domingo, 3 de mayo de 2009

Pedro Martínez Montávez: "El mundo árabe se ve fuera de todo tipo de proceso y es un error"

Zaragoza,03-05-2009,heraldodesoria.es, ELENA GRACIA.

ENTREVISTA

En 1957, con solo 23 años, este jienense recién licenciado en Filosofía y Letras aterrizó en El Cairo, Egipto. Se había topado en la universidad con la lengua árabe por azar, dice. Con los años, es arabista por convencimiento y por decisión propia.

Arabista, profesor de Universidad y jienense. Pedro Martínez Montávez ha dedicado su vida a investigar el mundo árabe contemporáneo y las relaciones hispano-árabes. Y defiende su forma de estudio. "Admitiendo que el mundo árabe es enormemente variado, trato de ver lo que tiene de interpretación global", asegura. Tiene un buen número de distinciones pero la más reciente es quizás la más especial, ha sido reconocido en los Emiratos Árabes como la personalidad cultural del año. Presenta, además, un libro con artículos que ha publicado entre 1995 y 2006, Pretensiones occidentales, carencias árabes (CantArabia).

Resuelva la intriga, ¿cuáles son las pretensiones occidentales?

Las pretensiones occidentales responden a que creo que existe un intento de un proyecto occidental clarísimamente liderado por Estados Unidos de buscar una reordenación política, aunque también económica y de carácter cultural y social, de la zona del Próximo Oriente. Es una reordenación que calificaría de neocolonialista, aunque sea diferente al del siglo XIX. No sé si es positivo o negativo para los propios árabes, pero lo que se propone es embridar ese mundo al occidental y hacerlo un espacio claro de protección e influencia occidental.

¿Mantendrá Barack Obama tales intenciones?

Obama habla de un acercamiento y el discurso y el lenguaje han cambiado, pero no sé si sabrá mantener las diferencias de la zona. En Oriente Próximo subyacen tres grandes tendencias o dimensiones que quieren adquirir cierto predominio sobre las otras fuerzas internas de la zona, que son la arabidad, la inanidad y la turquidad. Será clave cómo actúe la Administración estadounidense, si se inclina hacia una u otra sin relegar con excesos a las otras. Hay una cuarta y es el proyecto sionista israelí. Y la dependencia de EE. UU. de esta es mucho mayor que de las otras.

Nos queda por averiguar cuáles son las carencias árabes.

Soy un experto en Oriente Próximo más que en el Magreb, y se trata de una zona muy vulnerable, penetrable en los propios campos de la seguridad nacional. Y es un mundo que carece de organismos vertebradotes internos. Uno de los panoramas más apasionantes es el de las relaciones interárabes y resulta asombroso que no haya organismos políticos que vertebren esta relación. Existe la Liga de Estados Árabes, lo sé, pero no tiene ningún poder ejecutivo.

¿Por qué Palestina centra la atención de Oriente Próximo?

Porque es un conflicto de más de un siglo. Se intenta hacer pensar que el problema empezó en 1948 con la fundación del Estado de Israel, pero no es cierto. Surge a finales del siglo XIX y, visto como proceso, ha pasado por diferentes etapas, aunque a partir de 1948 se conformó de una determinada manera. Tiene trazas de seguir siendo tan inacabable como lo era antes, y en absoluto ha mejorado la situación de los palestinos. Me atengo a la última agresión a Gaza y a la situación inhumana en los lugares ocupados, que ya por calendario de las resoluciones de la ONU tenían que haber logrado la independencia de Israel.

¿Cuál es la solución?

Es sencillamente la que no se emprende jamás, que los grandes Estados, Occidente con Estados Unidos a la cabeza, presionen políticamente a Israel para que haga concesiones mínimas respecto a las que quizás estaría obligado a hacer. Y que estas supusieran la instalación en breve tiempo de un Estado palestino independiente, con todas las carencias que iba a tener. El problema de Palestina no se arregla solo con donaciones.

¿Por qué España se implica tanto en la ayuda a los palestinos?

Este es un ejemplo que nos retrata en la buenísima voluntad que se presta en los aspectos humanitarios y la carencia absoluta de decisión política. Posiblemente es de los países donantes que más dinero entrega, y lo es porque la sociedad apoya a los palestinos, aunque también haya un amplio sector que entiende a Israel. En este país hay un rescoldo importante de arabofilia y a la vez de arabofobia.

¿De dónde proviene esa arabofobia con el pasado histórico que tiene España?

Mucha gente piensa que en España la historia no es como es, sino como él la ve. Hay quien tiene la imagen de la España única, católica y tradicional, y en ese concepto de España, el Islam es el gran enemigo. Hace tiempo leí La novela de Egipto, de un granadino del siglo XIX, don José de Castro Serrano, que narra la inauguración del canal de Suez. En una página dice que árabes y españoles somos primos hermanos, y en la siguiente explica que los campesinos egipcios serían hombres si no fueran árabes. Este radicalismo es muy característico de los españoles.

¿Cómo se puede fomentar la convivencia de ambas culturas?

Un amigo mío me dijo hace tiempo que jamás podremos tratar de aunar el espíritu de Córdoba y el de Covadonga, son dos espíritus contrapuestos. No voy a hablar de la cantidad de insultos que he recibido por mi condición de arabista, pero me dicen que cuánto me pagan y qué me dan a cambio.

¿Cómo le influyeron los atentados del 11-S y el 11-M?

Lo que me influyó mucho en mi condición de arabista, más que el 11-M y el 11-S, fueron los sucesos del año 90, la segunda guerra del Golfo. Pensé que me tenía que replantear este mundo, porque veía venir lo que pasaría, la acción internacional contra Iraq, el destrozo de toda una zona. Alguno de mis discípulos me dice que mi mayor virtud es la de la intuición, y es verdad, porque así ha sucedido. Sigue siendo un mundo desamparado.

¿Por qué el mundo árabe sigue siendo ese gran desconocido?

Uno de los problemas es que, incluyendo a destacados arabistas, se utiliza poco la lengua árabe, así que somos rehenes de la producción en las lenguas vehiculares, del inglés y el francés. Desconocemos casi por completo lo que se escribe en árabe, incluyendo la prensa. Yo leo periódicos, revistas de análisis. Un ejemplo es la caricatura, que ha alcanzado un desarrollo sorprendente en el mundo árabe. Es como estudiar la transición española sin su humor gráfico. Sucede igual con el cine, la literatura, donde se plantean problemas sociales y culturales importantes. Por eso defiendo que no se vean solo hechos puntuales o la última bomba. El mundo árabe se ve fuera de todo tipo de proceso y es un error.

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