martes, 1 de septiembre de 2009

El Ramadán impide mantener el ritmo habitual en el trabajo

Tarragona,31/08/2009,diaridetarragona.com,Raúl Cosano.

Salida de la mezquita situada en el polígono Entrevies. Ayer, a las 17.37 h., tocó meditación. Foto: Txema Morera

La comunidad musulmana suma hoy su 11ª jornada de abstinencia diurna y meditación. Algunos reconocen que el calor y el ayuno merman sus condiciones físicas en sus empleos.

Los inmigrantes musulmanes en Tarragona están inmersos en pleno Ramadán, el mes en el que la comunidad realiza un ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol. Hoy emprenden el 11º día con esta práctica religiosa, difundida entre marroquís y que comporta no poder comer, beber ni mantener relaciones sexuales durante el día.

El ayuno dificulta, en muchos casos, hacer frente a las labores profesionales con normalidad y solvencia, como indica Dahmane Semir: «Hoy (por ayer) tengo fiesta, por suerte, pero la semana pasada trabajé todos los días y se hizo muy duro. Trabajo en Port Aventura y, con el calor, es todo más complicado. Durante el día no tienes tanta energía. Es un sacrificio importante».

Arshad Iqbal regenta un Kebab en Torreforta y reconoce que son días duros: «Paso mucho calor y tengo menos fuerzas pero aguantamos porque no queda otra opción». El joven Azeddine Barbar, que trabaja de dependiente en un locutorio, sonríe pero tiene aspecto de cansado: «Cuesta mantener este ritmo de trabajo sin poder comer durante todo el día».

Fomentar la oración

El Ramadán supone la abstinencia total de todo aquello que rompe la meditación. «Durante estos días, es mucho más importante rezar», añade Arshad. En esa rutina de austeridad, los horarios son vitales. Los musulmanes deben seguir unas pautas marcadas al minuto. De hecho, en algunos comercios de Torreforta donde los miembros de la comunidad son asiduos están a disposición tablas con la franja horaria en la que está permitido alimentarse. Hoy, por ejemplo, se podrá empezar a comer a las 20.28 horas de la tarde y acabar a las 6.04 horas de la mañana.

En casa o en la mezquita

Cada día, la hora de inicio se retrasa uno o dos minutos. Igualmente, el planning delimita clara y estrictamente las horas de meditación. Así, esta mañana, la primera oración está programada para las 9.47 horas. Los musulmanes deben rezar cinco veces al día, ya sea en casa o en algún centro religioso. Ayer, a las 17.38 horas en la mezquita situada en el polígono Entrevies, cerca de Torreforta, se agolparon decenas de musulmanes para meditar durante diez minutos.

Allí algunos discrepan de que el Ramadán sea un impedimento para rendir en el trabajo, como aclara Hassan Kiouhh: «Para mí, es mejor trabajar porque el día se pasa más rápido». El Ramadán es un hábito generalizado en Tarragona y que incluso practican los más pequeños. Se recomienda iniciarse a partir de los 14 años, aunque algunos empiezan antes, como cuenta Hassan: «Tengo familiares con niños que hacen el Ramadán desde los siete años. Es mejor así porque se integran más y se acostumbran a lo que vendrá después. No nos cuesta mantener estos hábitos. Es algo que aprendemos de forma natural desde pequeños. No lo vemos como algo prohibitivo».

El viernes, día clave

En las cercanías de la mezquita, el trasiego de musulmanes es intenso, aunque el día de más asistencia es el viernes. «La meditación es más intensa el viernes, es como el día sagrado, igual que el domingo en la religión cristiana», comenta Mohamed, que lleva ya diez años en España. Reconoce que el Ramadán se reduce a una decisión religiosa muy personal: «Hay gente que no lo hace. Si tienes un problema de salud o de alimentación, es normal que no sigas el Ramadán. El Corán lo dice así y no importa».

Ni alcohol ni cerdo

En la franja de día en la que se permite comer, algunos alimentos siguen estando prohibidos. «Podemos consumir todo tipo de carne, excepto la de cerdo. Y no podemos probar el alcohol, como todo el mundo sabe», corrobora Mohamed. Mimoun El Yaakabi se lo toma con experiencia y serenidad, aunque prefiere dejar que sus hijos crezcan antes de iniciarlos: «Llevamos diez días y en la familia estamos bastante bien. Es algo a lo que estamos acostumbrados y no nos cuesta hacerlo, aunque con los niños es preferible esperar a que cumplan los 18 años».

La práctica del Ramadán finalizará el 19 de septiembre, poniendo fin a 29 días de ayuno diurno entendido como una expresión de paciencia y perseverancia, además de una forma de eliminar las toxinas acumuladas durante todo el año.

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