Millones de musulmanes en China saludaron el sábado el mes sagrado del Ramadán, una temporada de ayuno y reflexión espiritual.El agricultor Ma Guoxing, de 48 años, un musulmán de la etnia hui de la aldea de Tuanjie en Wuzhong, de la región autónoma de la etnia hui de Ningxia (noroeste), se levantó el día 22 muy temprano y fue a una mezquita local, junto con varios miles más de hombres musulmanes para escuchar oraciones entonadas por un imán.
"Es un mes muy importante para nosotros", dijo Ma, y añadió: "si hacemos una buena obra durante el Ramadán es como si hiciéramos 1.000 en cualquier otro período de tiempo".
"Todo el año esperamos la llegada de este mes para hacer más buenas acciones y acumular méritos", explicó.
Durante el Ramadán, el noveno mes del año en el calendario musulmán, los seguidores del islám se abstienen de comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales desde el amanecer hasta el atardecer. Sólo los niños, los ancianos y quienes se encuentren débiles están exentos de observar el ayuno.
Un mes más tarde, los musulmanes celebrarán el Eid al-Fitr, la fiesta que señala el final del Ramadán.
Más de 2,2 millones de personas de la etnia hui viven en Ningxia, es decir cerca de un tercio de la población total de la región. Al igual que Ma, la mayoría de ellos inició hoy el ayuno del Ramadán.
Cerca de 12.000 personas de la mayor comunidad musulmana de Beijing, la calle Niujie, en el sur de la ciudad, también entraron hoy en el mes de ayuno.
"El Ramadán puede fortalecer nuestra mente, reprimir nuestros deseos egoístas y enseñarnos a llevar la vida de manera saludable", sostuvo un joven llamado Jianming, también del mencionado grupo étnico.
China cuenta actualmente con 20 millones de musulmanes, cerca de la mitad de ellos de la etnia hui.
En algunas zonas de Ningxia, y también para millones de otros musulmanes en las provincias vecinas de Gansu y Qinghai, así como en la región autónoma uygur de Xinjiang, el Ramadán comenzó ayer viernes.
Para saludar la llegada del Ramadán, Abdul'ahat Kurban, de 43 años, preparó una gran cantidad de alimentos para su familia en Urumqi, capital de Xinjiang. Como muchos otros, brindará parte de esos alimentos a sus amigos.
"El país es tan próspero hoy en día que sólo muy poca gente no puede satisfacerse plenamente, pero nosotros los musulmanes seguimos manteniendo la tradición de ofrecer comida a los demás y preservar la buena virtud que Allah nos enseñó", dijo.
Para Mila, una residente musulmana de la etnia uzbeka en Urumqi, el Ramadán de este año tiene un significado especial, ya que la ciudad todavía se está recuperando de los mortales disturbios del mes pasado, que dejaron 197 muertos y más de 1.600 heridos.
"Sufrimos una agonía sin precedentes hace más de un mes. Deseamos que todos los difuntos descansen en paz, y que los heridos se recuperen pronto", manifestó.
"Espero que todas las personas purificadas por el Ramadán sean más amables con los demás y logren un estado de animo tranquilo y armonioso, y también deseo que la gente de todos los grupos étnicos en el país estén unidos como uno y para siempre", finalizó.(CIIC)
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