martes, 6 de octubre de 2009

El sabio andalusí padre de la Cirugía y autor de la primera enciclopedia médica

Córdoba, 04.10.2009 - eldiadecordoba.es

Abul Kasim Al-zahrawi Khalf Ibn Ábbas, Albucasis, nació en la ciudad de Medina Azahara, estudió con los sabios de al-Ándalus y engrandeció el legado de griegos, romanos, judíos y árabes.

EN el 936 la ladera del monte de la Novia recibía los primeros sillares de la que pronto sería la ciudad más hermosa de su tiempo. Medina Azahara la efímera, contaba con las manos de más de cien mil hombres que, trabajando noche y día, cinco años después, pondrían la última piedra de su mezquita y, en el 948, la habían dejado lista para albergar la Corte más grandiosa de Occidente.

Reinaba el primer califa cordobés, Abderramán III, y ya el segundo de su nombre había cobijado a los grandes médicos y astrólogos de Poniente, convirtiendo a Córdoba en la ciudad de las ciencias, al Sur de una Europa culturalmente en pañales.

En ese año de 936, y en la medina que albergaría la corte dicen que nació Abul Kasim Al-zahrawi Khalf Ibn Ábbas, conocido por todos como Albucasis, y reconocido por una inmensa mayoría como el padre de la cirugía.

Difieren los cronistas de al-Ándalus y los historiadores de España en la fecha de su nacimiento, situándola algunos casi un siglo antes; sin embargo, esto parece poco probable puesto que ya resulta dudoso el origen (al-zahrawi) en el mismo año en que comienza a construirse la ciudad palatina. Sea como fuere, Albucasis recogió el testigo de otros afamados sabios y maestros andalusíes y tuvo el honor de convivir con ellos, médicos de cámara de los califas cordobeses como Hasday Ibn Saprut o de dejar su legado a otros, no menos brillantes, como el oftalmólogo Muhammad ben Qassun ben Aslan al-Gafiq, originario del fahs al Ballut.

Albucasis, al parecer, pertenecía a una familia procedente de la actual Arabia Saudí, y es muy posible que su padre practicara también la medicina y enviara al hijo a Bagdad como alumno de esta ciencia. Pero poco o nada se sabe de su infancia y juventud, aunque se le presupone perteneciente a un estrato social alto y de sólida formación religiosa, teoría que apuntala alguna anécdota como la de atribuirle a su dios la curación de los enfermos, si bien él es responsable del cuidado de éstos, o la defensa de la sanación por inspiración y voluntad divina, razón por la que la medicina debía practicarse sin ánimo de enriquecerse.

Partiendo de su llegada al mundo en el 936, quizá fuera testigo en torno a los 20 años de uno de los acontecimientos más conocidos de la Córdoba califal. La ciudad de las artes, las ciencias y las letras que tiene como protagonista a la reina regente Tota de Navarra. Relata Dozy que cuando ésta decidió curar a su nieto del sobrepeso que le hacía "objeto de burlas por su malhadada obesidad", supo que sólo un hábil médico podría curarlo; "pero sólo en Córdoba, ciudad que era entonces foco de toda luz, podía esperarse encontrar semejante médico".

Aunque está presente ya con Abderramán III, es durante el califato de Alhaken II, cuando sus tratados y prácticas de Cirugía lo hacen célebre. La experiencia en su especialidad es recogida por Albucasis en forma de teoría y en 30 tomos, siendo a juicio del Dr. García del Real, La medicina árabe española, "el primer libro con atlas dedicado a la Cirugía".

Los manuscritos ilustrados con unas 200 láminas, están divididos en dos partes bajo el título de Kitab al-Tasrif (Método de Medicina) o la primera enciclopedia médica en la que se recoge la preparación de los medicamentos (minerales y vegetales), mediante una especie de alambique creado también por él. Esta apreciada obra, traducida posteriormente al latín con el título de Concessio ei data qui componere haud valet, con ilustraciones del instrumental quirúrgico, le valió el calificativo de "jefe de todos los cirujanos" cuatro siglos después, en palabras de Pietro Argellata, opinión que refrenda Leclerc 800 años más tarde.

Trata también la Cirugía, comenzando por la Anatomía, los cauterios y los supuestos en los que deben utilizarse soluciones para las hemorragias, ligaduras de vasos, con estudios de litotricia, circuncisión y otras suturas; todo con descripción de herramientas de quirófano a aplicar. Probablemente cirujano de guerra, detalla los lugares por donde debe amputarse un miembro ante la gangrena, así como la imposibilidad de salvar al paciente si ésta aparece por encima de la rodilla o el codo. Así pasó por ser el primero en ocuparse de las deformidades bucales, implantes y otros problemas dentales; en estudiar emplazamientos complicados del feto y la extracción de éste mediante pinzas (los actuales forceps).

De igual modo que contempla la extracción de materias de los oídos, y sus aplicaciones en la sintomatología como en el diagnóstico y la curación en problemas urológicos que son la base de la Medicina de hoy, como lo fueron muchos de sus rudimentarios instrumentos en el material quirúrgico actual. Más partidario del cauterio que del bisturí, estudió por igual roturas de huesos que parálisis por fracturas vertebrales, jamás intervino en el bocio o el cáncer, según escribió en su Tratado, aunque alguna crónica quedó de la extirpación de un tumor maxilar, como quedaría en la Historia siendo referente y maestro de galenos y fuente de su ciencia.

Convirtió a los habitantes del Sur de Europa en gente que duplicaban su esperanza de vida, frente a las expectativas de los pobladores del Norte y murió en 1013, después de vivir 100 años.

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