Archivo: Los detractores de Ahmed Liazid increparon al imam que se encontraba oficiando la ceremonia del viernes desde el púlpito.Ayer fue una jornada de reflexión para los asistentes al rezo del viernes en la mezquita de Sidi Embarek. A pesar del pudor del colectivo musulmán al recordar los enfrentamientos entre detractores y simpatizantes de Ahmed Liazid, imam principal del templo, las posturas de ambos sectores no se han movido un ápice.
Tan solo este religioso nativo de Ceuta, trasladó un mensaje de concordia: “No voy a entrar en esta polémica porque los ciudadanos son quienes se tienen que pronunciar respecto a lo ocurrido”, expuso Liazid, para insistir en que apuesta por el “entendimiento, la armonía y la convivencia”, unos principios en los que, asegura, nunca va a retroceder un ápice. Además, el imam expresó su talante respetuoso hacia las distintas corrientes de pensamiento que conforman el tejido musulmán en la ciudad.
Despejó cualquier duda sobre su intervención en la oración del próximo viernes con una contundente afirmación ya que la decisión de su regreso al frente del templo no es personal, aclaró, sino que fue tomada entre los representantes de la comunidad musulmana y transmitida por la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta, UCIDCE, mediante una comitiva que le visitó en Tetuán.
La Comunidad de la Mezquita Sidi Embarek, catalizador de esta solicitud, medió el viernes para que Liazid pudiera oficiar la ceremonia frente a más de 400 fieles, entre ellos, el grupo que rechaza al religioso ceutí en favor de un imam marroquí asignado por la Dirección de Asuntos Religiosos de Rincón, Marruecos. Según la “única comunidad que representa legalmente” a este centro de oración en base a una resolución del Ministerio de Justicia, los presuntos instigadores tenían preparado el alboroto.
Las críticas de la Comunidad contra el sector de fieles que, presuntamente, alteró el rezo más importante de la semana, partieron de la propia valoración que hacen de estas 10 ó 20 personas: “No aportan nada a la ciudadanía, sólo aparecen para incordiar, dividir, descalificar, intimidar y no aceptan el diálogo”. Los asiduos conocen “quién es quién”, en relación a los supuestos alborotadores que increparon a Liazid en la sala de oración, aunque consideran que no es momento para denunciar sino de confiar en el “diálogo, la sensatez y el sentido de responsabilidad”.
La existencia de una presunta ‘mano negra’ que alienta las hostilidades entre ambas secciones se atribuye al presidente que “habla en nombre de la Federación del Emir de los Encomendados”, es decir, la “Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas”, FEERI, “que trata de ocupar la mezquita con un grupo de chiítas y con ellos Luna Blanca”. Según el testimonio de los integrantes de la Comunidad de la Mezquita, él es Mohamed Alí, presidente de esta Federación, quien “estaba en la puerta instando a la gente a atacar, gritar, amenzar a Liazid y evitar que subiera al púlpito”.
Según los componentes de la entidad que renovó su junta directiva el pasado 24 de noviembre, varios opositores a Liazid se apostaron en distintos puntos de la sala de oración para que, cuando el imam subiera al púlpito, se rompiera la armonía del templo. El colectivo asiduo a la mezquita vivió momentos de tensión que finalizaron en el patio exterior, en algunos casos con la agresión física como desenlace, donde la Policía Nacional y Local intervino para evitar el lanzamiento de objetos y sofocar la exaltación.
Fuentes consultadas por este periódico adelantan que la brecha abierta en Sidi Embarek podría sumar nuevos episodios violentos en las próximas semanas por un “conflicto de la identidad musulmana” existente en la ciudad autónoma y que ya habría quedado patente en anteriores celebraciones religiosas.
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