MÁLAGA,24-08-2009,laopiniondemalaga.es, SERGIO SÁNCHEZ.
Explica Herrero que hay que tener bastante fuerza física para soportar las horas diarias de rezos islámicos. Arciniega
El colectivo de musulmanes en Málaga está integrado por unas 30.000 personas
Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, y es un periodo en el que los que profesan esta religión practican el ayuno, la reflexión y la solidaridad con el prójimo a lo largo de la jornada. Desde que sale el Sol hasta que se pone, los musulmanes no deben beber, comer o fumar, entre otra serie de prácticas, para intentar alcanzar el desapego de los bienes mundanos.
En la provincia de Málaga existe un colectivo formado por unas 30.000 personas de esta religión, pero sólo aproximadamente un 20 por ciento practican como tal el Ramadán.
La cifra es clara:si se resta el conjunto de población exenta de cumplir con esta tradición musulmana, se obtiene ese porcentaje.
Mujeres embarazadas o que estén amamantando, las que tengan el periodo, menores de edad, ancianos, enfermos e, incluso, toda persona que realice durante el día un esfuerzo físico considerable que necesite obtener energía comiendo y bebiendo. "La responsabilidad y el sentido común establecen lo que se puede hacer durante el Ramadán", indica en este sentido el presidente de la Asociación Islámica Al-Ándalus de Málaga y provincia, Félix Ángel Herrero.
"Hay gente que nos pregunta si está en condiciones de hacer el Ramadán o no, pero nosotros les remitimos a su médico", dice Herrero. Tajante, asegura: "Sólo tú sabes si puedes o no practicarlo".
Desde ayer y hasta mediados de septiembre, los musulmanes afrontan seis rezos diarios que se acentúan a causa de esta práctica. Además, la tradición marca que cuando llega la noche los musulmanes se reúnen en familia para comer dátiles y leche, como hacía Mahoma, aunque en Málaga se amplía el número de alimentos por la influencia de la gastronomía marroquí.
Herrero, imán de la mezquita de la calle La Unión, señala que en el centro religioso se ofrece comida a aquellos que no tengan lugar donde reponer fuerzas, que suelen ser, según comenta, aquellas personas que trabajan en la construcción o en otros sitios muchas horas seguidas y que no tienen tiempo de hacerse la comida después de los rezos de la noche.
Además, los que llevan a cabo el Ramadán y lo pasan peor, según asegura Herrero, son los fumadores: "Algunos, antes de comerse los dátiles y la leche después de un día de ayuno directamente se fuman un cigarro". Pero hay quien aprovecha este mes para dejar de fumar paulatinamente, unido, cómo no, a la fuerza de voluntad personal.
"Debe hacerse mención especial a los musulmanes que un día no hacen el ayuno correspondiente". Éstos deben recuperarlo en otra jornada. "Antiguamente, se liberaba a un esclavo o se alimentaba a los pobres", comenta el presidente.
Rezos. La noche número 27 de este mes, tan significativo en la religión islámica, es la que cuenta con más horas dedicadas a los rezos, mientras que en el resto suele reducirse hasta las dos o tres horas diarias, excepto en fines de semana, cuando los musulmanes disfrutan de más tiempo libre y pueden orar durante cuatro o cinco horas.
"Los rezos se rigen por el Sol, pero los viernes hay unanimidad entre todas las mezquitas en el rezo de mediodía para que coincidan tras la jornada de trabajo", concluye Herrero.
Así comienza el mes del Ramadán, un mes sagrado que supone uno de los cinco pilares del Islam.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Explica Herrero que hay que tener bastante fuerza física para soportar las horas diarias de rezos islámicos. ArciniegaEl colectivo de musulmanes en Málaga está integrado por unas 30.000 personas
Ramadán es el noveno mes del calendario islámico, y es un periodo en el que los que profesan esta religión practican el ayuno, la reflexión y la solidaridad con el prójimo a lo largo de la jornada. Desde que sale el Sol hasta que se pone, los musulmanes no deben beber, comer o fumar, entre otra serie de prácticas, para intentar alcanzar el desapego de los bienes mundanos.
En la provincia de Málaga existe un colectivo formado por unas 30.000 personas de esta religión, pero sólo aproximadamente un 20 por ciento practican como tal el Ramadán.
La cifra es clara:si se resta el conjunto de población exenta de cumplir con esta tradición musulmana, se obtiene ese porcentaje.
Mujeres embarazadas o que estén amamantando, las que tengan el periodo, menores de edad, ancianos, enfermos e, incluso, toda persona que realice durante el día un esfuerzo físico considerable que necesite obtener energía comiendo y bebiendo. "La responsabilidad y el sentido común establecen lo que se puede hacer durante el Ramadán", indica en este sentido el presidente de la Asociación Islámica Al-Ándalus de Málaga y provincia, Félix Ángel Herrero.
"Hay gente que nos pregunta si está en condiciones de hacer el Ramadán o no, pero nosotros les remitimos a su médico", dice Herrero. Tajante, asegura: "Sólo tú sabes si puedes o no practicarlo".
Desde ayer y hasta mediados de septiembre, los musulmanes afrontan seis rezos diarios que se acentúan a causa de esta práctica. Además, la tradición marca que cuando llega la noche los musulmanes se reúnen en familia para comer dátiles y leche, como hacía Mahoma, aunque en Málaga se amplía el número de alimentos por la influencia de la gastronomía marroquí.
Herrero, imán de la mezquita de la calle La Unión, señala que en el centro religioso se ofrece comida a aquellos que no tengan lugar donde reponer fuerzas, que suelen ser, según comenta, aquellas personas que trabajan en la construcción o en otros sitios muchas horas seguidas y que no tienen tiempo de hacerse la comida después de los rezos de la noche.
Además, los que llevan a cabo el Ramadán y lo pasan peor, según asegura Herrero, son los fumadores: "Algunos, antes de comerse los dátiles y la leche después de un día de ayuno directamente se fuman un cigarro". Pero hay quien aprovecha este mes para dejar de fumar paulatinamente, unido, cómo no, a la fuerza de voluntad personal.
"Debe hacerse mención especial a los musulmanes que un día no hacen el ayuno correspondiente". Éstos deben recuperarlo en otra jornada. "Antiguamente, se liberaba a un esclavo o se alimentaba a los pobres", comenta el presidente.
Rezos. La noche número 27 de este mes, tan significativo en la religión islámica, es la que cuenta con más horas dedicadas a los rezos, mientras que en el resto suele reducirse hasta las dos o tres horas diarias, excepto en fines de semana, cuando los musulmanes disfrutan de más tiempo libre y pueden orar durante cuatro o cinco horas.
"Los rezos se rigen por el Sol, pero los viernes hay unanimidad entre todas las mezquitas en el rezo de mediodía para que coincidan tras la jornada de trabajo", concluye Herrero.
Así comienza el mes del Ramadán, un mes sagrado que supone uno de los cinco pilares del Islam.
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