El Escorial, 15 de julio de 2009,Terra Noticias/ Agencia EFE
Los inmigrantes conceden más importancia a sus creencias religiosas que los españoles y son los responsables de un nuevo 'impulso' a las creencias religiosas en un país que ha vivido una 'explosiva secularización' en los últimos veinte años.
Esta es una de las principales conclusiones de dos estudios elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a partir de más de 2.500 entrevistas y presentados hoy en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial.
Aunque el 85 por ciento de los autóctonos e inmigrantes dicen pertenecer a una religión, la vinculación de los inmigrantes es activa, pues asisten a los centros de culto o hablan de la religión en casa, según el sociólogo y autor de los informes, Alfonso Pérez-Agote.
Según Pérez-Agote, 'ha llegado un impulso religioso muy fuerte a nuestro país en un momento de decadencia de la religión católica y de deserción de los españoles'.
En este sentido, el 47,2 por ciento de los inmigrantes aseguran que sus propias creencias religiosas influyen mucho o bastante en la toma de decisiones, frente al 22,8 de los españoles.
Para los inmigrantes, la religión tiene un fuerte valor social añadido, pues continúa siendo el modo de explicar el mundo o la vida además de cumplir 'una función social muy importante'.
Así, los centros de culto procuran 'sosiego y paz en un mundo muy duro', además de proporcionar consejo moral sobre problemas cotidianos (85,7), la posibilidad de tramitar la residencia, asistir a cursos de formación o aprender un idioma (74,5) y celebrar actividades festivas (83,6).
Más del 68 por ciento de los inmigrantes cree en la existencia de Dios y no tiene dudas al respecto, frente al 34,4 de los autóctonos; y lo mismo sucede con otra serie de creencias como la vida después de la muerte, el paraíso, el infierno o la reencarnación.
En contraste con la población autóctona, para la mayoría de los inmigrantes las creencias religiosas son cada día más necesarias.
La población inmigrante, que representa ya más del once por ciento del total de habitantes, profesa la religión católica (56,1), seguida de la musulmana (15,2) o la ortodoxa (14).
Además de la llegada de viejas religiones, los extranjeros, junto con la conversión de muchos integrantes de la etnia gitana española, han provocado el crecimiento de la religión evangélica, que tiene ya más de 1,5 millones de fieles.
El 62,1 de los españoles censura la posición de la iglesia sobre el aborto mientras que el 46,7 por ciento de los inmigrantes se muestra a favor de la postura mantenida por la Santa Sede.
La población inmigrante considera que en las escuelas debería haber profesores de su religión, elegidos por su comunidad religiosa, mientras que el 51,1 por ciento de los autóctonos considera que la religión en los centros educativos debería ser una opción.
Sobre la reforma de la Ley de Libertad Religiosa que prepara el Ministerio de Justicia, Pérez-Agote ha señalado que el Gobierno podía haber optado por reducir todas las confesiones al ámbito privado, como sucede en Estados Unidos, o 'igualar' la diferencia entre 'el poderío' de la religión católica y el resto de confesiones, 'otorgándoles las mismas concesiones'.
A su juicio, el Ejecutivo socialista ha elegido el segundo de los supuestos, porque a diferencia de lo que sucede con otros factores de integración como la educación o el mercado laboral, la religión es el más adecuado.
Sobre las entidades religiosas, el informe indica que éstas cuentan con medio millar de asociados, aunque las musulmanas son mayores que las evangélicas.
En cambio, los evangelistas participan más en la vida de sus centros y son mujeres.
Para el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, esto podría sugerir que la confesión musulmana 'tiene una tradición histórica fuerte, por lo que asistir al centro es menos relevante'.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Los inmigrantes conceden más importancia a sus creencias religiosas que los españoles y son los responsables de un nuevo 'impulso' a las creencias religiosas en un país que ha vivido una 'explosiva secularización' en los últimos veinte años.
Esta es una de las principales conclusiones de dos estudios elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a partir de más de 2.500 entrevistas y presentados hoy en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial.
Aunque el 85 por ciento de los autóctonos e inmigrantes dicen pertenecer a una religión, la vinculación de los inmigrantes es activa, pues asisten a los centros de culto o hablan de la religión en casa, según el sociólogo y autor de los informes, Alfonso Pérez-Agote.
Según Pérez-Agote, 'ha llegado un impulso religioso muy fuerte a nuestro país en un momento de decadencia de la religión católica y de deserción de los españoles'.
En este sentido, el 47,2 por ciento de los inmigrantes aseguran que sus propias creencias religiosas influyen mucho o bastante en la toma de decisiones, frente al 22,8 de los españoles.
Para los inmigrantes, la religión tiene un fuerte valor social añadido, pues continúa siendo el modo de explicar el mundo o la vida además de cumplir 'una función social muy importante'.
Así, los centros de culto procuran 'sosiego y paz en un mundo muy duro', además de proporcionar consejo moral sobre problemas cotidianos (85,7), la posibilidad de tramitar la residencia, asistir a cursos de formación o aprender un idioma (74,5) y celebrar actividades festivas (83,6).
Más del 68 por ciento de los inmigrantes cree en la existencia de Dios y no tiene dudas al respecto, frente al 34,4 de los autóctonos; y lo mismo sucede con otra serie de creencias como la vida después de la muerte, el paraíso, el infierno o la reencarnación.
En contraste con la población autóctona, para la mayoría de los inmigrantes las creencias religiosas son cada día más necesarias.
La población inmigrante, que representa ya más del once por ciento del total de habitantes, profesa la religión católica (56,1), seguida de la musulmana (15,2) o la ortodoxa (14).
Además de la llegada de viejas religiones, los extranjeros, junto con la conversión de muchos integrantes de la etnia gitana española, han provocado el crecimiento de la religión evangélica, que tiene ya más de 1,5 millones de fieles.
El 62,1 de los españoles censura la posición de la iglesia sobre el aborto mientras que el 46,7 por ciento de los inmigrantes se muestra a favor de la postura mantenida por la Santa Sede.
La población inmigrante considera que en las escuelas debería haber profesores de su religión, elegidos por su comunidad religiosa, mientras que el 51,1 por ciento de los autóctonos considera que la religión en los centros educativos debería ser una opción.
Sobre la reforma de la Ley de Libertad Religiosa que prepara el Ministerio de Justicia, Pérez-Agote ha señalado que el Gobierno podía haber optado por reducir todas las confesiones al ámbito privado, como sucede en Estados Unidos, o 'igualar' la diferencia entre 'el poderío' de la religión católica y el resto de confesiones, 'otorgándoles las mismas concesiones'.
A su juicio, el Ejecutivo socialista ha elegido el segundo de los supuestos, porque a diferencia de lo que sucede con otros factores de integración como la educación o el mercado laboral, la religión es el más adecuado.
Sobre las entidades religiosas, el informe indica que éstas cuentan con medio millar de asociados, aunque las musulmanas son mayores que las evangélicas.
En cambio, los evangelistas participan más en la vida de sus centros y son mujeres.
Para el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, esto podría sugerir que la confesión musulmana 'tiene una tradición histórica fuerte, por lo que asistir al centro es menos relevante'.
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