Palma,07/03/2010,Efe/ Elmundo.es.
La plataforma musulmana agradece la construcción del cementerio en Cort | Jordi Avellà
* El cementerio de Palma cuenta con 39 tumbas, en Baleares hay 30.000 islámicos
* Repatriar un cadáver puede suponer unos 4.000 o 5.000 euros
En él apenas caben 39 tumbas mínimas, colocadas como si fueran las celdas de una colmena de cemento: para muchos musulmanes de Baleares es una puerta hacia Alá; para otros fieles del Islam solo es un cementerio frío y sin valor religioso.
El primer cementerio musulmán de Baleares -región en la que hay unos 30.000 islámicos- costó casi trece años de reivindicaciones y se inauguró el pasado 8 de enero con retrasos y, para el presidente de la Federación Islámica de las islas, Lounis Meziane, sin más valor que un puñado de tumbas apiñadas en un rincón.
Su decepción responde a que su idea era tener un gran cementerio islámico de unos 1.000 metros cuadrados en el recinto funerario de Son Valentí, en Palma. Pero este pesar se torna alegría en boca de los miembros de la Liga Musulmana, que se congratulan de tener por fin un lugar en el que descansar en paz.
Las reivindicaciones musulmanas -plasmadas en el acuerdo entre la Comisión Islámica y el Estado español en 1992- han fraguado en una docena de proyectos que permiten que el millón largo de seguidores del Islam residentes en España dispongan ya de camposantos en los que ser sepultados de acuerdo con las exigencias de su fe.
Dos de esos cementerios son exclusivos de la comunidad islámica: en Griñón (Madrid) y Fuengirola (Málaga). En el resto de España, se trata, como en el caso de Palma, de una parcela cedida por el ayuntamiento dentro del cementerio municipal y en el que se limitan los enterramientos a las personas empadronadas en estas localidades.
Este es el caso de los que se han abierto en Andalucía (Granada, Sevilla), Valencia, Bilbao y Cataluña.
Sin embargo, hay zonas como Galicia en las que los musulmanes se sienten "desamparados" en este sentido y se enfrentan a situaciones impensables para un católico como que un cuerpo esté durante días esperando para poder ser enterrado de acuerdo con su religión.
En la mayoría de estos casos la puerta hacia Alá es una colecta entre los miembros de su comunidad que logran reunir lo suficiente como para repatriar el cadáver.
El cementerio de Palma ha sido el último en estrenarse en España y, aunque el presidente de la Liga Musulmana de Baleares, Francisco Jiménez, reconoce que no es suficiente, sí considera que es un primer paso para el colectivo.
El próximo será negociar con los demás ayuntamientos de las islas para que también destinen un lugar en sus municipios a acoger a los fieles de otras religiones.
Muchos son, no obstante, los que prefieren ser enterrados en su país de origen, pero viajar es caro, incluso después de muerto, certifica Jiménez al detallar que repatriar un cadáver puede suponer unos 4.000 o 5.000 euros.
Lounis Meziane, por su parte, ha puesto toda su fe en lograr el mejor cementerio de todos para el colectivo musulmán de Baleares -su federación aglutina a 16 comunidades- y no se conforma con ese pequeño apéndice situado nada más entrar en el cementerio de Son Valentí, a mano izquierda, en la avenida de los mártires.
Meziane, que lleva 30 años en Mallorca y quiere que sea esta isla la que vigile su sueño eterno, se indigna al pensar que esas 39 tumbas (35 de adultos y 4 para niños) son para creyentes islámicos: "Esto no es un cementerio musulmán", asevera tajante y dispuesto a llevar a juicio a quien le siga negando lo que se le prometió.
Discrepa con Jiménez en que la mayoría se quieren ir para ser enterrados en su país y recuerda que cada vez son más los miembros de familias que ya han criado a segundas y terceras generaciones en las islas y que han hecho de España y de Baleares su casa.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La plataforma musulmana agradece la construcción del cementerio en Cort | Jordi Avellà
* El cementerio de Palma cuenta con 39 tumbas, en Baleares hay 30.000 islámicos
* Repatriar un cadáver puede suponer unos 4.000 o 5.000 euros
En él apenas caben 39 tumbas mínimas, colocadas como si fueran las celdas de una colmena de cemento: para muchos musulmanes de Baleares es una puerta hacia Alá; para otros fieles del Islam solo es un cementerio frío y sin valor religioso.
El primer cementerio musulmán de Baleares -región en la que hay unos 30.000 islámicos- costó casi trece años de reivindicaciones y se inauguró el pasado 8 de enero con retrasos y, para el presidente de la Federación Islámica de las islas, Lounis Meziane, sin más valor que un puñado de tumbas apiñadas en un rincón.
Su decepción responde a que su idea era tener un gran cementerio islámico de unos 1.000 metros cuadrados en el recinto funerario de Son Valentí, en Palma. Pero este pesar se torna alegría en boca de los miembros de la Liga Musulmana, que se congratulan de tener por fin un lugar en el que descansar en paz.
Las reivindicaciones musulmanas -plasmadas en el acuerdo entre la Comisión Islámica y el Estado español en 1992- han fraguado en una docena de proyectos que permiten que el millón largo de seguidores del Islam residentes en España dispongan ya de camposantos en los que ser sepultados de acuerdo con las exigencias de su fe.
Dos de esos cementerios son exclusivos de la comunidad islámica: en Griñón (Madrid) y Fuengirola (Málaga). En el resto de España, se trata, como en el caso de Palma, de una parcela cedida por el ayuntamiento dentro del cementerio municipal y en el que se limitan los enterramientos a las personas empadronadas en estas localidades.
Este es el caso de los que se han abierto en Andalucía (Granada, Sevilla), Valencia, Bilbao y Cataluña.
Sin embargo, hay zonas como Galicia en las que los musulmanes se sienten "desamparados" en este sentido y se enfrentan a situaciones impensables para un católico como que un cuerpo esté durante días esperando para poder ser enterrado de acuerdo con su religión.
En la mayoría de estos casos la puerta hacia Alá es una colecta entre los miembros de su comunidad que logran reunir lo suficiente como para repatriar el cadáver.
El cementerio de Palma ha sido el último en estrenarse en España y, aunque el presidente de la Liga Musulmana de Baleares, Francisco Jiménez, reconoce que no es suficiente, sí considera que es un primer paso para el colectivo.
El próximo será negociar con los demás ayuntamientos de las islas para que también destinen un lugar en sus municipios a acoger a los fieles de otras religiones.
Muchos son, no obstante, los que prefieren ser enterrados en su país de origen, pero viajar es caro, incluso después de muerto, certifica Jiménez al detallar que repatriar un cadáver puede suponer unos 4.000 o 5.000 euros.
Lounis Meziane, por su parte, ha puesto toda su fe en lograr el mejor cementerio de todos para el colectivo musulmán de Baleares -su federación aglutina a 16 comunidades- y no se conforma con ese pequeño apéndice situado nada más entrar en el cementerio de Son Valentí, a mano izquierda, en la avenida de los mártires.
Meziane, que lleva 30 años en Mallorca y quiere que sea esta isla la que vigile su sueño eterno, se indigna al pensar que esas 39 tumbas (35 de adultos y 4 para niños) son para creyentes islámicos: "Esto no es un cementerio musulmán", asevera tajante y dispuesto a llevar a juicio a quien le siga negando lo que se le prometió.
Discrepa con Jiménez en que la mayoría se quieren ir para ser enterrados en su país y recuerda que cada vez son más los miembros de familias que ya han criado a segundas y terceras generaciones en las islas y que han hecho de España y de Baleares su casa.
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