JEREZ,18.08.09,lavozdigital.es,NOELIA BERNALDO.
En Jerez sólo hay, hasta el momento, una carnicería Halal, situada en la Zona Sur de la ciudad./ CRISTÓBAL
Alrededor de unas 1.000 personas de cultura musulmana siguen en Jerez la tradición del ayuno diurno durante el todo mes del Ramadán
Se acerca el día para el inicio del Ramadán, un mes en el que toda la comunidad musulmana se abstiene de comer, beber, fumar y practicar sexo desde que sale el sol hasta que se pone. De hecho, se prevé que será en tan sólo unos días, concretamente entre el 20, 21 ó 22 de agosto, según indique el estado de la luna.
En Jerez viven alrededor de 1.000 personas que siguen esta costumbre de ayunar durante el mes de Ramadán, todas ellas procedentes de distintos países, entre los que destaca Marruecos, con casi la mitad del número de inmigrantes, así como los propios andaluces de cultura musulmana. No obstante, el número puede variar, ya que para esta práctica voluntaria existen personas que están exentas de practicarlo, como son los niños, mujeres embarazadas, ancianos, viajeros o los que padecen alguna enfermedad.
Morad Boukhary es un marroquí, residente en Jerez desde hace 19 años, y propietario de un bazar en la calle Algarve. Sus raíces musulmanas le llevan a seguir el Ramadán con toda su familia. Está casado y tiene una niña pequeña, exenta de esta práctica «hasta que ella misma se vea preparada», por lo que son los dos adultos los que se mantienen firme a esta tradición. «La verdad es que los primeros días son muy duros, y ahora más con la calor, mucha sed y muchas ansias de comer, pero en la primera semana ya uno se acostumbra», explica este marroquí.
Y es que hay que tener en cuenta que el Ramadán no es fácil, sobre todo en esta fecha, ya que cuanto más cerca del verano esté más tarde anochece y se alarga el periodo de ayuno diurno. Además, las actividades del día a día se siguen desempeñando con normalidad, «seguimos trabajando en horario normal, en eso consiste, en aguantarlo, aunque se note más el cansancio», comenta Morad.
Musulmanes andaluces
Joaquín Fabregra es un andaluz miembro de la Comunidad Islámica Mezquita An-nur de Jerez. De familia judeocristiana, este jerezano lleva 20 años inmerso en esta cultura, por lo que sabe bien que el inicio del Ramadán está muy cerca «porque así lo anuncian los más ancianos de cada lugar cuando observan el guiño de la luna», comenta. Así, según explica este andaluz, «el guiño de la luna parece ser que es un reflejo de otro planeta que al pasar cerca del sol lo ilumina y éste refleja a la luna, pero es muy difícil de ver», añade.
Asimismo, durante este mes, así como en el resto del año, la comida consumida por los musulmanes es una alimentación Halal.
Los alimentos 'Halal'
La comida Halal es aquella permitida por las normas islámicas. Se caracteriza por estar preparada, por ejemplo, sin ningún vestigio de cerdo ni de sus derivados, ni ningún producto Haram -o prohibido-, así como por ser manipulada, preparada y envasada de acuerdo a las normas establecidas. Además, las carnes permitidas son las de pescado, mientras que la de vaca, cordero y aves son permitidas siempre que se pueda verificar que estos animales han sido sacrificados de acuerdo a la ley islámica.
La ventaja de estos alimentos para el público en general es que, al estar certificados por el Instituto Halal, se garantiza que son alimentos procesados de acuerdo a estrictas normas, así como más sanos, pues contienen menos colesterol que los elaborados con cerdo, así como galletas y demás alimentos elaborados con manteca y gelatina vegetal en lugar de grasa de cerdo.
Muchos de estos comestibles ya se venden en grandes superficies, así como también en pequeñas tiendas especializadas. De hecho, Jerez cuenta desde hace unos siete años con una carnicería Halal en la Zona Sur de la ciudad.
Hicham Charaa es un joven marroquí que lleva cuatro años en Jerez trabajando en este comercio familiar. No obstante, son casi diez años los que lleva dedicado al negocio, ya que en su país de origen también ha trabajado con su padre y hermano.
