 16 de mayo– por la Casa Árabe de Madrid con el título De Saladino a Sherezade: Oriente en el cómic, comisariada por Carles Figuerola, profesor de la facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB, con el asesoramiento de José María Perceval, historiador y periodista especializado en estudios sobre xenofobia y racismo.
¿Cómo es la imagen del otro en la historia gráfica española? El capitán Trueno y El Guerrero del antifaz fueron los transmisores: guerrero, tirano, sabio, rico...Y las mujeres, exóticas. Pero todos «enemigos», explica Perceval. Así los han mostrado desde principios del siglo XX, aunque también ha habido contradicciones.
La mirada que hace cien años se dirigió hacia el mundo árabe e islámico tenía el sesgo «colonial» de un país que poseía territorios en el norte de Marruecos. «La imagen del moro, como expresión peyorativa, que dio Franco, que además apoyó su golpe en las tropas instaladas en Melilla, no les favoreció a ojos de los progresistas», afirma Perceval.
La de ahora, aunque en democracia, no es más tranquilizadora para los inmigrantes que vienen a España no solo del Magreb, sino de Pakistán. «No a todos les gusta el ambiente que han creado en El Raval», añade el historiador.
Pero España es un caso peculiar porque la árabe fue nuestra cultura durante siete siglos. Por eso algunos cómics muestran «elementos ambiguos» derivados de una cierta «mitificación» de lo que fue Al Andalus, especialmente de Granada y Córdoba. Y necesariamente se tienen que hacer eco de personajes como Alí Bey, nacido Domènec Badia, muerto en Damasco en 1818.
SIN CRUELDAD / Como la intención de la muestra es ofrecer elementos para «la comprensión del otro», los organizadores no han querido «abundar en imágenes crueles» –tipo las polémicas viñetas danesas contra Mahona–, sino más bien «provocar una reflexión». Tras el paternalismo colonial, el racismo de la dictadura franquista y la diversidad de la inmigración, las viñetas del siglo XXI enseñan una nueva faceta «internacional» de la relación con los árabes.
En la actualidad, la visión que tenemos de ese mundo «es más complicada», admite Perceval. La razón estriba en que nos condiciona la acción exterior española, especialmente de las fuerzas armadas que están destinadas en lugares como Líbano, Gaza, Irak o Afganistán o el tradicional apoyo a la lucha palestina por la autodeterminación.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario