La comunidad musulmana en Italia, cercana al millón y medio de personas, encuentra en la gastronomía un medio para dar a conocer su cultura y favorecer la integración con una iniciativa que provoca, sin embargo, el rechazo de las asociaciones protectoras de animales.
La distribución en grandes superficies de los productos "halal", permitidos por el islám y considerados como una forma de tortura por las organizaciones protectoras de los derechos de los animales, es el último paso con el que la comunidad musulmana de Italia pretende hacerse ver.
"Con esta iniciativa se pretende hacer sentir a los musulmanes parte de la sociedad, evitar que se sientan parte de un gueto", dijo a Efe el imán de Florencia, Izzedin Elzir.
De esta manera, "la gastronomía puede convertirse en instrumento para dar ejemplos vivos de integración", insistió.
Elzir ha sido el responsable de certificar la calidad "halal" de varias decenas de productos que se distribuyen desde hace unos días de manera permanente junto a los alimentos tradicionales en un hipermercado de Roma.
El término árabe "halal" define a todo aquello que es considerado lícito por la religión islámica, entre otras cosas a los alimentos que han sido elaborados siguiendo una técnica permitida en Italia desde 1980 y que guarda muchas similitudes con la utilizada por la religión judía para la elaboración de los productos "kosher".
Con un único corte que abarca esófago, tráquea y vena yugular del animal, pero que no debe tocar la espina dorsal, se consigue que éste se desangre totalmente, obteniéndose una carne más tierna, explicó a Efe Tarik En Nakhai, representante de la asociación musulmana "minareti".
Cuando termina el proceso, la calidad "halal" del producto es certificada por un imán.
Sin embargo, no todos los sectores de la sociedad aprueban una técnica que prevé el sacrificio del animal y su total desangramiento y que algunos definen como una forma de maltrato.
Desde el Ente Nacional italiano para la Protección de los Animales (ENPA), su presidenta, Carla Rocchi, considera "cruel e ilegítimo" un procedimiento cuya legalidad responde en muchos casos, según aseguró, a la "fuerte presión de las comunidades religiosas".
Rocchi recordó que la ley italiana "prohíbe el maltrato" y obliga a "aturdir" a los animales antes de comenzar con el proceso de matanza para evitar que éstos sufran, a la vez que alertó de las numerosas prácticas ilegales que se realizan en algunos establecimientos donde no se respetan estas normas.
En el supermercado "Coop" de Roma, donde se distribuyen varios tipos de carne de bovino, pollo, cordero y embutidos permitidos por el islám, el representante de "minareti" asegura que la mercancía distribuida cumple estrictamente con la ley italiana de tratamiento de alimentos, aunque reconoce la controversia que suscita la elaboración de productos "halal" en la sociedad.
Junto a las vitrinas, dos jóvenes cubiertas con el "hiyab" (velo que cubre la cabeza y el cuello dejando el rostro al descubierto) explican en árabe e italiano la técnica de elaboración de estos productos, así como otras recetas propias de los países árabes como el "tajin" o el "cous-cous".
Los clientes, en su mayoría italianos, se acercan atraídos por la curiosidad que suscita el velo que cubre a las anfitrionas, para preguntar por la elaboración y el precio de una carne que cada vez encuentra más consumidores entre los no mahometanos.
A través de la alimentación, entre otras iniciativas, se puede trasladar a Italia el "binomio integración-interacción" que, insiste el imán Elzir, permite la convivencia pacífica entre las distintas religiones.
Además, en tiempos de crisis, la inclusión en supermercados de estos productos, que tradicionalmente se han distribuido de forma mayoritaria en negocios especializados, tiene una vertiente económica.
"El precio es ligeramente superior al de la carne no 'halal'", dijo a Efe el director del hipermercado "Coop" de Roma, Vicenzo Terrasi, pero permite cubrir el vacío que existe en cuanto a las "necesidades de consumo de la comunidad musulmana".
Según Terrasi, en los últimos días se ha producido un incremento de las ventas en este tipo de carne, además de cumplir con el objetivo de la "integración".