Esta carnicería garantiza que las reses sean sacrificadas orientadas a la Meca para ser Halal. Se trata de matar al animal por la parte superior para que se extraiga la sangre del resto del cuerpo. Y es que estos alimentos no sólo son demandados por personas de cultura musulmana, sino que, como explica Charaa, «aquí viene gente de todo tipo para comprar pinchos morunos, salchichas, carne fresca, etc.». Asimismo, reconoce que con la llegada del Ramadán las ventas de carne aumentan.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
En Jerez sólo hay, hasta el momento, una carnicería Halal, situada en la Zona Sur de la ciudad./ CRISTÓBAL
Alrededor de unas 1.000 personas de cultura musulmana siguen en Jerez la tradición del ayuno diurno durante el todo mes del Ramadán
Se acerca el día para el inicio del Ramadán, un mes en el que toda la comunidad musulmana se abstiene de comer, beber, fumar y practicar sexo desde que sale el sol hasta que se pone. De hecho, se prevé que será en tan sólo unos días, concretamente entre el 20, 21 ó 22 de agosto, según indique el estado de la luna.
En Jerez viven alrededor de 1.000 personas que siguen esta costumbre de ayunar durante el mes de Ramadán, todas ellas procedentes de distintos países, entre los que destaca Marruecos, con casi la mitad del número de inmigrantes, así como los propios andaluces de cultura musulmana. No obstante, el número puede variar, ya que para esta práctica voluntaria existen personas que están exentas de practicarlo, como son los niños, mujeres embarazadas, ancianos, viajeros o los que padecen alguna enfermedad.
Morad Boukhary es un marroquí, residente en Jerez desde hace 19 años, y propietario de un bazar en la calle Algarve. Sus raíces musulmanas le llevan a seguir el Ramadán con toda su familia. Está casado y tiene una niña pequeña, exenta de esta práctica «hasta que ella misma se vea preparada», por lo que son los dos adultos los que se mantienen firme a esta tradición. «La verdad es que los primeros días son muy duros, y ahora más con la calor, mucha sed y muchas ansias de comer, pero en la primera semana ya uno se acostumbra», explica este marroquí.
Y es que hay que tener en cuenta que el Ramadán no es fácil, sobre todo en esta fecha, ya que cuanto más cerca del verano esté más tarde anochece y se alarga el periodo de ayuno diurno. Además, las actividades del día a día se siguen desempeñando con normalidad, «seguimos trabajando en horario normal, en eso consiste, en aguantarlo, aunque se note más el cansancio», comenta Morad.
Musulmanes andaluces
Joaquín Fabregra es un andaluz miembro de la Comunidad Islámica Mezquita An-nur de Jerez. De familia judeocristiana, este jerezano lleva 20 años inmerso en esta cultura, por lo que sabe bien que el inicio del Ramadán está muy cerca «porque así lo anuncian los más ancianos de cada lugar cuando observan el guiño de la luna», comenta. Así, según explica este andaluz, «el guiño de la luna parece ser que es un reflejo de otro planeta que al pasar cerca del sol lo ilumina y éste refleja a la luna, pero es muy difícil de ver», añade.
Asimismo, durante este mes, así como en el resto del año, la comida consumida por los musulmanes es una alimentación Halal.
Los alimentos 'Halal'
La comida Halal es aquella permitida por las normas islámicas. Se caracteriza por estar preparada, por ejemplo, sin ningún vestigio de cerdo ni de sus derivados, ni ningún producto Haram -o prohibido-, así como por ser manipulada, preparada y envasada de acuerdo a las normas establecidas. Además, las carnes permitidas son las de pescado, mientras que la de vaca, cordero y aves son permitidas siempre que se pueda verificar que estos animales han sido sacrificados de acuerdo a la ley islámica.
La ventaja de estos alimentos para el público en general es que, al estar certificados por el Instituto Halal, se garantiza que son alimentos procesados de acuerdo a estrictas normas, así como más sanos, pues contienen menos colesterol que los elaborados con cerdo, así como galletas y demás alimentos elaborados con manteca y gelatina vegetal en lugar de grasa de cerdo.
Muchos de estos comestibles ya se venden en grandes superficies, así como también en pequeñas tiendas especializadas. De hecho, Jerez cuenta desde hace unos siete años con una carnicería Halal en la Zona Sur de la ciudad.
Hicham Charaa es un joven marroquí que lleva cuatro años en Jerez trabajando en este comercio familiar. No obstante, son casi diez años los que lleva dedicado al negocio, ya que en su país de origen también ha trabajado con su padre y hermano.
Esta carnicería garantiza que las reses sean sacrificadas orientadas a la Meca para ser Halal. Se trata de matar al animal por la parte superior para que se extraiga la sangre del resto del cuerpo. Y es que estos alimentos no sólo son demandados por personas de cultura musulmana, sino que, como explica Charaa, «aquí viene gente de todo tipo para comprar pinchos morunos, salchichas, carne fresca, etc.». Asimismo, reconoce que con la llegada del Ramadán las ventas de carne aumentan.
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