Una integración que, según las asociaciones protectoras de animales debería encontrar en Italia caminos alternativos a través de encuentros y mesas redondas con las que debatir la legitimidad de esta práctica.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
La distribución en grandes superficies de los productos "halal", permitidos por el islám y considerados como una forma de tortura por las organizaciones protectoras de los derechos de los animales, es el último paso con el que la comunidad musulmana de Italia pretende hacerse ver.
"Con esta iniciativa se pretende hacer sentir a los musulmanes parte de la sociedad, evitar que se sientan parte de un gueto", dijo a Efe el imán de Florencia, Izzedin Elzir.
De esta manera, "la gastronomía puede convertirse en instrumento para dar ejemplos vivos de integración", insistió.
Elzir ha sido el responsable de certificar la calidad "halal" de varias decenas de productos que se distribuyen desde hace unos días de manera permanente junto a los alimentos tradicionales en un hipermercado de Roma.
El término árabe "halal" define a todo aquello que es considerado lícito por la religión islámica, entre otras cosas a los alimentos que han sido elaborados siguiendo una técnica permitida en Italia desde 1980 y que guarda muchas similitudes con la utilizada por la religión judía para la elaboración de los productos "kosher".
Con un único corte que abarca esófago, tráquea y vena yugular del animal, pero que no debe tocar la espina dorsal, se consigue que éste se desangre totalmente, obteniéndose una carne más tierna, explicó a Efe Tarik En Nakhai, representante de la asociación musulmana "minareti".
Cuando termina el proceso, la calidad "halal" del producto es certificada por un imán.
Sin embargo, no todos los sectores de la sociedad aprueban una técnica que prevé el sacrificio del animal y su total desangramiento y que algunos definen como una forma de maltrato.
Desde el Ente Nacional italiano para la Protección de los Animales (ENPA), su presidenta, Carla Rocchi, considera "cruel e ilegítimo" un procedimiento cuya legalidad responde en muchos casos, según aseguró, a la "fuerte presión de las comunidades religiosas".
Rocchi recordó que la ley italiana "prohíbe el maltrato" y obliga a "aturdir" a los animales antes de comenzar con el proceso de matanza para evitar que éstos sufran, a la vez que alertó de las numerosas prácticas ilegales que se realizan en algunos establecimientos donde no se respetan estas normas.
En el supermercado "Coop" de Roma, donde se distribuyen varios tipos de carne de bovino, pollo, cordero y embutidos permitidos por el islám, el representante de "minareti" asegura que la mercancía distribuida cumple estrictamente con la ley italiana de tratamiento de alimentos, aunque reconoce la controversia que suscita la elaboración de productos "halal" en la sociedad.
Junto a las vitrinas, dos jóvenes cubiertas con el "hiyab" (velo que cubre la cabeza y el cuello dejando el rostro al descubierto) explican en árabe e italiano la técnica de elaboración de estos productos, así como otras recetas propias de los países árabes como el "tajin" o el "cous-cous".
Los clientes, en su mayoría italianos, se acercan atraídos por la curiosidad que suscita el velo que cubre a las anfitrionas, para preguntar por la elaboración y el precio de una carne que cada vez encuentra más consumidores entre los no mahometanos.
A través de la alimentación, entre otras iniciativas, se puede trasladar a Italia el "binomio integración-interacción" que, insiste el imán Elzir, permite la convivencia pacífica entre las distintas religiones.
Además, en tiempos de crisis, la inclusión en supermercados de estos productos, que tradicionalmente se han distribuido de forma mayoritaria en negocios especializados, tiene una vertiente económica.
"El precio es ligeramente superior al de la carne no 'halal'", dijo a Efe el director del hipermercado "Coop" de Roma, Vicenzo Terrasi, pero permite cubrir el vacío que existe en cuanto a las "necesidades de consumo de la comunidad musulmana".
Según Terrasi, en los últimos días se ha producido un incremento de las ventas en este tipo de carne, además de cumplir con el objetivo de la "integración".
Una integración que, según las asociaciones protectoras de animales debería encontrar en Italia caminos alternativos a través de encuentros y mesas redondas con las que debatir la legitimidad de esta práctica.
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